Una charla con pretexto

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- Para la música se pueden ocupar Angelina y Afrodita. Mientras, tú y yo nos ocuparemos de las flores. - informó George.

- ¡Buuuh! ¡Cambio! - exclamaron Angelina y Afrodita.

- ¿Por qué?

- Porque Fred quiere llevarte la contraria, y porque Angelina quiere asegurarse de las flores ella misma. - aclaró Afrodita.

- Entonces, Angelina y Afrodita con las flores.

- Y los gemelos Weasley con la música - Fred se levantó del sofá y levantó los pulgares.

- Pues Di y yo ya nos vamos - Angelina agarró del codo a su amiga - Nos vemos esta noche cariño. Pasadlo bien en el trabajo.

- ¿Sólo él? - preguntó Fred como un nene.

- Lo ha dicho en plural alelao - gruño Afrodita.

- No estaba hablando contigo bonita - contratacó Fred.

- Claro, pero nadie te estaba escuchando, y he tenido la desgracia de ser la única de contestarte. - la chica se echó el pelo de un lado bufando.

- Vámonos - pidió Angelina.

En cuanto la puerta se cerró, George se dejó caer  y Fred se tumbó en el sofá.

- Mujeres - dijeron ambos a la vez.

Por la calle, Angelina y Afrodita iban tomadas del brazo.

- Aún no entiendo vuestro enfado, es tan...

- ¿Inútil? - sugirió Afrodita.

- ¡Exacto! Pero es que, no sé. Explícamelo.

- Fred es un idiota, y ya está.

- Pero siempre estás hablando de él. Siempre piensas en él y hablas de él, es como si odiaras estar enamorada de él. - la morena se giró hacia su mejor amiga, pestañeó - Ay Merlín, ¿odias estar enamorada de él?

- ¿Qué? ¡No!

- Oh venga ya. Soy tu mejor amiga. Nos hemos contado todo desde que tenemos uso de razón o incluso desde que no nos entendían mientras gateábamos. Te gusta, y mucho. Entre vosotros hay una tensión sexual muy grande. Pero te molesta, ¿verdad? Sé que es un capullo por todas con las que se acuesta, pero creo que lo hace por calmar lo que siente por tí.

- Nos teníamos muy bien olvidados cuando salimos de Hogwarts Angie.

- No. No, que va. Ya para entonces vivíais enamorados. ¿Desde cuando? Ay no, dime que no te molestó que fuera con él al Baile de Navidad. Lo siento mucho.

- Angie, por favor, deja de decir cosas sin coherencia.

- Estabas enfadada.

- Porque era un crío y te haría daño. ¡Y lo hizo!

- Terminé con George. Queríamos divertirnos, y terminamos bailando y de fiesta. No se lo tomé en cuenta. Al menos había estado conmigo la gran parte del tiempo. Pero tú lo querías a él. Os vi juntos.

- Nos echaron la bronca porque estábamos regañando en medio de la pista.

- ¿Y no se os ocurrió otra cosa que poneros a bailar? También podríais haber salido del salón.

- Menos divertido.

- ¿Disfrutaste bailando con él? - Angelina codeó a su amiga.

Afrodita negó con la cabeza - No. No sabe bailar, y pisa mucho.

- ¡Eso es mentira! ¡Lo disfrutaste! - la morena se rió - Es increíble. 

- Calla y entra. Tenemos flores que ver.

- Mira para cuando te toque a tí. Seguro que Fred pronto se arrodilla.

- ¡Angelina!

- Lo siento.

- Ya puedes ir parando, porque sabes que no es verdad.

- O mejor dicho, no quieres admitir la pelea.

Ambos hombres tumbados en el sofá con el ordenador entre ambos mirando bandas.

- ¿Enserio tiene que ser una clásica? - bufó Fred molesto. 

- Fred, cuando te cases tú, eliges lo que quieras - y murmuró - aunque dudo que Afrodita te deje elegir mucho.

Fred se giró hacia su hermano - ¿Es enserio?

George sonrió - ¿El qué?

- Afrodita y yo nos odiamos. Simple. Jamás nos casaremos.

- Mamá solía decir que no digas nunca beberé de esta agua y este cura no es mi padre. ¿Sabes por qué?

- En este caso no es aplicable. 

- O sí. Fred - George se giró a mirarlo - ¿Por qué no intentáis llevaros bien?

- Lo intento

- No lo haces. Tienes una coraza porque quieres seguir pareciendo un chico sin sentimientos, que se acueste con la primera de cambio, que es guapo y flipante. Claro, porque tienes que esconder la envidia que sientes por tus hermanos de estar teniendo sus propias familias, porque piensas que ella es mucho para tí y siempre te odiará. Pero no lo sabes si no intentas.

- Wow hermano, que grande y bonito - ironizó - ¿De dónde has sacado eso?

- De años enteros viéndote planear venganza contra ella. Siempre detrás, siempre pensando en ella. ¡Hasta sueñas con ella!

- No lo hago.

- Sí. - George se hizo el dormido y empezó a imitarlo - Afrodita, mi bella diosa. Oh Di, cuanto desearía que no fueras así, pero entonces no sería tan divertido. Déjame ser mejor por tí.

Fred bufó - George, soy tu hermano mayor, y te ordeno que dejes de hacer el imbécil.

- Eres el mayor, pero yo soy el maduro. Tengo la cabeza asentada. Tú no. 

- ¿Podemos seguir con la música?

- Cuando lo aceptes.

- ¿El qué?

- Que estás enamorado.

- George, nos odiamos. ¿No lo ves?

- Odiáis el hecho de que os amáis. 

- Lo que tú digas. 

- Fred, no tiene nada de malo estar enamorado. Sólo, asúmelo antes de que os pase algo malo. No me gusta verte sufrir. 

- Lo tendré en cuenta. - ambos volvieron a su trabajo.

En la floristería, el dependiente coqueteaba con la castaña, pero ella no se daba cuenta. Hasta que lo hizo la morena.

- Lo siento, ¿los tulipanes? - preguntó Angelina.

El muchacho bufó y la miró - Ahora mismo se las traigo señorita.

Cuando se fue, Angelina se acercó a Afrodita. 

- Sígueme la corriente - susurró.

- ¿Vale?

- Aquí - el muchacho volvió.

- Di, ¿qué te parecen estás para cuando te toque a tí? Fred está al caer, ¿no? Os queréis tanto, y sois tan adorables juntos. Una pareja fantástica - miró al dependiente sonriendo - Llevan quince años juntos. Ya tienen tres hijos. Y dentro de ocho meses, ya serán cinco. ¿No es genial?

El chico miró sorprendido a la castaña - Sí, claro. Duren mucho.

Afrodita sonrió - Gracias.

- ¿Las flores? ¿De qué las quiere?

- ¡Ese ramo! Es tropical, y típico a la vez. ¿Di?

- Preciosos Angie - opinó.

Al final fue música clásica para la ceremonia, y un dj para después.

Y un ramo colorido, morado, naranja y blancas. 

Y eso, a poco tiempo de la boda.


Enemies in law (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora