58. Gordo Mamon se ama

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«Yo también te amo», ese había sido el mensaje que Frank le mando la noche anterior a Gefry, y en toda la noche no se lo pudo sacar de la cabeza, mucho menos al día siguiente. Gefry no podía dejar de pensar en el motivo por el cual Frank le mandaría un mensaje así de la nada, claro, era bien sabido por todos que Frank era un espontáneo de nacimiento, y también un romántico, pero, en la cabeza de Gefry, tenía más sentido que Frank le contara una anécdota loca como que el día anterior fue atacado por una manada de perros y se tuvo que defender con sus propias eses.

La duda no lo dejó desayunar tranquilo, y en esos momentos tampoco lo dejaba disfrutar de su último día en la fantástica piscina de su tía Ceci. Gefry se mantenía quieto en una esquina de la piscina, Lizy flotaba tranquilamente sobre un salvavidas con forma de dona, y Jackson estaba sentado fuera de la piscina remojando sus pies.

—Como que esta es la vida que me merezco, muchachones. —Dijo Lizy al tiempo que se detenía frente a sus primos—. Ya lo decidí, me voy a casar con un millonario. Ya verán, voy a sacar a la familia de la miseria.

—¿No prefieres ser tu la millonaria? —le preguntó Jackson con una sonrisa, tomando a broma las palabras de su prima.

—Nah, me amo demasiado como para desgastarme trabajando—respondió Lizy antes de comenzar a mover las piernas para impulsarse a dónde estaba Gefry.

Entonces Gefry lo recordó. En cuestión de un segundo le vino a la mente lo sucedido antes de que él fuera a casa de su tía, y como le había dicho a Frank que lo amaba y él le respondió que no era cierto. De pronto se sintió pequeño y más preguntas le llegaron a la cabeza. ¿Era por eso el «yo también te amo»? ¿Se lo había mandado como una clase de disculpa por lo sucedido antes? ¿Si quiera tenía que ver con eso o solo era otra accion espontánea de Frank?

—¿Y tú qué traes? ¿Andas de emo? Te ves bien quien sabe cómo, Gefry, preocupas —le dijo Lizy, poniéndole atención a la expresión de su primo, quien de pronto se notó inquieto—. Uys... ¿te hiciste pipí?

—¿Pasó algo con Frank? —le preguntó Jackson. Se había acostumbrado a que cualquier cambio de ánimo en su hermano era ocasionado  por Frank Miler.

El momento que había tenido Gefry había llegado; Hablar de sus problemas de relación frente a Lizy. Y no es que tuviera un problema con su prima, más allá del mal olor que tenía ella en ocasiones, era más que nada porque Lizy no se guardaba ninguna opinión y en ocasiones sus palabras podían llegar a ser algo dolorosas aunque bien intencionadas. De cierto modo, su prima le recordaba a Borbando.

Pensó sus palabras por un momento, pues tampoco quería decir algo que dejara mal parado a Frank frente a Lizy y Jackson, pues el problema que tenía iba directamente relacionado a que Frank le dijo que él no se amaba a si mismo. «Pues está todo tonto, termina con él» ya podía imaginarse esas palabras saliendo de la boca de Lizy, incluso podía imaginar a Jackson poniéndole una mano en el hombro y diciéndole que no era para tanto y que no se dejara derrumbar por algo así. La realidad era que le daba vergüenza, a Gefry le daba mucha vergüenza admitir que tenía, una vez más, un problema causado por su baja autoestima.

—No es nada. —Gefry prefirió mentir. Se convenció por un momento que no tenía ningún problema del cual hablar y que todo se arreglaría solo una vez que regresara a casa, ya que, después de todo Frank le había mandado un mensaje la noche anterio diciéndole que también lo amaba, eso significa que todo estaba bien, ¿no?

—Pasó algo con Frank —afirmó Jackson, ladeando un poco la cabeza mientras una sonrisa comprensiva se formaba en su rostro—. Gefry, no existe nada que no puedas arreglar con Frank, ustedes se quieren mucho.

—Y siempre está la opción de dejarlo por uno más alto —dijo Lizy a modo de broma, aunque si le preguntaban, no era una broma del todo.

—De verdad no tenemos ningún problema —insistió Gefry, a la vez que jugaba un poco con el agua a modo de relajarse—. Ninguno de los dos hizo nada malo, solo me acordé de algo que pasó en su cumpleaños.

Siendo el personaje secundario de mi propia vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora