Capítulo 9

675 11 38
                                    

Selina

Todo esto era demasiado nuevo para mí, seguía con el maldito sentimiento de no saber que hacer conmigo y como no puedo controlar mi propia vida.

Hace dos días atrás mis padres regresaron de su viaje, ¿que si todo fue igual o algo cambió? Definitivamente sentía que algo había cambiado y no para bien.

Ellos regresaron con el loco pensamiento de que necesito comenzar a juntarme con los hijos de sus amigos, una idea loca de ellos es que necesito casarme con alguien que tenga un buen estado económico y sea buen partido, pero no para mi si no para la empresa de mi padre y todo su trabajo.

Aun no entiendo como se hicieron amigos tan "íntimos" de la familia Torres Altamirano de la noche a la mañana.

Todo fue tan raro el día de ayer cuando hubo una cena y esa familia llegó a presentarme a su hijo Rodrigo que si no sabían era mi compañero de clase.

Pero podía notar su interés en cada gesto que hacían, todo incómodo y palabras innecesarias en toda la noche, yo solo podía asentir a las palabras de mis padres pero nunca estaba de acuerdo en todo lo que decían.

Sabía que sí mis padres trataban de hacer que yo y Rodrigo fuéramos pareja sería algo bastante estúpido.

Rodrigo, él es un chico increíble y no negaba era bastante atractivo, pero no podía verlo más que como un amigo. Para mí gran suerte nos había tocado estar juntos en decoración de la escuela.

No me molestaba pasar un rato con él, pero la incomodidad seguía en mi desde que salí de casa y mi madre me había dicho que tratara de conquistarlo.

Cuando termine de comprar las luces camine en busca de mis amigos, buscaba a Yuli quien se había ido a comprar un par de telas que le habían gustado, Rodrigo se ofreció a ayudarla dejando a un Damián solo comprando un árbol de navidad.

Cuando recorrí casi toda la tienda para buscar a mi amiga y cansada de no encontrarla busque un asiento y esperar a que me vieran.

Mi vista recorría cada lugar y sonreía cuando un niño entraba a la tienda emocionado jalando a sus padres para que compraran decoraciónes navideñas, mi vista se detuvo en aquel chico medio rizado y con una enorme caja en manos.

Mi corazón se detuvo y una gran sonrisa apareció en mi rostro al notar como seguía molesto y buscando a la misma persona que hace unos minutos yo buscaba.

Mis manos sudaban por los nervios y sentía como mi corazón quería salir de su lugar con tan solo verlo, ¿que pasaría si yo les dijera a mis padres que alguien me gusta? darían saltos de emoción pero esa emoción se acabaría cuando conocieran a la verdadera persona que realmente me gusta.

Maldición maldición, aunque yo quisiera estar junto a Damián sería imposible, mis padres son el obstáculo más grande en mi vida y mis sentimientos.

Regrese a mirarlo, él noto mi presencia y conecto su mirada con la mía, malditas mariposas que surgieron en mi estómago cuando él camino hacia mí dirección.

Selina no podía estar con Damián ella es una niña que cumple las órdenes de sus padres, pero Elina, ella si podía estar con Damián porque le valía un pedazo de toronja lo que pensaran de ella.

The moonlight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora