Capítulo 57: La llegada del duende rosa

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Narra Alexandra

Había pasado más de un mes desde la muerte de mis padres, tomé la decisión de ser fuerte como ellos siempre me habían enseñado serlo, visité la fundación hace unos días, no sé cuando volveré a ir, los chicos a veces me visitan, en especial Draco, en ocasiones le leo algún capítulo de mis libros, debido a que el me dice que le gusta escuchar mi voz mientras leo, que lo tranquiliza.

Desde hace dos semanas practico la oclumancia con Severus, dice que al parecer soy hábil, porque hasta el día de hoy no ha podido entrar a mis mente, sin embargo, cuando estábamos practicando legeremancia, me fui a sus recuerdos más profundos accidentalmente.

[Flashback

Snape entró a la clase de pociones, al parecer le daba tutorías a los de grados abajo, pude distinguir a mi madre entre los estudiantes, era la mejor de la clase y Snape estaba orgulloso de ella.

Al terminar la clase mi madre se acercó a Severus.

- Severus espera - exclamó habiendo que el se girara.

- ¿Qué pasa?

- ¿No vas a ir a buscar a Lily Evans, cierto?, Severus ella no quiere estar contigo, ella esta con el idiota de Potter, solo te estas haciendo daño a ti mismo, no debes dejar engañarte y crear falsas ilusiones en donde...

Severus la interrumpió.

- El que yo esté enamorado de Lily es algo que no es de tu incumbencia, no me estoy creando falsas ilusiones, además si hablamos de engañarse a uno mismo y hacerse daño tu eres el perfecto ejemplo, sabes que Tom solo te utilizará, aunque no dudo que ya lo esté haciendo, te estas haciendo daño Willow y eres lo suficientemente inteligente para notarlo, pero muy débil para aceptarlo - respondió serio, ella alzó ambas cejas y lo miró acercándose más teniéndolo cara a cara.

- Lily Evans se convertirá en la señora de Potter, recuerda mis palabras - dijo mi madre desafiante.

- Y tu recuerda las mías, Tom Marvolo Riddle será quien acabe contigo.

Fin del flashback]

Después de eso recuerdo los ojos de Snape cristalizados y me pidió retirarme, lo hice sin dudarlo, aunque el parezca ser una persona fría y distante, él también siente emociones, y el haber perdido a su hermana era algo que lo destrozaba, supongo que ve algo de ella en mí.

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Hoy habíamos regresado a Hogwarts,  nos encontrábamos todos sentados en el gran comedor a la espera de que terminaran de seleccionar a los chicos de nuevo ingreso, no puedo creer que ya haya pasado un año desde que descubrí el mundo mágico, a veces me preguntó que hubiera pasado si nunca hubiera venido, incluso me cuestionaba que si de haberme quedado en el mundo muggle mis padres Christopher y Elizabeth podrían seguir vivos.

- Enana, ¿todo bien? - me preguntó George, yo asentí - creí que estabas en la luna, creo que te perdiste demasiado en tus pensamientos.

Reí y Fred dijo.

- ¿Una rana de chocolate por tus pensamientos? - exclamó entregándomela - dinos, en qué pensaba esa cabecita.

Suspiré.

- Solo pensaba en que hubiera pasado si nunca hubiera venido a Hogwarts.

Ellos estaban a punto de decir algo pero la voz de la profesora McGonagall los interrumpió.

- El siguiente es, el señor Mattew Taylor - dijo con voz fuerte, los chicos y yo miramos emocionados hacia donde se encontraba Mattew, quien caminó con paso decidido sentándose en la silla, la profesora le colocó el sombrero.

Alexandra Riddle (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora