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Su abuela era como una segunda madre para Yoonhye y Yoongi. Cuando su mamá se fue de casa para siempre la abuela y su padre fueron los únicos en verlos y cuidarlos. Y cuando el abuelo falleció quisieron llevarla a Seúl con ellos, pero se negó diciendo: "Todos estos muros tienen recuerdos del abuelo, y me sentiría fatal si lo dejara. Jamás abandonaré a ese viejo, así él me haya abandonado a mí primero".

—Mi niña ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?

Yoonhye seguía abrazando a su abuela y ella se encargaba de palmar su espalda para tranquilizarla.

—Te extrañé mucho, abu.

Su abuela comenzaba a reírse con sus ojos un poco llorosos.

—También yo, preciosa.

Después de la reconfortante bienvenida dejó que su nieta se instalara en la casa y suba a la habitación que antes le pertenecía a ella cuando era una niña.

—Vaya, todo sigue igual.

Dejó su maleta a un lado y la mochila también. Se acercó al librero que estaba al costado de su pequeño escritorio y al ver los libros clásicos que leía antes volvió a recordar esos días de secundaria en los que se pasaba ahorrando el dinero que su papá le daba como propina para que cada fin de semana vaya a la librería a comprar más libros clásicos de romance y en algunas ocasiones de terror, como los de Stephen King. Un clásico.

—Acomódate y después bajas. ¿Quieres ayudarme a hacer tarta de fresa?

Se volteó en dirección a ella y asintió frenéticamente. La tarta de fresa de su abuela era la mejor sin duda.

Sacó toda su ropa de la maleta y volvió a colocarla en los cajones de su antiguo ropero.

Entró a bañarse para después ponerse su pijama y unas pantuflas color rosa a conjunto. Tomó el móvil y llamó a su padre para avisarle que ya había llegado a Daegu y que estaba sana y salva en casa de la abuela, aunque ella no se preocupaba de nada porque conocía las calles como la palma de su mano. Su padre aprovechó en informarle que Yoongi todavía no regresaba a casa y que lo más probable es que regrese en la noche.

No le había dado tanto tiempo de ver la sala de la casa ya que subió de prisa a su habitación y cuando bajó a ayudar a su abuela se fijó en el bonito árbol de navidad que se robaba toda la atención en el lugar. La casa estaba decorada y tenía el ambiente navideño. Le sacó una sonrisa.

Caminó hasta la cocina y al llegar vio todos los ingredientes listos en la encimera. Abrió la bolsa que tenía las fresas y comenzó a mordisquearlos.

—Hye, si te terminas las fresas ya no habrá tarta.

Ella se disculpó sonriendo y achicando los ojos a la vez.

Su abuela le prestó otro delantal y juntas comenzaron a preparar la tarta. Recordó la primera vez que su abuela le pidió que la ayudará a preparar el postre, también le había invitado a Yoongi, pero éste como siempre rechazaba la oferta y salía a divertirse con sus amigos.

Cuando terminaron la tarta, su abuela preparó jugos de naranja para ambas y se sentaron en la mesa.

—¿Ha sucedido algo en casa, Hye? —preguntó su abuela.

Yoonhye ya sabía que tarde o temprano su abuela le preguntaría si todo andaba bien con ella porque no es nada común que venga a Daegu de sorpresa. Para su abuela esa visita lo entendía como una huida, como si su nieta estuviera pasando un mal momento en Seúl y necesitaba salir de ahí a buscar oxígeno porque se ahogaba. Y ese único oxígeno lo tenía su abuela en su pueblo natal.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora