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Actualización!!!

Solo quiero recordar que ya estamos por llegar al final de esta historia. 



Los días fueron pasando y Yoonhye sentía que la preocupación podía con ella, pero su trabajo, atender pacientes y seguir estudiando como residente de un hospital muy prestigioso en Seúl la mantenían un poco distraída de todo los problemas que cruzaban por su cabeza.

Su principal preocupación era ver a Jimin postrado en cama y sin despertar. Todo lo que había sucedido la estaba consumiendo, tanto así que había bajado de peso, era notorio el vacío de sus mejillas y ese brillo en sus ojos se apagó desde que sucedió el accidente.

Su hermano le rogaba que fuera a casa para que al menos pueda descansar bien en su habitación, pero ella se negaba. Dormir sola y lejos del hospital se volvió aterrador para ella, todas las noches se escabullía a la habitación en donde se encontraba su novio y se recostaba con sumo cuidado en la cama como si temiera que algún movimiento brusco por su parte llegara a despertarlo de su profundo sueño.

No le gustaba decir que Jimin está en coma, solo decía que estaba durmiendo, así el dolor era menos punzante. Pero eso no quitaba el hecho que siempre se acostaba a su costado llorando y susurrando que despertara porque le hacía mucha falta.

Yeonha y los pequeños venían cada dos días a visitarlo, y se estaba volviendo una costumbre el que Lia llegue con los ojos rojos e hinchados. Yoonhye estaba segura de que si Jimin la viera así, se sentiría muy mal por hacerla preocupar.

Ella lo necesitaba de vuelta, toda su familia necesitaba a Jimin de vuelta.

Hoy se cumplían dos meses desde que lo indujeron al coma. Eran pasadas las once de la noche y Yoonhye ya había terminado su guardia de 24 horas en el pabellón de pediatría, al menos ver a los niños le sacaba una sonrisa que más parecía una mueca forzada.

Cerró la puerta de la habitación y se adentró en el lugar quitándose la liga del cabello, estaba muy cansada, los pies le pesaban y fue tanto su cansancio que solo llegó a arrimar un pequeño sofá cerca de la cama de su novio.

Ya se había vuelto cómodo escuchar el pitido de las máquinas que estaban conectadas al cuerpo de Jimin. Dejó caer su cuerpo y recostó la cabeza en el filo de la cama, estiró el brazo para tomar la mano de su novio por encima del cobertor. Le llenaba de tranquilidad entrelazar su mano con la de él, la hacía sentir menos sola.

—Minnie, ¿no crees que ya fue suficiente? —susurró en voz baja y adormilada— Llevas dormido más de mes y medio, te echo de menos mi amor. Levántate ¿sí?...

Poco a poco su voz se fue apagando y en menos de 5 minutos se quedó dormida a su lado.


(...)


Eran cerca de las seis de la mañana y unos suaves tirones en su dedo meñique consiguieron despertarla. Cada vez que regresaba de sus turnos de más de doce horas, llegaba con un sueño pesado, tanto que hubieron ocasiones en las que llegó tarde al siguiente turno, pero esta vez algo se removió dentro de su pecho que la obligó a abrir los ojos poco a poco.

—¿Yoonhye?

Esa voz, esa voz ronca por falta de líquidos consiguió alterar todo su sistema y cuando giró para ver de quién se trataba se cayó del sillón separándose bruscamente de las manos del chico.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora