Cuarta Parte: El viaje

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CAPÍTULO 22: JAY

Antes de subir al avión pasamos por un puesto de armamento en el cual nos otorgan la posibilidad de elegir que armas llevar y nos dan un máximo de cuatro armas de fuego y un total de cinco armas blancas, siempre hay que recordar que cuanto menos equipaje tengamos más ágil será todo, pero no obstante no podemos ir regalados a un lugar donde ya nos esperan quien sabe con que cosa para matarnos.

Al llegar al puesto de arma, tomo dos revolver automático, un rifle y un revolver que parece una metralleta que jamás antes vi, paso al sector de armas blancas y me equipo con dos cuchillos de tiro, un pequeño machete y una punta de filo por si es necesaria. Ahora es el dilema como acomodar ésto: pongo los dos revolver en las enfundaduras que tengo al lado de cada rodilla, el rifle lo cuelgo en mi espalda, la pequeña metralleta la coloco en una enfundadura que esta del lado derecho a la altura de la cadera. Los respectivos cargadores y balas de éstas armas van todas sobre el cinturón de equipamiento de munición que rodea mi pantalón. Ahora tomo los cuchillos y coloco los cuchillos de tiro en un cierre que tiene el chaleco, el machete en la enfundadura del lado izquierdo a la altura de la cadera y la punta de filo la escondo dentro de la suela de las botas militar negras por si necesitamos de algo así. Luego de ésto camino al avión y me sorprende lo grande que es, en las películas los aviones militares se ven enormes y uno se sorprende al verlos, pero tenerlo de cerca es como que te sientes tan insignificante y pequeño, debe de ser lo que siente la hormiga frente al pie de la persona que le pondrá fin a su vida, te sientes pequeño he indefenso.

-¡¡WOW!-. Escucho exclamar a Federico- En mi país hay un avión así y lo usan para transportar a la base de investigación en Antártida pero jamás creí que haría un viaje en uno de ellos-. Dice muy contento.

-Si debe de ser increíble-. Respondo siendo breve.

Cuando subo en su interior todo es de metal, hay redes por todos lados, herramientas, mochilas con paracaídas y muchas cosas que no se ni para que son como unos botones que se ven en una pared, todo es tan novedoso y tentador que quieres tocar todos los botones pero no debo hacerlo sería peligroso. En los laterales del avión hay todo bancos con cinturones de seguridad para que los pasajeros(nosotros) viajemos seguros.

A mi lado se sienta Cooper el chico que se unió a la misión junto a Alex (así le comenzamos a decir en confianza) y a Chaff. Puedo ver la tensión en los ojos del chico al ver que el avión comienza a marchar.

-Tranquilo, todo está bien-. Le digo, pero el chico solo asiente y quita la transpiración de su frente sin decir nada. No me ha prestado ni un segundo de atención, el miedo lo tiene paralizado.

Al cabo de unos minutos de estar en el aire y con demasiadas sacudidas a causa de la turbulencia, veo que Chaff sale de la cabina y se pone frente a todos nosotros.

-Bueno chicos, ya estamos en el aire camino a ese lugar, recuerden que Seraffin sabe que vamos no se pongan a tiro de él ó considérense eliminados-. Termina de decir. Así que nosotros asentimos.

No se cuantas horas han pasado pero nadie está en la misma posición, algunos duermen en el suelo, otros siguen despiertos, otros asustados, otros como yo despertamos y otros hablan aislados del mundo, evidentemente Jess le está contando todo a Chris para que sepa que es lo que sucede y para que éste no interfiera, pero lo que estoy viendo es que no se lo ha tomado para nada bien.

Yo trato de disimular y no mirar pero no puedo, estoy contento porque al fin Jess y yo podremos ser felices el tiempo que tengamos y la verdad no lo niego, me alegro que Jess se quitó a ese paparulo de encima ya me habían cansado sus malas miradas cuando ella estaba conmigo, pero la verdad es que Jess jamás dejó de amarme a pesar de todo.

Pasan otras horas y Chris se acerca a mi- Perdón, no sabía lo de ustedes, Deyna me dijo que Jess quería verme por eso acepté viajar-. Termina de decir y me toma por sorpresa su comentario.

-¿Así que Deyna te trajo bajo engaño?-. Pregunto de forma pensativa y Shawn se me viene a la cabeza cuando decía que no sabía quien era su hermana y la verdad es que yo tampoco la descifro.

-Lo siento repite y se marcha-. Seguido de él aparece Jess.

-Listo, comenta con entusiasmo-. Sonriendo muy feliz.

La miro directamente a los ojos- Al fin ya podremos empezar de nuevo-. Digo con ánimo.

Ella me mira y toca mi rodilla-Si, pero aún somos amigos ¿Lo recuerdas?-. Me pregunta con sarcasmo.

-Lo recuerdo-. Respondo mientras tomo su mano.

Al cabo de otras horas veo que Jess se ha quedado dormida sobre mi hombro y no puedo evitar mirarla, es hermosa cuando duerme y aún con ese uniforme que no favorece a nadie está hermosa o tal vez a lo que estoy enamorado de ella todo me gusta lo que tenga que ver con ella.

Acaricio su cabello lentamente y luego su cara mientras la veo dormir plácidamente entonces le susurro- Te amo-. De forma casi imperceptible, pero algo en ella tal vez su subconsciente escuchó esas dos palabras tan pequeñas y tan profundas a la vez porque sonrió. Eso me hace feliz porque sé que pronto estaré con ella porque la amo, aunque ella tenga miedo y se haga la difícil sé que también me ama solo necesita tiempo, pero la palabra tiempo es curiosa hoy en día porque nuestras vidas estarán a contra reloj todo el tiempo en la ciudad del miedo.

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