Advertencia al lector: muertes violentas.
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El peso ligero del Capitán Levi al posarse sobre la enorme rama hizo que Erwin se girara para encararlo, después de contemplar al titán hembra inmovilizado en el claro del bosque con las armas que Hange Zoe había diseñado. Como bien había dicho Levi cuando volvían aquel día al cuartel la mujer había incorporado a su diseño no solo un total de quinientas puntas de aluminio reforzado (aquel con el que fabricaban las hojas), si no que las cuerdas habían sido trenzadas para hacerlas más gruesas y fuertes. Habían dispuesto las puntas de veinticinco en veinticinco en disparadores de amortiguación, que funcionaban con pólvora lo que había aumentado su rango de alcance y fuerza al clavarse.
- Parece que la tenemos inmovilizada.—Los ojos azules oscuros del más joven de los soldados se clavaron en la figura que trataba de resistirse con fuerza a las ataduras mientras se cubría la nuca con las manos.—
- No podemos bajar la guardia todavía, pero habéis hecho un buen trabajo atrayéndola hasta aquí...--Contestó el comandante mientras miraba la figura del titán atrapado a lo lejos.—
- Ha sido gracias al sacrificio de los hombres de retaguardia.—La mirada dura de ceño fruncido se clavó ligeramente agresiva en las facciones rectas y enarcadas en cejas pobladas del hombre rubio más alto a su lado.—Se lo debemos a ellos, jamás lo habríamos conseguido solos.—
- ¿Tú crees?—Cuestionó el comandante mirando al suelo por unos segundos tratando de sopesar las bajas y los aparentes resultados.—
- Así es. Solo gracias a ellos podremos conocer a la persona que se esconde dentro de esa cosa. —El ímpetu de la voz oscura del Capitán Levi dio un leve matiz ambicioso y de desagrado hacia la enorme figura ahora inmóvil a su conversación. Después su tono se moderó, pasando a ser casi melancólico y arrepentido, habían perdido incontables compañeros en aquella empresa.— Espero que no estén enfadados con nosotros...
La figura menuda del hombre de pelo obsidiana se adelantó unos pequeños pasos en la rama, y desenvainó sus espadas con ceremonia respirando hondo. Cerró los ojos unos segundos y cuando estaba preparado para saltar hasta la figura atrapada frente a ellos la voz de Erwin Smith lo sacó de golpe de su objetivo mental.
- Espera Levi... —El tono de voz calmado y sereno de Erwin cambió ligeramente al odio más profundo que Levi creía capaz de mostrar al hombre más alto.—Primero, ojo por ojo. Artillería dos y tres, ¡Fuego a discreción!
La luz procedente de las explosiones continuas de los cañones regulares deslumbró al capitán de escuadrón que tuvo que entrecerrar los ojos para soportar aquello y de paso evitar que le entrara algo del polvo levantado en ellos, se protegió con el brazo en alto utilizando la capa verde de los exploradores de pantalla aún con las espadas desenvainadas entre sus pequeñas pero fuertes manos. El Capitán Levi y el Major Mike se lanzaron contra las manos del titán que cubrían su nuca, cuando para sorpresa de ambos las espadas se rompieron al contacto con su piel endurecida; el hombre rubio reculó para ir a informar a su superior, mientras Levi aterrizó suavemente sobre la cabeza del titán inmóvil y con un susurró socarrón y siniestro se dirigió a la bestia.
- Oye, ¿Por qué no sales del titán sin más? No nos hagas perder tanto tiempo...—Apuntó las nuevas hojas recién ensambladas hacia abajo, a los lados de sus caderas relajadas.—Dime, que crees que será de ti a partir de ahora. ¿Piensas que podrás escapar? Me gustaría mucho que consideraras todos los problemas que nos has causado hasta ahora, y te recuerdo que has matado a mis camaradas de mil y una formas. ¿Te has divertido suficiente? Ahora soy yo el que se divierte, y... ¿Sabes lo que te digo? Tú más que nadie deberías de poder entenderme. Ah... si, quería preguntarte algo... ¿Te importa si te cortamos las manos y las piernas? Volverán a crecerte, ¿No es así? Me refiero a tus miembros, no a los del titán; al fin y al cabo, te necesitamos viva.—
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El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)
Storie d'amore"¡Y volvería a hacerlo por qué no pienso perder a nadie más bajo mi mando! !Y por encima de mi puto cadáver pienso perderte a tí, estúpido novato ególatra!" La libertad tiene un precio y un nombre, pero sobre todo tiene un corazón. . . . . . . . . ...