Quinta Parte: Bienvenidos

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CAPÍTULO 25: JESS

Trato de ver que sucede pero no veo nada, delante de mi tengo a Chaff, a Ram y éstos no me permiten ver que es lo que sucede, pero lo que sucede no ha de ser bueno ya que escucho una respiración jadeante y alguien que llora pero trata de ocultar las lagrimas. Le dispararon a alguien es lo que puedo deducir.

-Tranquila Sherry, todo estará bien-. Escucho decir a su hermana.

Ésto no puede ser posible, le han disparado a Sherry. Quedo paralizada por un instante hasta que siento la voz de Chaff- Ven conmigo, necesito de tu ayuda-. Me dice.

Seguimos pasando por el ducto hasta llegar al frente ya que algo tiene Chaff en mente, pero tendré precaución ya que un error le costo un alto precio a Sherry. Estoy llegando a la salida del ducto y paso por al lado de Ram quien no deja de llorar con una mano en el hombro de Sherry y Felicia que trata de mantener despierta a su hermana, pero veo los ojos de Sherry los cuales se clavan en mi y es como que si se estuviera rindiendo, entonces agacho la mirada y veo la herida en el lado derecho de su vientre de la cual sale sangre, pero encima de la herida han puesto unas vendas para disminuir la pérdida de sangre.

-Resiste-. Le digo a Sherry, pero ella solo asiente ya que le cuesta respirar y hablar es casi imposible.

Sigo adelante cuando estamos en el limite del ducto otra serie de disparos se aproximan de forma casi impredecible y retrocedo rápidamente para que no me alcancen las balas.

-Los he visto-. Me dice Chaff.

Saca de su bolsillo dos pares de granadas y me da dos- Saca el seguro y lanzala a en dirección una hora, no demores-. Me ordena sin darme margen a pensar.

-Entendido-. Aunque espero lanzar bien porque tengo que usar el reloj como referencia, se supone que nosotros estamos a las seis, así que miro mi reloj de pulsera para ayudarme a visualizar en que zona tendría que lanzar las granadas.

-¿Lista?, debes ser rápida-. Me advierte, yo asiento- A la de tres-. Dice.

-Uno-. Digo empezando la cuenta.

-Dos-. Responde Chaff.

-Tres-. Termino de decir eso cuando ya estoy quitando el seguro de las granadas con gran destreza y práctica así que luego sin mucho rodeo veo que con gran sincronización ambos lanzamos las granadas a la vez en diferentes direcciones, pero nos lanzan unos disparos que por suerte son fallidos.

-¡Al suelo!!!-. Grita Chaff inmediatamente. Así que todos lo hacemos sin dudar.

Cierro mis ojos cuando estoy sobre la fría superficie del metal esperando la explosión, entonces empiezo mentalmente a contar: <<uno, dos...>>. Y de repente el sonido ensordecedor abruma todo el lugar y a la vez se escuchan unos gritos perdidos que son consumidos por la explosión. El ducto parece sacudido por un temblor y a la vez el eco de la explosión hace que mis oídos tengan un pitido muy molesto que me dificulta escuchar.

Bastante desorientada me estabilizo y veo a mi alrededor que todos tratan de estabilizarse, ya que las granadas generaron un gran sonido que por un momento pensé que quedaba sorda.

Miro a Chaff y veo que éste se encuentra mirando desde el limite del ducto hacia los lugares que los soldados se escondían.

-Despejado-. Dice- Alex, necesitamos tu arma con cuerdas-. Le pide y ésta la pasa hacia adelante para que Chaff la utilice.

Acto seguido Chaff dispara el gancho del arma hacia arriba, supongo que para engancharla a las piedras que se encuentran por encima del ducto, luego quita el rollo de soga que tiene el arma y lo deja caer para si tenemos la soga por la cual poder bajar, pero la verdad es que nadie bajará ya que no dejaremos a Sherry sola en sus últimos momentos sin intentar mantenerla con vida.

-No podemos dejar a la chica, pero debemos continuar la misión, Ram y Felicia quédense con ella, hay que protegerla y tomen mi radio, presionen el canal cinco e informen a Deyna de lo sucedido para que envíe algún equipo de respuesta rápida-. Dice Chaff cuando le da el radio a Felicia ya que es la que está más entera de ellos dos- Buena suerte-. Termina de decir y comienza a bajar por la cuerda.

Luego siguen bajando los otros y decido ser la última. Cuando me toca bajar me acerco a Ram y a Felicia- Todo saldrá bien, les prometo que acabaré con ellos y volveré con ustedes en un abrir y cerrar de ojos, mantengan sus ojos bien abiertos-. Les digo.

Ram me toma la mano- Gracias por ayudarnos a escapar del laboratorio, jamás tendremos forma de agradecerlo-. Me dice esas palabras que me ponen aún más triste, porque solo pude sacarlos de ese lugar y ahora una de los nuestro, de los sobrevivientes del laboratorio ya ha caído, la lista de las persona que quiero que salen lastimadas parece jamás parar.

Me acerco titubeante a la soga y por un momento tengo miedo de bajar y entrar por mi cuenta a ese lugar, nuevamente tengo esa sensación de no poder saber sí es un sueño ó realmente está pasando, descender por ésta soga es como descender cada instante un metro más al infierno, pero lo peor de ésto es que estoy descendiendo al infierno por mi propia voluntad, porque así yo acepté, es volver a descender a ese lugar que ya una vez me mantuvo bajo ese gran domo de concreto.

No se si soy valiente, pero lo que sé es que volver nuevamente aquí no será lo mismo que la primera vez. La primera vez fuimos los invitados, ahora somos unos infiltrados los cuales no creo que seamos bienvenidos pero estamos preparados para luchar, estamos listos para enfrentar lo que se nos proponga.

Nos han dicho que no tendremos que combatir contra nuestras alucinaciones, pero que si tendremos que tener mayor precaución porque será como una pesadilla hecha realidad. Nosotros no elegimos ser parte de un proyecto, nosotros no elegimos ser torturados, pero si elegimos enfrentarnos a ésto, si elegimos acabar con ésto y poder darle un fin.

Nuestra voluntad está intacta, estamos dispuestos a luchar, pero sabemos que el miedo estará latente intentando quebrar nuestra voluntad y llevarnos a la locura una vez más, pero aún así intentaremos terminar con ésto como lo empezamos: juntos. Seraffin no podrá con nosotros. Cada vida que el toma de los nuestros es una nueva motivación que nos impulsa a seguir adelante y eso nos hace más fuerte, puede tomar todo lo que quiera de nosotros pero no ganará. Al llegar al suelo veo que todos están en alerta por si nos atacan, pero no aparece absolutamente nadie las granadas han devastado bastante, veo los cuerpos en el suelo como si fuesen muñecos de trapo que sangran, trozos de piedras que se han desprendido, la tierra revuelta y un silencio aterrador. Un silencio muy característico del lugar, un silencio tan familiar que me trae a los días en los que solo fui un ratón de laboratorio con el cual se divirtieron pero ha llegado el momento de saldar las cuentas.

VOLUNTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora