Siendo el personaje secundario de mi propia vida

3. Gordo mamón logra hablar con El perrucho Miler

¿En qué momento había aceptado formar parte del coro de la iglesia? Por qué quería maldecir ese instante. El no tener auto los obligaba ir en autobús a la iglesia, lo cual era horrible gracias a la enorme prenda que debía usar como uniforme del coro, y no solo era la vergüenza de usar tremenda prenda en el transporte público, si no que estaba sentado justo en el lado donde daba toda la luz del sol, lo que lo hacía sentir dentro de un horno.

En cuanto el autobús se detuvo en su destino, fue el primero en ponerse de pie, siendo seguido por su madre y su hermano, quienes no tenían tanta prisa como él. Ahora solo necesitaban caminar un par de calles y llegarían a la iglesia, lo cual era tortuoso para Gefry, pues no quería seguir sudando dentro de el horrible uniforme.

—No caminen tan rápido, me dejan atrás, y soy el bebé —les habló Jackson, llamando la atención de Gefry y su madre, quienes detuvieron su paso para poder ir a la par. Desde pequeño tenía las piernas ligeramente torcidas hacia adentro, lo cual no le permitía caminar con la misma velocidad de su hermano y madre.

En cuanto Jackson llegó al lado de su hermano, se percató de la cara llena de molestia que esté tenía. No le sorprendía para nada ver a Gefry molesto, lastimosamente era algo común verlo quejándose y odiando su vida. Quería decir o hacer algo para animarlo, pero no se le ocurría nada, sabía perfectamente con todo lo que su hermano tenía en la cabeza, por lo que se obligó a guardar silencio mientras seguían caminando.

En cuanto llegaron a la iglesia, su madre se quedó afuera, saludando a algunas de sus amigas que se encontraban ahí, mientras los dos hermanos entraron en seguida para poder sentarse hasta al frente. Tomaron asiento en la primera banca, Jackson amaba sentarse ahí ya que le encantaba poder ver cómo su hermano mayor se lucía siempre en el coro, por otro lado, Gefry se debía sentar ahí para poder subir al coro en unos minutos.

Las personas empezaban a llegar, entre ellas, Frank Miler y sus padres, quienes tomaron asiento en las últimas bancas, desdé ahí Frank logro ver a Gefry. Empezó a considerar la idea de ir a sentarse a su lado, pero creyó que esté seguramente se estaba preparando mentalmente para recordar todos los cantos que debería de interpretar a continuación. Su madre se dió cuenta de a quien estaba mirando, así que le dio un pequeño codazo, mientras le sonreía.

—Ve a hablarle, para que sean amiguitos —le dijo su madre, en voz baja, para que nadie escuchará y no incomodar a su hijo—. Incluso le puedes preguntar como canta tan bonito, y que te enseñe un poco.

Frank negó con la cabeza repetidas veces, pero poco le importaba a su madre, quien le había empezado a dar unos pequeños empujones para que se pusiera de pie, y finalmente lo hizo. Fue con cortos pasos hasta donde se encontraba Gefry, y sin previo aviso, tomo asiento a su lado, sorprendiendo a esté, quien ni siquiera escuchó cuando se estaba acercando.

Gefry se quedó estático. No tenía idea de si saludarlo o iniciar una charla como si nada, ya habían hablado un par de veces, así que no entendía porque se comportaba como si nunca se hubiesen visto, es que le daban nervios y pena en extremo el iniciar la conversación, prefería que Frank iniciará la plática como siempre. Ni siquiera intercambio miradas con el recién llegado, solo agachó la mirada e hizo como que jugaba con sus dedos.

Por su parte, Jackson no sabía nada sobre el chico que acababa de sentarse al lado de su hermano, y aunque podría verse como alguien grosero por ni siquiera saludarlo, quería que Gefry fuera el que en esta ocasión le hablara. En la gran mayoría de los casos, él era quien hablaba con todas las personas que se les acercaban a ambos, mientras su hermano nunca decía ni una sola palabra, y esto hacia sentir mal a Jackson, pues se creía culpable por el hecho de que Gefry no tuviese amistades, ya que él “acaparaba” a todas esas personas.