Capítulo 25

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Selina.

Un mes había pasado, un maldito mes en donde todo había terminado.

Caminaba por las calles, la gente se enojaba por querer avanzar más rápido, había empujones y muchos chocaban entre ellos mismos.

Pero yo no me sentía ahí, no sentía los golpe ni las disculpas, no sentía absolutamente nada, ¿pero es comprensible no? Acabo de perder al amor de mi vida en un accidente, mi padre y Rodrigo estuvieron al tanto de todo, Rodrigo me dijo que el cuerpo había sido llevado a la casa de si tía quien los reclamo al último momento.

Al menos sabía que le habían dado sepultura a Herloville y a Damián como merecían. Ugh esas palabras hacían qué mi pecho doliera, estaba en negación, había pasado por todo en este último mes, dolor, enfado, culpa, tristeza y negación, no se cual tuve primero o no se si aun tengo todo eso en este momento.

Rodrigo y yo nos casaríamos dentro de dos meses, mi bebé estaba creciendo y mi vientre apenas parecía una bolita que no se notaba mucho. Supongo que un vestido lo bastante largo haría qué no se notará nada. Al final Rodrigo me dijo que tener una familia no estaría mal, muchas veces (millones de veces) le repetía qué no estaba segura de poder amarlo, no me sentía segura de volver aamar a alguien como ame a Damián. Y creo que nunca lo haré.

Si embargo, el estaba dispuesto a aceptar cualquier sentimiento de parte mía, el estaba más ilusionado con el bebé que yo, ahora yo solo sabía que era una mujer embarazada sin rumbo en sus emociones, y que mi hijo jamás conocería a su verdadero padre.

Llegue a mi casa, mis pensamientos se alejaron de mi cuando escuche gritos, mis padres no estaban en casa, Sofía se había quedado a dormir la noche anterior conmigo debido a mis constantes pesadillas.

Con pánico abrí la puerta rápidamente, pero en el salón no había nadie, ni el servicio de la casa ni mis padres, otros gritos más y sabía que era Sofía quien gritaba, subí las escaleras para llegar a mi habitación pero no estaba nadie cuando abrí mi puerta. Confundida camine en el largo pasillo persiguiendo los golpes sobre la cama, y entonces un grito desgarrador llego a mí, provenía de la habitación de mis padres.

Los pasos se me hacia pesados y como pide corrí hacia la puerta y la abrí, y ahí estaba el monstruo qué era mi padre quien estaba sobre Sofía, ella gritaba no tenía su blusa de pijama, mi padre luchaba para sacarle el sostén pero ella se movía bruscamente para que no lo hiciera. Estuve unos momentos congelada, el miedo me invadió pero también parte de la adrenalina.

—SUÉLTALA— grite como pude y avance hacia ellos, mi padre se separó de ella mirándome con enfado como si hubiera irrumpido su propiedad. Sofía me miraba con terror en sus ojos rojos y húmedos por las lágrimas.

—Largo de aquí Selina— mi padre murmuró entre dientes, se separó de Sofía y camino en mi dirección.

—No la toques— Sofía se levantó rápidamente y camino hacia mí también.

—No querrás meterte en esto mi amor— hablo suave y tan asqueroso su tono de voz que las náuseas volvieron a llegar a mí.

—¿Era lo que me querías hacer cuando estábamos a solas?— lo mire, no llaraba el miedo no me permitía hacerlo.— Eres un miserable— escupí con coraje.

—Lo quería hacer sí— hablo como si no tuviera gravedad sus palabras— pero el inútil de Rodrigo me gano tocando ese cuerpecito— sonrió de lado como si viviera un asesino en él.

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