Cómportate (2)

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Antes va Inseguridades, pero esto está loco y me lo cambia de lado. Lo siento.

- Vale, pero no me puedes negar que Alicia y Angelina eran las tías más buenas del colegio - Afrodita iba vestida con un top negro y unos pantalones de chándal que le llegaban hasta la rodilla, un codo apoyado en la silla, y los pies separados.

- Ehhh, lo dudo mucho - confesó Fred, que llevaba una camiseta de rayas y unos vaqueros sentado con la silla hacia atrás.

- ¿Cómo que lo dudas? Menudo cuerpazo, hacían quidditch, y eran asombrosas.

- Ya pero, no había feeling. A un tío le puede gustar una tía de lejos, pero en cuanto encuentran a la que hay feeling, se crea una tensión que lo hace celoso, posesivo y sólo tiene ojos para ella.

- ¿Tienes tú eso? - preguntó ella extrañada.

- Sí. ¡No pongas esa cara! Me da cosa, pero tengo que admitirlo.

- ¡Uh! ¿La conozco?

- Creo que sí. Mucho. Te cae bien. Es muy guapa, inteligente, y romántica. Sus ojos me recuerdan al fondo del mar, cuando ves las algas mezclándose con la tierra, con un toque de rayos de sol reflejado. Y su pelo parece sedoso, suave, es precioso. No tiene un cuerpo de modelo, pero sí de mi futura esposa.

Afrodita se mordió el labio, y en cuanto cruzó miradas, sonrió de lado.

- Es afortunada entonces.

Fred sonrió - Pero dudo que ella me vea así.

- ¿Por qué?

- Para ella soy como un grano en el culo. Siempre que hablamos se ve la tensión sexual, sobre todo porque parece que hablamos a voces, y me encantaría que supiera cuanto la amo.

- Sé un caballero. Intenta gritar menos, darle más la razón aunque no la tenga, y sonreírle. Tienes muchos beneficios aunque no los veas. Sácalos a relucir.

- ¿Tú crees?

- ¡Sí! 

El camarero se acercó a ellos - ¿Algo más? - el chico la miraba a ella, y ella pestañeó varias veces lentamente mientras entreabría los labios.

Fred se dio cuenta, y se enfadó - No, gracias. Ya nos vamos. - puso su mano encima de la de ella, lo que hizo que ella se girase rápidamente hacia él. 

- Está bien. - el chico tragó saliva y se fue.

- ¿Por qué has hecho eso? - preguntó ella confundida - No somos nada.

- Vámonos

- ¿Fred?

- Por favor.

Ella no lo entendió, pero lo siguió. 

Al llegar a casa, él subió rápidamente las escaleras. Afrodita se preocupó, y salió tras él.

- Fred, por favor, ¿qué te pasa? - él siguió andando deprisa - ¡Fred! ¡Fred!

- ¡¿Qué?! - él se giró en la puerta de su cuarto.

- ¿Qué te pasa? - él la tomó de las mejillas y la besó.

Ella se sorprendió, pero siguió el beso. Sus manos tomaron las de Fred.

Al separarse, se quedaron mirando. Sus ojos brillaban.

- NO. No debe pasar. Está prohibido - se separó y se metió dentro cerrando tras él.

Afrodita se quedó un rato ahí parada, pero cuando quiso pasar, él abrió la puerta. Estaba vestido y con una mochila.

Enemies in law (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora