VOLUNTAD

Tercera Parte: Familia

CAPÍTULO 16: SHAWN

Todos reciben a sus familiares mientras que yo solo tengo recuerdos de una infancia destruida de torturas, castigos y muertes. Pienso en mi madre porque era la única persona que quería de verdad y ella si que nos sabía cuidar, me arropaba en la noche, me cantaba canciones con su dulce voz y todo el tiempo me decía: <<Shawn, tú no debes ser como tú padre y tú abuelo, debes ser bueno>>.

Lo único que me pidió y fallé en absolutamente todo, fui malo, despiadado, asesino, seguí con los ideales de mi familia porque no tenía alternativa y fallé. Puede que si tuve alternativa solo que tenía miedo, que irónico mi propio miedo me consumió y me convirtió en lo que mamá no quería que fuera, pero ya está, lo pasado pisado, lo hecho, hecho está y no es tiempo para lamentaciones, sí quiero emendar lo que hice debo hacerlo con acciones.

Tomo una rosa de las que hay en el lobby aunque veo que hoy son rojas, y decido llevarla a la lápida de la chica que aún amo a pesar de no tenerla físicamente a mi lado, se mantiene viva en mi corazón, fui ingenuo al pensar que alguien que quiero podría mantenerse con vida estando a mi lado. Muchas personas me quieren ver muerto y sí Keira seguía con vida seguramente a ella sería a quien matarían primero para quebrarme, igual fue lo que sucedió, la mataron a ella, aunque sospecho que Seraffin pensaba dispararme a mí y su puntería falló.

Llego a la lápida y me pongo de pie frente a ésta.

-Keira te prometo que mientras tenga vida traeré una rosa a tú lápida-. Digo un poco ahogado- No encontraremos pronto mi amor-. Termino de decir cuando volteó y veo a Ram mirándome.

-La amabas de verdad-. Comenta con una mueca- Lo siento compadre-. Dice con un deje de melancolía- Era una gran persona-. Termina por decir.

-Si, lo era-. Afirmo con tranquilidad, trato de juntar coraje para tener valentía y pedirle disculpas a Ram- Sabes tengo algo que decirte-. Digo titubeante.

-¿Qué?-. Pregunta Ram con una mueca de duda en su rostro.

Como puedo empezar con ésto- Sé que merezco tú odio y no merezco tú perdón, pero necesito pedirte perdón, sé que lo que hice contigo y tú familia no tiene perdón ninguno pero es lo único que puedo hacer-. Digo esperando que su cólera lo haga querer golpearme.

-Está bien-. Responde él sin mucha vuelta y con frialdad en esas dos palabras.

-¿Solo eso?-. Pregunto.

-No tengo nada para decir, ¿Acaso pedir perdón revive a mi familia?-. Pregunta y yo niego con la cabeza- Entonces no sirve de nada que te lo niegue ó que te lo otorgue lo que hiciste ya lo hiciste-. Responde sin dar importancia y se marcha aunque siento que haberle recordado aquel día lo ha lastimado más de lo que pensaba.

No se que fue lo mejor, que me lo negara ó que me diera a entender que me perdona por lástima porque cree que no sirve de nada no darme el perdón. La realidad es que me hizo sentir la clase de persona que soy, fue como si me hubiera hecho ver en un espejo y detrás de mi todas las muertes. Por algún motivo empiezo a recordar como fue el día en que maté a su familia: recuerdo que fue el único sobreviviente del proyecto MIEDO de los reclutados de esa tanda y cuando lo fueron a sacar mató a tres de mis soldados, entonces cuando yo me enteré hice lo mismo con su familia: apliqué la clara ley de ojo por ojo, diente por diente. Así que cuando lograron traerlo al laboratorio lo llevé al patio del mismo y ahí frente a él tenía a su madre, padre y hermano amarrados cada uno a una silla. A Ram lo ataron a otra silla para que vea lo que se siente no poder defender a sus seres queridos. Si bien esos soldados no eran nada para mi, quería saldar su deuda, tres vidas por tres vidas.

Recuerdo que le dije- Verás lo que tú hiciste con esos tres soldados, solo que aplicado a tú familia, Ramsi, ojo por ojo, diente por diente-. Sin más le disparé a su hermano, luego a su madre y por último a su padre sin tan siquiera titubear.

Recuerdo los gritos de desesperación del mismo y terminé diciéndole- Eso es lo que se siente-. Me marché sin más dejándolo llorando en ese lugar hasta el otro día.

Vuelvo a la realidad ya que la voz de mi hermana me trae a la realidad- ¿Luchando contra tus muertos?-. Pregunta.

-Algo así-. Respondo- Entonces vienes a visitar a tú hermano en el día de visitas familiares-. Le comento con sarcasmo.

-No, tú no me interesas-. Responde ella y tener a mi hermana tan distante me duele- Te quería avisar que mañana tenemos una reunión, solo eso-. Cuando se da la vuelta me veo tentado y la abrazo por la espalda.

Ella se detiene un instante y creo que me dará un abrazo pero solo se mantiene rígida y fría. Soy tonto al pensar que la podré recuperar, un abrazo no cambiará sus ideales.

Se separa de mí- No lo vuelvas a hacer, ¿Oíste?-. Me ordena con odio aunque algo diferente vi en sus ojos.

Me quedo solo nuevamente frente a la lápida de Keira, ese es mi destino, estar solo lamentandome por las personas que maté, creo que eso es lo que merezco.