Capítulo 8

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Damián

Mi cabeza daba vueltas haciéndome sentir mareado, iba procesando cada información que tenía y analizando cada palabra que salía de la boca de mi padre.

Si bien hace tres días atrás ganamos el concurso de la escuela y mi padre había callado la boca de varias personas, solo puedo decir que quería reírme en ese momento como también quería gritar y aplaudirle, no todos tenían esa valentía de decir las cosas tan directas y con respeto.

También ese día pasaron muchas cosas, podía sentir como Selina estaba más cerca de mí, pasamos de pelear a cada rato a mirarnos cómplices cada que teníamos oportunidad, además que puedo asegurar que ese día marcó un antes y un después en nosotros.

Mi padre y ella hablaron por minutos, podía ver como Selina sonreía con cada palabra que mi padre le decía,yo solamente me dedicaba a mirarlos mientras comía más pastel que había en las mesas.

Ahora conocía más a Selina, esa niña que siempre tiene una sonrisa y trata con amabilidad a las personas pero aún así es una persona cerrada y fría en sus sentimientos, pero sabía que no era así, ella se había creado con él tiempo ese muro para que nadie la lastimara y notará su dolor que cargaba día y noche.

Esa fría noche ella dejó que pasara su muro y viera la Selina con miedo, dolor y enfado en cada palabra que soltaba, entendía todo, nadie la podía lastimar más que sus padres, porque ella vivía el dolor cada dia, aún estando lejos de ellos era duro para ella no poder tener la figura y amor de un padre.

Esa noche la mitad de mi corazón se quedó con ella y las dudas que tenía sobre mi repentino enamoramiento con ella se habían aclarado, ese dulce toque que hicieron nuestros labios me dieron la respuesta que buscaba, era ella, ella me había hecho sentir mariposas volar por todo mi cuerpo y lo cálido de sus labios me hicieron sentir en casa.

-Claro viejo tonto, tu hablas y yo te ignoro pensando en la chica que me tiene loco de amor- la voz y el golpe que mi padre me había dado en mi cabeza hizo que mi atención volviera con él.

-Auch, la violencia no hacía falta en esta conversación papá- sobe mi nuca por el dolor que llegaba a ella.

-Te estoy hablando sobre mi plan y me ignoras, eso es de mala educación- me miró mal- pero entonces llevaras a Selina a la comida que el profesor nos regalo para nosotros dos.

-Pero papá no crees que sea muy pronto para invitarla a salir?- lo mire con nervios mientras tomaba café esperando que me diera la razón.

-No es rápido, de hecho tu eres demasiado lento en estas cosas Damián- me tendió un plato de nopales con huevo mientras servía más café en mi taza- hijo se gustan, desde lejos se ve, además las miradas que se dan no es solamente algo de amistad.

-Tu como sabes- lo regañe mirando hacia un lado

-Se te olvida que tengo ese pequeño don en donde puedo ver la realidad de las personas- me miro fijamente- por eso tu madre siempre se reía conmigo cada que salíamos juntos.

-¿Ella sabía sobre eso?- pregunté curioso

-Lo sabía, ella nunca me trato de forma diferente, a los demás les doy miedo porque piensan que soy un brujo, pero no lastimó ni nada de eso, solo puedo leer los pensamientos y un poco del futuro de las personas, pero nunca lo haría para lastimar, y eso tu mamá lo entendía- tomó su café mientras miraba su pequeña foto que estaba a nuestro lado en un mueble.

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