55. Momento de hablar y actuar

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Gefry miró en ambas direcciones de la calle, en la espera de que cierto auto con nombre de celebridad se apareciera.

En tan sólo unas horas sería la posada navideña en la iglesia. Debido a todo el trabajo que tenía Borbando, no había podido comprar su cambio de ropa para la ocasión, por lo que Las Chiquitrepadoras acordaron acompañar a Borbando a hacer sus comprar, y también a Frank, quien tampoco tenía su ropa lista debido a que cada que tuvo la oportunidad de comprarla prefirió procrastinar.

Ese día Cherri no acompañó a sus hijos a la iglesia, pues fue desde temprano a casa de una de sus hermanas en la fe para preparar distintas comidas que servirían en la posada, por lo que Gefry y Jackson tenían el camino libre para tardar todo lo que quisieran.

—¿Y si va a venir? —les preguntó Frank, con la mirada puesta en un extremo de la calle y ambas manos metidas en los bolsillos de su suéter.

—Tiene que. Wilson es muy responsable y puntual —contestó Borbando. Quiso sonar despreocupado, pero la desesperación lo estaba comiendo por dentro, pues estaba contra reloj y todavía ni decidía como primaria su cabello esa noche.

—¿Y si decidió que hoy no quería ser responsable, puntual, ni apellidarse Wilson? —le preguntó Frank a Borbando, viéndolo con su clásica mirada relajada.

—Miler, te pido de favor que no me metas ideas en la cabeza —soltó Borbando, después de respirar profundamente—. No estoy de humor para imaginar escenarios desastrosos.

—Tom va a venir —le aseguró Gefry a Borbando, al ver como éste comenzó a mecerse para tratar calmarse.

—Lo sé, Menaminez, pero es complicado ser positivo cuando tengo una gran fuente de energía negativa justo a mi lado —explicó Borbando, pasando de ver con cariño a Gefry a mirar con desaprobación a Frank.

—Soy una fuente de amor y pasión —aclaró Frank, con total normalidad.

Borbando sólo alzó el rostro y desvío la vista de Frank, para concentrarse en hacer una imagen mental del atuendo que quería comprar para esa noche, también uno para Navidad y otro para el tan esperado año nuevo.

—Creo que ya llegó —dijo Jackson, minutos después, al ver al auto de Tom a la distancia.

Benito sonrió aliviado cuando Tom se estacionó frente ellos y bajo del auto.

Tom quiso explicar la razón de su tardanza, pero antes de poder hacerlo, ya tenía a Borbando abrazándolo con entusiasmo. Jackson abrió en gran manera los ojos ante esa escena, pero solo apretó los dientes.

El menor del grupo respiró profundamente al sentir cada vez más coraje. Sabía que estaba mal estar celoso, claro que lo sabía, pero no podía evitar sentirse asi, menos cuando Tom nunca le mostraba cariño de forma física pero parecía no tener problemas con la cercanía de otras personas.

—¿Tanto me tarde? —les preguntó Tom, cuando Borbando lo soltó.

—Quiza no fue mucho, pero lo sentí como una eternidad —dijo Borbando, sin borrar su sonrisa de alivio—. De verdad creí que no ibas a venir y que tendría que improvisar usando ropa que ya tengo.

—Lo siento. Seré mucho más puntual la próxima vez —juró Tom, poniendo una mano sobre el hombro del rubio. Como respuesta, Borbando lo volvió a abrazar.

Algo dentro de Jackson pareció hervir en el momento que éste vió como Tom correspondió sin problema alguno el abrazo de Borbando. Antes de pensar bien en sus acciones, el peliteñido caminó hasta esos dos.

Siendo el personaje secundario de mi propia vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora