Capítulo 29

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Damián

La vida era tan incomprensible, en ocasiones te mostraba lo lindo que era vivir por alguien, luego te quitaba a ese alguien dejando un vacío en ti.

Luego te daba una recompensa lo bastante grande para aliviar tu tormento, pero ¿y si no basta con tenerlo todo? ¿Si mi todo es una persona?.

Pasaron 11 años, los más largos de toda mi vida, había madurado, pero seguía siendo el mismo idiota de hace 11 años atrás, y eso no era bueno. Mi mayor tormento era una mujer.

Sentado en mi despacho escuchando Secreto de amor, para mi el cantante era mi ídolo y claro quería seguir sus pasos, uno de ellos no era ser cantante era obvio, pero si ser enamorador, ir de chica en chica conquistando su corazón y olvidar a la rubia de ojos como el sol.

Todo este tiempo pase buscando labios parecidos a los de ella, buscando una piel de ángel como la de ella, ojos que me mostraban lo brillante que era el sol en su reflejo. Una risa que me provocaba un cosquilleo. No había nadie como ella.

Tuve a muchas en mi cama esperando conseguir el mismo calor que me brindaba ella en las sábanas. Cada que les hacía el amor no podía sacármela de la cabeza. Y era mi mayor tormento pensar que le estaba fallando, mi cuerpo le fallaba queriendo a otras mujeres, pero mi corazón seguía siendo fiel a tal amor que un día se incendio y no quedaron cenizas.

Me levante de mi silla de piel café y acomode el nudo de mi corbata negra debido al nudo que sentía quería salir en forma de lágrimas nuevamente. Subí el volumen del estéreo, Joan Sebastián era mi más íntimo amigo ya que sentía que sus canciones eran mi historia con Selina, mentía si decía que no había llorado noches sentado en el borde de mi cama con las canciones de fondo.

Tantas que necesitaba dedicarle y ver su reacción. Pero ya no había una esperanza para eso, no cuando vi al amor de mi vida casándose con otro hombre, vestida de blanco esperando unir su vida con alguien que no era yo.

—Licenciado Boniver— entro mi secretaria con un maletin negro— le tengo buenas noticias, el caso que lleva desde hace 9 años esta listo.

—¿El caso de Moisés?— abrí los ojos con sorpresa, baje el volumen y camine junto a Liz— ¿nos dieron el caso por fin?

—Así es, tiene que ir a la ciudad de México para reunirse con sus familiares y decirles el proceso legal.

—¿Tenemos esperanzas para lograr sacarlo?— la mire mientras revisaba el caso, pero antes de que mencionara algo la interrumpí— claro que si, sacare a Moisés en un abrir y cerrar de ojos, tengo todo a mi favor para demostrás qué es inocente y que su detención fue discriminación.

Mi corazón latió con fuerza, después de estudiar en el extranjero, hacer mi carrera de abogado, graduarme con honores y con el tiempo logre hacer mi bufete de abogados luchando por defender a cada persona que lo necesitará. Ahora podía permitirme viajar a cualquier parte del mundo sin preocuparme por nada, y se sentía bastante bien.

—Mañana mismo parto para la ciudad, gracias Liz— le sonreí con tal entusiasmo que vi como se desabrochaba un boton de su blanca blusa.

—Estamos de buen humor hoy no creé— sonrió de forma coqueta

—Solo paso una vez Liz, y fue poco profesional, te dije que no volvería a suceder— desvíe mi mirada.

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