6.

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-Profesor... Lamento haber llegado tarde. Yo... - Hye llegó al salón donde le tocaba recibir clases, tocó la puerta y el profesor abrió con una cara de sorprendido pues éste no estaba acostumbrado a ver a una de sus mejores alumnas de la carrera llegar tarde.

-¿Qué fue lo que pasó Yoonhye? Tu no eres de llegar tarde – Hye estaba cabizbajo mientras escuchaba las reprendidas que le daba su profesor.

-Perdón profesor, no volverá a suceder – alzó la cabeza y puso unos ojos de cachorrito, esos que ni su propio hermano se podía resistir, nadie se resistía.

-Pase. –

Hye vio a Somi sentada en la última fila  y fue donde ella y se acomodó a su costado.

-¿Por qué tardaste tanto? – susurró Somi. -Te estaba mandando mensajes y no me contestabas... -

-Estaba apunto de responderte cuando él chocó conmigo – Tanto Hye como Somi se sorprendieron por lo que dijo la primera.

-¿Él? ¿Con quien chocaste? – Somi miró a su amiga con curiosidad, mientras  Hye trataba de inventarse una excusa para que olvidara ese tema.

-No, nadie chocó conmigo. Yo choqué con la pared – Hye soltó una pequeña risa  para disimular su nerviosismo del ambiente.

-¿Segura? – Somi insistía.

-¡Por supuesto Somi! Ya, sabes que soy una despistada en todo. – Hye esquivó la mirada de Somi y se concentró en los apuntes que tenía escrito en el cuaderno.

Hye jamás le diría que chocó en la mañana con el chico que a ella le gustaba, mucho menos le diría que ya tuvo un intercambio de palabras. Porque si lo hacía, es posible que Somi dudara de ella, eso piensa Hye y prefiere no correr ningún riesgo.

Las clases transcurrieron rápido y dieron una hora libre antes de retirarse del Campus, así que Hye aprovechó el momento para ir a la biblioteca en busca de un libro.

-Nos vemos mañana Hye. – Somi se despidió de su amiga con un abrazo y un beso en la mejilla, a lo cual Hye correspondió 

-Adiós Somi –

Volteó y se dirigió escaleras abajo rumbo a la biblioteca y relajarse un poco antes de que comience su primer día de trabajo.
Llevaba su mochila en el hombro y un libro que ya había terminado de leer e iba a devolverlo a su lugar. Empujó la puerta de la biblioteca y dejó sus cosas en un pequeño sillón y se dirigió a devolver el libro a su estantería y coger otro nuevo.

Se paró delante de un gran estante de libros y el que mas le llamó la atención fue el que estaba mas arriba y de color rosa bebé. Tengo el tamaño perfecto se dijo  a si misma.

Su puso de puntillas para llegar a ese libro pero no lo consiguió, lo intentó una vez mas pero esta vez otra mano rozó la de ella y bajo el libro hacia ella.


-Ten el libro y deja de estar estirándote que ni así lograrás crecer un centímetro. – Hye volteó a verle y se puso colorada al instante, su pulso se aceleró con tan solo tenerlo cerca. Jimin estaba a su lado y eso le ponía nerviosa.

-Gracias... - Fue lo único que pudo decir Hye mientras que Jimin escondía una mano en su bolsillo y la otra agarraba otro libro de la estantería.

Sin más que decir, Jimin se dio la vuelta y continúo buscando mas libros por el segundo piso. Hye nunca pensó que a Jimin también le agrade leer, esta claro que su carrera no tiene nada que ver con pasarse noches leyendo libros como lo hacía ella, tal vez sólo quería pasar el rato en la biblioteca.

Yoonhye fue donde el pequeño sillón y cruzo sus piernas sentada encima de aquel cómodo mueble y se concentró en leer. Adoraba pasar momentos leyendo y riendo por las estupideces que hacían algunos de los personajes de la obra, y por su puesto que también le dolía el pecho cuando se llevaba una decepción en la obra. La vibración con la pequeña timbrada de su móvil  sonaron en las paredes de la biblioteca anunciando que un mensaje había llegado.


     Tae Tae🐯:
     "No llegues tarde al trabajo, te veo       allí en diez minutos." 


¡El trabajo! Lo había olvidado por completo. Guardó rápidamente sus cosas en su mochila y dejó el libro sobre el sofá y corrió hacia la salida. Antes que saliera por la puerta, se percató que había algo pequeño con forma rectangular en la alfombra marrón. Su curiosidad fue mayor y recogió lo que era un carnet, pero no era un  simple carnet. El dueño era Park Jimin.

Hye supuso que tal vez todavía lo encontraría afuera del campus, así que con mucha mas urgencia salió, pero cuando llegó a la salida de la Universidad, sintió una pequeña punzada en su corazón justo tal y como cuando leyó ese libro. Su corazón dolía y todavía no encontraba el motivo.


¿Cómo puede Jimin hacerla sentir tantas emociones si siquiera tocarla?

...




Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora