Una musa para el dios del inframundo

Un dia

El camino de regreso fue tortuoso para ambos. La electricidad los envolvía y la pasión no se había ido del todo. Y a pesar de que Hades hubiese dado todo por devolverla a la celda para terminar lo que habían empezado, se rehusaba a tomarla en un lugar tan degradante, Mel merecía más, merecía que le hicieran el amor en un lecho de pétalos de flores no en un lugar sucio y maloliente.

Ninguno de los dos hablo hasta que llegaron a la luz.

Mel lo miro un segundo y asintió.

-Estaré con... Filie.

-Te veré en la cena, entonces.

-Me quedare ahí... por un tiempo.

Hades tomo su brazo antes de que comenzara a caminar.

-No.

Mel suspiro y se volvió hacia él.

-Necesito pensar... cerca de ti... me es imposible.

-Puedes pensar... en tu habitación, en mi templo.

-Hades, necesito ver a Apolo.

Los dientes de Hades rechinaron.

-No he inspirado durante tanto tiempo... me estoy debilitando... los baños de sol ya no son suficientes... lo necesito.

-¡No lo necesitas! - gruño.

Mel cerró los ojos armándose de paciencia.

-Solo un día. Un día.

-Un día arriba son seis aquí abajo. No te irás durante tanto tiempo.

-Entonces déjame tomar el lugar de Daria, Hades, terminaremos muriendo las dos...

-Yo... - se agarro el cabello y lanzo un grito desesperado. - ¡Bien! Te llevare con él. Un día...

-Con su noche.

-¡No!

-Hades... un día entero, con todo y su noche.

-Serian doce días aquí... no estaré sin ti tanto tiempo.

-Necesito el día para recargarme y la noche para inspirar. Si te preocupa que no regrese yo... te aseguro que si lo hare... manda alguien conmigo si quieres... pero... necesito ir...

La mirada de Hades era una mezcla de furia, desesperación... y miedo. Respiraba con agitación y su rostro estaba desencajado.

-Bien... - la miro furioso y se alejo de ella a grandes zancadas.

-Un día – soltó Mel para sí misma – solo necesito un día.

Esa noche no pudo dormir, tal vez por sus preocupaciones o tal vez porque Hypnos no se presento esa noche. Como fuere... le dio tiempo de pensar.

No podía seguir así. Ella no podía enamorarse de Hades... había probado el amor antes... siempre había terminado con el corazón en mil pedazos y estaba segura de que esta vez no sería la excepción. Hades estaba casado, y ella no pertenecía al inframundo, por mucho que le agradara. Necesitaba a Apolo, a sus hermanas, a los mortales. De quedarse aquí para siempre, terminaría igual que Daria, sin energías y... destrozada.

Antes de que amaneciera escucho los toques en su puerta.

Hades estaba frente a ella, lucia cansado, al parecer Hypnos no lo había visitado a él tampoco. A pesar de esto lucia igual de hermoso que siempre. Llevaba su corona y el cabello suelto. Lucia mas pálido que de costumbre y estaba muy serio. Su túnica era negra y sobre ella llevaba su capa roja con bordados de oro.