Capítulo 14: A fuego lento.

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Unos cuantos días pasaron rodeados de una extraña y delicada tranquilidad en el Cuartel General de la Legión de Reconocimiento, el Comandante Erwin había sido convocado por las máximas autoridades del gobierno para comparecer en relación al desarrollo de la quincuagésimo séptima expedición fuera de los sus muros y sus resultados, por lo que el Comandante partió hacia la capital para tratar de reunir algunos apoyos y poder mantener al chico en sus filas, sin mucho éxito. Normalmente, y en otra situación, habría arrastrado al Capitán Levi con él, pero como estaba herido lo libró de viajar tan pronto, cosa que el soldado más fuerte de la humanidad agradeció profundamente. Estaba claro que era imbatible fuera de los muros y cuando se trataba de alcanzar los objetivos que para cualquier otro serían imposibles, pero tenía que reconocer que su don de gentes prácticamente nulo no sería una buena herramienta para la tarea más política que bélica a la que Erwin Smith debía enfrentarse en la ciudad central.

Nunca en su vida había estado tanto tiempo fuera de servicio, no es que no le gustara tener un poco de tranquilidad en su vida, pero no poder participar y ayudar a sus subordinados y compañeros en prácticamente ninguna tarea le hacía sentir un poco inútil. Aunque, por otro lado, llevaba tanto tiempo sin dejar de vestir el uniforme que había olvidado lo cómodo que resultaba vestir de civil. Cuando pudo andar pequeñas distancias menos dolorido, solía supervisar los experimentos de Hange Buntaichou sobre las habilidades de titán de Eren, siempre y cuando tuvieran lugar en una ubicación que no requiriese montar a caballo o el desplazamiento con el equipo de maniobras tridimensionales. Adelantó todo el papeleo que había generado aquella expedición, y hasta rellenó los informes de Hange Zoe para agradecerle que lo cuidase mientras estaba convaleciente. A veces, el joven dirigente envidiaba un poco al chico de ojos esmeraldas, con su habilidad para regenerarse había tardado en recuperar su estado sano menos de dos días, mientras que él llevaba una semana y media tratando de mejorar. Habían pasado once días del regreso al Cuartel General cuando un golpeteo insistente en la puerta de su cuarto lo hizo levantar la vista del libro que estaba leyendo.

- ¡Capitán! –La voz suave alegre y jovial del novato de ojos verdes se hizo presente revelando la figura esbelta y alta del chico tras la puerta, con su rostro moreno realmente muy sonrojado.—Un mensajero del Cuerpo de Exploración trajo esta carta para usted, parece muy urgente. Dijo que era del Comandante Smith.—

Eren Jaeger, completamente uniformado se cuadró juntando sus talones ante la mesa del Levi Heichou tras entregarle la carta, trató de no mirarle directamente puesto que notaba como sus pensamientos se desbocaban hacía aquellas manos firmes empujando su cuerpo en el mejor beso que había recibido en su vida. El soldado más fuerte del mundo tomó el papel entre sus manos, acariciando sin querer la piel suave del chico, la sensación cálida que recorrió su espalda lo distrajo unos segundos; después examinó el sobre por fuera asegurándose de que su procedencia era la adecuada y abrió la carta con cuidado. Sus ojos se movían rápidos sobre el papel a través del que Erwin le informaba de que volvería aquella misma noche de la capital de incógnito para compartir la información que había reunido sobre el topo de sus filas. Dobló el papel de nuevo y lo metió en el sobre guardándolo en el primer cajón de su mesa y se dirigió al muchacho:

- Puedes descansar, novato.—Dijo estirándose un poco en la silla mientras volvía a coger el libro que había estado leyendo cuando el chico le había interrumpido.—Esta noche después de la cena te reunirás conmigo y con el Comandante Smith en el comedor, puedes irte.—

El dudoso andar del chico abandonó el espacio del cuarto del capitán después de cerrar la puerta suavemente, el hombre menudo sentado en su escritorio dejó caer el libro sobre el mismo con un largo suspiro. Por circunstancias provocadas por sus heridas, no había pasado mucho tiempo con el resto de soldados, y hacía prácticamente tres días que no había visto al novato de ojos esmeraldas. Una sensación suave y cálida se concentraba en la boca de su estómago cuando el muchacho se le acercaba, aunque ambos aparentaran la normalidad y frialdad de su relación laboral; no podían obviar el hecho de que se habían besado y habían ignorado la conversación sobre aquello en los últimos días. El capitán del Escuadrón de Operaciones Espaciales debía reconocer que había pasado la última semana y media rememorando cada segundo que sus labios se encontraron, y se descubrió a sí mismo distraído de sus quehaceres pausados y tranquilos, mirando a la nada mientras se acariciaba suavemente el labio inferior con su dedo índice cuando nadie lo miraba justo donde el gemido suave del novato había chocado con su piel.

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora