Capítulo 2

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Damián


Hoy es un gran día para mi, tuve la suerte de conseguir una beca en el colegio más prestigioso de la ciudad, por fin podre cumplir mis sueños, ser un abogado y poder ayudar a las personas que me necesiten; pero sin duda lo que más me importa es poder ayudar a mi padre.

No somos una familia con buena economía, todo lo que tengo es gracias a mi padre, he visto desde niño como se quita la comida de su boca para dármela a mi, todo su esfuerzo por sacarnos adelante, pero eso cambiará, tomaré esta oportunidad para poder ayudar más a mi padre, y darle un poco de lo que él me dio a mi, tal vez no le regrese todo lo que el me ha dado estos 18 años, pero aunque sea la mitad de ello.

-Tu madre fue una mujer hermosa cierto- la voz de mi padre hizo que dejara de mirar la vieja foto de mamá que sostenía en mi mano

-Demasiado, tuviste suerte en encontrarla- asintió levemente

-Ella decía que tuvo suerte en encontrarme, siempre le preguntaba porque se había enamorado de mi.

-¿Porque lo dices? Se amaban mucho, por lo que me cuentas fue amor a primera vista.

-Porque en nuestro tiempo todo era diferente, tu madre era hermosa tenía una personalidad única, todos en mi pueblo la miraban como si fuese la única mujer de allí, y para ser sincero había hombres mejores que yo, más elegantes, con clase, buena cara y tenían un mejor futuro que darle a ella, pero me eligió a mi.

-Ella no eligió, su corazón lo hizo, y en el corazón uno nunca manda, él es el que nos manda con la persona correcta.

-Estás en lo cierto, nuestros corazones fueron como una pieza de rompecabezas, cuando se juntaron ya no hubo poder suficiente para separarnos.

-Hasta que ella murió- Baje mi cabeza, aveces siento que fue mi culpa, mi mamá murió al momento que yo nací, ella no tuvo la fuerza suficiente en el parto, haciendo que a los segundos muriera

-No, Seguimos juntos como el primer día que nos conocimos, nada cambió, ni la muerte nos logra separar, ella está conmigo siempre, ella te ve día y noche, estoy seguro que está orgullosa de ver al pequeño niño, hecho todo un gran hombre y que pronto logrará sus sueños en la vida.

-Gracias papá- le di un abrazo

-Bueno es hora de que desayunes, si no puedes llegar tarde al colegio, y siendo tu primer día sería de muy mala suerte.

Asentí y tome asiento en un huacal de madera, y serví café de olla para mi padre y para mi, el delicioso aroma de huevos con queso llegó a mis fosas nasales, era todo sencillo pero vivia feliz, tenía el amor de mi padre y eso era todo lo que necesitaba para ser feliz. Siempre he dicho que lo material nunca es algo que necesite porque todo se termina con el tiempo, pero el amor verdadero no, el amor dura toda la vida y te ayuda a ser la mejor versión de uno mismo, eso para mí vale más que un par de monedas que con el tiempo se terminan y nunca te harán feliz.

-Se te va a quemar el cerebro de tanto pensar Damián, mejor termina la comida y comienza a correr porque se te hace tarde.

-Perdón, solo que estoy algo nervioso, además de los nervios, este traje no ayuda en mucho a decir verdad- rasque mi nuca mostrando mi incomodidad.

-Es el precio que tienes que pagar Damián, ahora te aguantas- me miró con una sonrisa de lado mientras le daba un sorbo a su café.

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