Capítulo 19

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Damián

—Hasta que llegan— la voz de Dante me trajo devuelta al mundo

—Es que no queríamos cortar un árbol qué tuviera todavía vida— Selina se apresuró a hablar— por eso buscamos uno que ya estuviera seco y estaba algo lejos del lugar.

Si claro.

Sonreí y asentí mientras dejaba  tirada la leña y comencé acomodarla para prenderla. Me sentía tan feliz que parecía que mi cuerpo soltaba chispas de felicidad como si fuese un fuego pirotécnico.

—Nosotros nos dimos cuenta que hay cabañas pequeñas abandonadas— Moisés hablo mientras comía una papá de su bolsa— Sofía dijo que sería buena idea ir a media noche— la miro mal— esta media loca.

—¡Oye!— exclamó tirándole un bombón rosa en la cara— Es para darle un poco de diversión a nuestra noche— nos miró— pero ya me di cuenta que la única valiente del grupo soy yo.

—Yo si me apuntó—Selina sonrió y camino hacia ella— Damián también.

—Woh, espera, no— negué al instante— yo no he dicho que si, es más me niego a ir— exageré mi movimiento de cabeza

—Damián es de nuestro equipo, el prefiere pasar sentado contando historias o cantando alrededor de la fogata— Dante camino hacia mí y me abrazo— ustedes vayan y busquen a de seguro un espíritu maligno qué las persiga y las mate en el transcurso.

—Si nosotros cantaremos la canción de la hoguera— Ián se incluyó a nuestro abrazo

—Son unos niños— Sofía nos miró con los ojos abiertos— están bien, nos vamos las dos, solo tengan cuidado.

Los chicos la miramos sin entender

—Digo los dejamos solos y tal vez el espíritu maligno no este en las cabañas si no en este pedazo— Tomo a Selina del brazo— con suerte y no hicieron la fogata bajo su tumba y ahora lo hicieron enojar qué espera que nos vayamos para matarlos lentamente— su sonrisa fue malévola.

—Cierto, tengan cuidado chicos, nunca le den la espalda a una parte oscura, quizá y salga por ahí— Selina le siguió mientras caminaban lejos de nosotros.

Todos nos miramos y era algo demasiado penoso de decir pero les gritamos a ambas qué no se fueran como si de niños pequeños se tratara. Ambas chicas soltaron carcajadas y caminaron en nuestra dirección.

—Santo dios, ha que son unos miedosos— Selina bromeó con Sofía.

—No tenemos miedo, pero este viaje se trata de unión, no podemos separarnos— se defendió Moisés.

—Bien, pues a cantar la canción de la hoguera— Sofía se volvió a sentar en las mantas junto con Selina

Ellas me miraron y me hicieron un gesto para que me acomodara en su lugar.

—Yo, no quiero que se escuche raro, pero Damián se podría sentar junto a mí— Sofía miro con temor a Selina quien ella la miro de forma extraña.

—¿Porque?

—No se, Dante se sentará con su amigo y Ián a mi lado, y no me siento cómoda aún teniendo a un desconocido a mi lado— vi como su cuerpo se tenso

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