Un viento ardiente y pesado se levantó de repente alrededor de los exploradores, sacando a Levi Heichou de sus pensamientos confusos mientras trataba de averiguar cómo salvar a los dos cadetes. Si bien era cierto que aquella situación era compleja, aquel viento producido por la trasformación de un titán, como había observado un montón de veces durante los experimentos de Hange podría darles ventaja. Además, en su corazón una pequeña esperanza inocente se encendió, si había alguien transformándose en titán era probable que Eren se hubiera liberado y estuviera presentado batalla en su habitual actitud suicida constante. Nada más lejos de la realidad, aunque el joven capitán no lo sabía en ese momento.
- ¿Qué ha sido eso?— La voz histérica y descolocada de la cadete Browse sacó al capitán de su asombro.—
- Un titán.— contestó taciturno protegiéndose la cara del vapor con sus brazos frente a ella mientras clavaba las ganzúas los lados de sus pies contra el suelo áspero para no salir volando.— ¡Fijad los equipos a las paredes cercanas!
Los soldados siguieron la orden y todos se agacharon tratando de hacer menos resistencia al viento ardiente; Mobblit recogió a Hange contra su pecho, quedando ambos sentados de espaldas al calor mientras estrechaba a la excéntrica científica entre sus brazos como para no dejarla ir nunca.
- ¡Esto se va a derrumbar!— gritó Shasha mucho menos calmada que antes mientras trataba de cubrirse los ojos con las manos para poder ver si algún fragmento del techo caía sobre ellos.—
-¡Capitán!— La voz ligeramente infantil y dulzona de Armin Arlet le hizo girara la cabeza inmediatamente, clavando sus dos ojos penetrantes y casi hirientes en la figura del chico que estaba delante de Mobblit y Hange tratando de hacer pantalla para evitarles en lo posible el viento constante del momento. La figura del chico señaló la trampilla que antes había observado tan detenidamente, y la reja que la cubría había sido destrozada con el fuerte viento.— ¡El hueco!—
- ¡Armin, Mobblit!— La voz profunda, seria, oscura y autoritaria del Capitán Levi se hizo presente sobre el caos reinante.— ¡Llevaos a Hange fuera de aquí!—
Después, tratando de aprovechar el caos generado por la enorme ventisca ordenó a sus soldados que cortaran la red y sin pensarlo dos veces todos se lanzaron al interior de la sala para intentar llegar hasta donde estaban sus camaradas perdidos. Los subordinados de Kenny, en su gran mayoría, habían salido volando con el momento de la conversión del titán. Se balanceó veloz y raudo entre las columnas, notando como el dolor de cabeza lo estaba empezando a martirizar sin control. Sin previo aviso, su corazón comenzó a latir tiránicamente bajo su pecho, pero no era del dolor o la desesperación, era de la felicidad. Primaria, salvaje y absoluta al descubrir la figura bronceada todavía atada con los brazos en cruz pero viva. El semblante empapado en sangre y el pelo sucio y revuelto, las manos magulladas y envueltas en vendas como aquella última mañana que habían despertado juntos en su habitación.
Eren notó como el agarre de la chica tras él se hizo más débil y su pequeño cuerpo voló hacia atrás impulsada por la inercia del ardiente vendaval, que también lo arrastro a él aunque no cedió por las cadenas. La sombra ágil de Mikasa llegó a tiempo para envolver a la chica más menuda entre sus brazos, atrapándola justo antes de que se estampara contra el muro brillante y luminoso tras ella.
-¡Dame las llaves!— La voz autoritaria del Capitán Levi envolvió los oídos de Eren como el mejor de los regalos de la vida. El hombre más veterano, aun con las espadas en la mano miró a la chica rubia demandante.—
El soldado más fuerte de la humanidad tomó las llaves de manera brusca y corrió hacia el cuerpo preso del hombre al que había entregado su corazón. Connie Springer y Jean Kristein lo siguieron de cerca y tomaron su brazo izquierdo, su pie derecho y su brazo izquierdo respectivamente; así cuando el capitán consiguió abrir el cerrojo del grillete sobre el brazo del muchacho de ojos verdes le dio las llaves a Connie que se deshizo de las cadenas de sus pies mientras Levi Heichou quitaba el pesado grillete liberando la muñeca del chico. El firme agarre de la mano pálida del hombre resultó en un pequeño susurro del chico pronunciando lentamente su cargo entre la sorpresa y la tristeza; la sensación cálida de la piel bronceada del muchacho bajo su mano hizo que el cabeza del Escuadrón de Operaciones Especiales del Cuerpo de Exploración se sintiera el ser humano más afortunado del mundo.
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El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)
Lãng mạn"¡Y volvería a hacerlo por qué no pienso perder a nadie más bajo mi mando! !Y por encima de mi puto cadáver pienso perderte a tí, estúpido novato ególatra!" La libertad tiene un precio y un nombre, pero sobre todo tiene un corazón. . . . . . . . . ...