Enemies in law (Fred Weasley)

Se va

Afrodita se levantó de una pesadilla. Respiraba muy rápido y sin parar.

Fred seguía durmiendo, algo que agradeció.

Se levantó lentamente, se puso las gafas, y bajó a la cocina.

Bebió agua, pero aún estaba inquieta.

Fue una pesadilla horrible, pero en ese momento se olvidó de lo que había soñado.

Para distraerse, abrió el ordenador y miró los emails. Ya tenía trabajo, tan temprano.

Algo al final del salón llamó su atención. Tomó su varita y murmuró un Lumos mientras se acercaba.

Se extrañó al ver las maletas.

Las abrió y examinó. Ropa de Fred. Algo pasaba.

Volvió al trabajo y decidió esperar.

A las diez de la mañana, Fred bajaba bostezando.

- Buenos días cariño.

- ¿A dónde vas Freddie? - preguntó ella sin rodeos.

Fred miró las maletas y luego a ella, cruzada de brazos con pena y furia.

- Trabajo. Iba a decírtelo hoy. Me han llamado para la tienda que abrimos George y yo hace tiempo en Alemania.

- ¿Tienes que ir? - preguntó ella. 

- Soy el jefe. Era yo o George, él está de Luna de Miel y no quiero llamarle para nada. 

Afrodita miró al suelo - ¿Cuánto tiempo?

- Un mes. 

- ¿Tanto tiempo?

- Reinauguración de otra nueva en más ciudades. Los niños alemanes van a Beauxbatons, necesitan sus productos. Hay casi una tienda por ciudad, incluso pueblos. Te pediría que vinieras conmigo, pero no tendré tiempo para nada más que el trabajo y tú tienes trabajo.

- ¿Cuándo te vas?

- Esta tarde. Me lo dijeron ayer a última hora.

Afrodita se mordió el labio, asintió y lo abrazó.

- Estoy muy orgullosa por tí. No me molesta que te vayas, me sentiré un poco sola sin ti. 

- Te amo - él besó su cabeza con cariño.

- Y yo. 

Pasaron el día juntos, vieron películas, jugaron entre ellos, lo hicieron una última vez, y al final, ella no pudo evitar no llorar.

- Cuando menos te des cuenta, he vuelto. Estamos tan juntos, que no te da tiempo a echarme de menos.

Afrodita sonrió y lo besó - Abrígate, allí hace frío. Por las noches puedes llamarme, y por las mañanas, y al medio día. Cuando quieras. Te hago un hueco. 

- Ten cuidado Fita, ósea, Afi. Me lío - Afrodita rompió a llorar. - ¿Te va a bajar la regla?

- Algún día te explicaré esa historia. 

- ¿Fita?

Ella sonrió de lado aún con la cara húmeda. - Te quiero mucho. 

- Y yo - él le besó la nariz, tomó sus maletas y se fue. 

Afrodita se tiró al sofá, y sobó su tripa. 

- Supongo que no es el momento justo para salir a luz. Se muere si se entera. Pero yo sí quiero tenerte, y cumplir mi promesa. Cumplí la de cuidar a Mina hasta que murió de mayor, cuidaré de ti hasta que una de las dos muera.