Ninguno de los dos hermanos había entendido porque, tan de repente, su abuela, Inesa, estaba tan interesada en ellos y su madre. Pocos eran los recuerdos de su niñez donde esa mujer aparecía, y los pocos donde aparecía; ¡eran horribles! Lo que no cambio ahora que eran adolescentes.Escuchar las quejas de Inesa por la mañana era horrible, no paraba de decir lo mucho que sufría porque sus otros hijos no parecían quererla. ¿Que no sabía con quién estaba hablando? Ellos eran adolescentes, su perspectiva del sufrimiento era algo completamente diferente, y así la comprendieran; ¿por qué les importaría el pesar de una anciana la cual no hizo más que despreciarlos cada que tuvo la oportunidad?
—¿Tienes novia, Gefry? Porque te la pasas con puros hombres. Eso es preocupante —le habló Inesa, sin filtro alguno, a la mitad del desayuno.
Cherri casi escupió su café de la sorpresa, antes de decir «¡mami! No digas eso, Gefry se concentra en sus estudios» causando que Inesa solo rodara los ojos. Jackson no podía ocultar su cara de asco y confusión al ver a su abuela, realmente no se le ocurría una razón válida por la que esa mujer se la pasará haciendo comentarios y preguntas tan fuera de lugar.
—¿Y tú qué? También te la pasas con puro hombre, ¿verdad? —preguntó la mayor, mirando está vez a Jackson, pero de una forma mucho más grosera que a Gefry.
—Mis amistades son personas muy agradables, ¿a quien le importa si solo son hombres? Yo estoy muy feliz y agradecido con ellos —le contestó Jackson, haciendo como si limpiara sus gafas, y así evitar ver a su abuela a la cara.
Inesa no hizo más que asentir con la cabeza, antes de voltear a ver a su hija con una mirada que decía «este te salió volteado» Cherri la ignoro de la forma más educada posible y le dijo a sus hijos que le contaran a su abuela sobre como les iba en la escuela, pues sabía que sus hijos eran muy inteligente, y dejarían apantallada a la mayor.
Jackson dió las calificaciones que creía poder recibir, pues llevaba un conteo de todas sus asistencias, sus trabajos y tareas entregadas, además de estar al pendiente de todo con sus distintos profesores. No fue sorpresa para nadie cuando la mujer mayor no respondió con emoción, sólo soltó un seco «felicidades» antes de voltear se a ver a Gefry y preguntarle a él como le iba.
El mayor de los Menaminez hizo como que tenía la boca demasiado llena por el cereal como para responder, aunque para su madre y su hermano era claro que eso era un intento barato para no contestar. Pero ¿que se suponía que dijera? Sus pasadas calificaciones eran horribles, y para la próxima entrega de boletas no apuntaba a tener un mejor resultado, y así mejorará, jamas podría superar las notas de Jackson.
—Ya deberían dormir a ese perro, solo míralo —soltó la anciana, cuando Niño Perro corrió hacia Gefry y puso ambas patas delanteras en las piernas de este, pidiéndole a su figura paterna que acariciara su cabecita.
«Hay que dormirla a usted» respondió Gefry en sus adentros, antes de ponerse de pie y llevarse cargando a Niño Perro hasta su habitación, le dio un beso en la cabeza y lo dejo acostado en su cama, lo cobijo y prometió sacarlo de ahí cuando volviera del colegio. En cuanto salió de vuelta a la cocina, Inesa ya estaba preguntando otra cosa desagradable.
—¿Y te piensas ir así al colegio, niño? —le cuestionó Inesa a Jackson, paseando su vista desde su boina hasta el cinturón con pedrería que este llevaba puesto.
Jackson tenía unas inmensas ganas por preguntarle a Inesa; ¿Piensas salir a la calle con esa horrible cara, maldita anciana? Pero sentía la mirada de su madre sobre él, por lo que solo fingió recibir un mensaje de Tom, quien le avisaba que ya había llegado.
—Mucho cuidado, mis bebés preciosísimos —se despidió su madre, poniéndose de pie para abrazarlos, y una vez los tuvo entre sus brazos, les dio un beso en la mejilla a cada uno—. Díganle a Tom que no conduzca muy de prisa, que es mejor llegar tarde pero entero.
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Siendo el personaje secundario de mi propia vida
Teen FictionGefry Menaminez está pasando por la adolescencia, sintiéndose como un pedazo de cartón remojado. Se cree feo, gordo, faltó de carisma y los granos en su cara no lo ayudan a mejorar la situación. Él jamás ha logrado algo importante o conseguido algún...