Capítulo 21

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Damián

—El 5 de enero tenemos que ir a ver a tu tía— mi padre me miró de reojo, mientras movía un caldo de verduras.

—¿Tan rápido?, pensé íbamos a ir hasta febrero.

—La pobre enfermo, por eso estoy practicando— señaló el caldo— le podemos preparar uno, además tengo suficiente dinero para pagar el camión— sonrió de lado.

—Pero tenía planes para ese entonces— lo mire mientras dejaba de cortar la cebolla— Quería invitar a mi novia aquí, para que pasara también tiempo en mi casa.

—Eso es una buena idea hijo— hablo feliz— pero se hará cuando regresemos, ya pasaste unos días con ella y con tus amigos, ahora tu padre te necesita.

—Bien— resople— ¿cuando volveríamos?

—En cinco días, si acabamos de ayudarle a limpiar su casa entonces serán menos días.

Iba a protestar nuevamente el porque tenía que ir yo, pero 4 golpes se escucharon tocando la puerta, mi padre miro la puerta como si fuera algo extraño. Y lo era, nadie venía a visitarnos, solamente Yuli era la única que venía de vez en cuando.

—¿Esperas a alguien?— le pregunté mientras lavaba mis manos.

—No, tal vez sea un vecino cercano, abre la puerta y si quieren un poco de comida diles que pasen, tenemos comida suficiente.

Asentí y camine con un trapo gris sobre mis manos secandolas. En el momento en que la abrí un par de zapatos blancos con un moño pequeño en ellos, hicieron qué mi corazón brincara de alegría.

—Hola— murmuró débilmente.

Mi alegría se esfumó cuando le vi los ojos hinchados y rojos, se notaba cansada.

—¿Que ocurrió?— camine hacia ella cerrando la puerta a mis espaldas.

—Necesito hablar contigo— su voz seguía baja— Tengo novio.

—¿Que?— frunci el ceño, no sabía que estaba haciendo— claro que lo tienes, somos una pareja ¿no?— pregunte— eso quiere decir que tu tienes novio, que soy yo, y yo tengo novia, que eres tu— busque su mirada.

—No lo entiendes— el sonido de su voz me sorprendió, ya que esta vez lo hizo más subido de tono— no estoy hablando de ti.

—¿Que?— volví a repetir como idiota—Selina no estoy entendiendo, ¿es una broma?— pase saliva en seco.

—No— afirmó— quiero terminar con esto— y mi corazón se detuvo.

—¿Que?— y ahora me sentía el más idiota.

—Ya no puedo seguir haciéndote esto. perdón— su mirada seguía baja, por alguna razón su mirada no quería conectar con la mía— perdón por hacerte perder el tiempo.

—Por favor dime que es una broma— trate de jalar aire, de pronto me sentía mareado.— no voy a creer nada de esto, se que tus padres hicieron esto, no te dejes manipular por ellos, eres más que eso.

—No quiero escuchar esas palabras de esperanza y motivación— note como tomaba aire— mis padres me abrieron los ojos, no eres suficiente para mí, ellos tienen razón, Damián mi futuro a tu lado no es prometedor, yo merezco más.

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