The moonlight

Capítulo 22

Selina

—Te propongo un trato— Rodrigo estaba sentado a lado mío en un columpio

Minutos atrás le había dicho todo lo que había pasado con Damián y con la prueba de embarazo. Confiaba en él, era mi amigo y sabía que podía ayudarme, además de que estaba involucrardo en todo esto.

—Escucho— detuve el columpio y lo mire con atención.

—Podemos casarnos, puedo decir que es mi bebé, puedo ayudarte a cuidarlo— se levantó de su lugar y se arrodilló frente a mí.— Selina, casate conmigo, puedo ser todo lo que necesitas tú y tu hijo.

Mis labios se entre abrieron, no sabía que pasaba, un matrimonio era algo que no quería en mi vida, no quería ir al altar con la persona que no amaba. Quería a Rodrigo, pero no de una forma romántica.

—Rodrigo, no es tan fácil— negué con la cabeza— no creo que sea una buena solución, es muy... —

—Es muy buena, Selina, tus padres te obligarían a buscar a un esposo, sabes que la imagen de tu familia caería con tu embarazo, los van a tachar como unos padres malos— me miró

—Y es que lo son— jugué con mis manos.

—No lo son, solo quieren tu bien, nunca veas sus acciones como malas— paro el movimiento de mis manos y las entrelazó— ellos solo buscan un mejor futuro para su hija.

—Rodrigo, no los conoces, ellos no son así, mi papá hace unas semanas... — y volvió a interrumpir.

—Yo puedo protegerte, Selina te quiero, de verdad te quiero con todo lo que soy, eres mi alma destinada— apretó mis manos— yo no te voy a dejar como él lo hizo.

—Él no me dejo Rodrigo, yo lo hice, y no fue por falta de amor— el nudo en mi garganta volvió a aparecer.— Mi papá me dijo que...

—No importa que haya pasado Sel— tu padre no hizo nada malo, el solo quiere cuidarte— su mirada era tierna.

—¿¡Rodrigo no lo entiendes!?— grite, me levante del columpio de forma brusca— No quiero tener a este bebé, no quiero ser mamá aun.

Y fue suficiente para que las lágrimas corrieran por mis mejillas. Realmente era un terror horrible que sentía en todo mi cuerpo, no había solución en ninguno de mis pensamientos.

—Lo entiendo, es el hijo de un campesino— me miró con su misma expresión.— pero si le das mi apellido, podrá tener un futuro prometedor.

—Estoy aterrada— sentí como mi voz tembló— no se que pasara de mí en un futuro si tengo a este niño Rodrigo, no se que hacer.

—Tu futuro esta claro.— encogió sus hombros como si le restará importancia.

—Tu no lo entiendes— sentía el enfado subir— es mi futuro, no el tuyo el que está en peligro.

—¿Porque estaría en peligro?.

—Por mis padres, ellos no van a entender que espero un hijo de Damián.— sentí sud brazos al rededor de mis hombros, me atrajo hacia el formando un abrazo.

—Yo te doy solo una opción, y espero y la tomes, lo hago porque quiero tu felicidad y seguridad.— hablo mientras me seguía abrazando y yo llorando sobre su hombro.— podemos tener una bonita familia juntos, si tendrás al bebé te juro que yo estaré siempre a tu lado y a ese niño jamás le hará falta nada y mucho menos a ti— acarició mi cabello— puedo hablar con tus padres y decirles que yo soy el padre, podemos planear una boda rápida, y cuando se te note el embarazo ya estés casada conmigo, así la imagen de ustedes no se manchara por culpa de Damián.