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Dejó que sus amigos se quedaran a dormir en su casa debido a que estaban muy ebrios como para dejarlos ir en taxi así por así. Ya eran más de las dos de la mañana y habían estado tomando desde las cinco de la tarde, sus cuerpos no resistieron a todo el alcohol que ingirieron y terminaron desparramados en la sala. Yoongi ya estaba bien acomodado en un sillón y los demás también.

Jimin también había compartido varias bebidas con ellos, y hasta ahora era el único que no había quedado tan grave como los demás. A tropezones subió la escalera para llegar a su habitación, casi llegando al piso de arriba cayó de bruces y soltó una risa, no podía ver bien por lo dilatado que estaban sus pupilas. Chocó con la pared para finalmente abrir la puerta de su cuarto.

Entró y lo primero que hizo fue despojarse de sus zapatos y lanzarse al colchón riéndose.

Después de que Yoonhye se fuera muy molesta de casa y que haya tenido que sacar a Hana a gritos, solo se concentró en pasarla bien con sus amigos y de cuatro botellas de trago se fueron multiplicando muy rápido. Jimin no es de beber mucho, muy raras veces termina emborrachándose hasta quedar como una cuba.

Como hoy.

Pero, bebió no por celebrar su cumpleaños, lo hizo porque no sabía que más hacer con la situación que estaba pasando. Fue la primera vez que vio a Yoonhye tan molesta que le asustó, no quería ganar su odio porque ahí sí la perdería. Jimin ya no sabía que hacer para acelerar el proceso que tiene con su padre porque ese hombre era difícil de ganar. Quería acabar con el trato de Hana para volver con Yoonhye.

La extrañaba, la extrañaba demasiado que para no echarse a llorar tuvo que reír a la fuerza sujetándose de la sábana a su costado.

Creyó haber visto algo encima de su mesita de noche y cuando levantó la mirada se encontró con una cajita roja y una nota al costado.

Se sentó y agarró ambas a cosas con cautela. A pesar de no ver bien hizo un esfuerzo por tratar de leer lo que decía en aquella nota.

Para el mejor hijo y hermano.

Estoy más que segura que este habría sido el regalo que te hubiera dado Ria y Lia. Tu madre siempre pensó que eras el mejor en todo, Jimin. Nunca olvides eso, haz sentir orgullosa a tu madre con todo lo que estás logrando en tu vida.

Feliz Cumpleaños.

-Yoonhye.

Dejó la nota a un costado y abrió la cajita encontrándose con un bonito collar que tenía la misma oración que leyó hace un momento.

De pronto se sintió menos ebrio y la culpa lo atacó. Estaba haciendo sufrir a la chica que le gusta y ella le hacía sentir más culpable. Sin embargo, agradecía de todo corazón el hermoso detalle de regalarle algo así, y aunque ella lo esté odiando en este momento él la quería cada día más y más.

Se echó de nuevo en el colchón y está vez ya no pudo reír. Tenía presionado el collar en su pecho y todos los recuerdos de su vida lo atacaron, desde cuando ayudaba a su mamá en la cocina de pequeño hasta ese baile en la universidad a la que asistió con Hye. Jamás podrá olvidar aquel baile porque ese fue el día que confesó sus sentimientos a ella.

Estaba llorando en silencio.

Sus lágrimas expresaban todo lo que estaba cargando en sus hombros, y pesaba mucho porque hubo momentos en los que quería tirar la toalla, ya no quería seguir con esto. Cuando acudía a las sesiones que el juez solicitaba y veía a su padre, sentía que no iba a ganar, que no se iba a hacer justicia, que siempre perdería así lo intente con todas fuerzas. Y eso era lo que más detestaba: sentirse inferior a su padre.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora