Yoonhye caminaba por los pasillos de la universidad a un paso un tanto apurado. Se dirigía a la biblioteca. No había visto a Jimin en todo el día, y a pesar que estén en facultades distintas, quiso verlo en la hora de almuerzo pero nada. Guardaba esperanzas de que Jimin esté en la biblioteca, ella iría de todas maneras.
Empujó las puertas, y se adentró en la casa de libros, buscando uno para matar el posible aburrimiento si Jimin no venía.
Quiso leer uno para niños, y su favorito estaba en lo alto del estante. Se puso de puntillas y ni así llegó. ¡Maldita estatura! Pensó.
Su cuerpo se paralizó al sentir otra mano encima de la suya bajando su libro. Volteó despacio a ver el dueño de esa mano y su corazón volvió a acelerarse.
-Para la próxima que quieras bajar un libro de los mas alto, dime. Y creo que ya lo sabías, porque no es la primera vez que te encuentro de puntillas. – soltó una pequeña risita. Le entregó el libro y sonrío al darse cuenta que era uno infantil.
-Gra-gracias Jimin. – se ruborizó y sonrío tímida.
-Vamos a un lugar mas privado. Ven. – tomó la muñeca de Hye, guiándola a una pequeña salita en el tercer piso, al parecer era uno de los que ya no suelen concurrir, puesto que estaba silencioso y no había rastro de personas excepto ellos.
Ambos se sentaron encima de unos cojines del suelo y ella lo miró fijamente invitándolo a que hablara primero. Jimin la miró y por primera vez sintió perderse en esos pequeños ojos. Desvió la mirada a otro lugar fijo y habló, contándole absolutamente todo lo que sucedió ese día. Yoonhye le transmitía esa confianza que hasta el momento solo una persona puede hacerlo y claro, ahora ella tambien podía. No le dio miedo o vergüenza en contarle como su novia le puso los cuernos con un imbécil. Sí, todavía era su novia. Después de ese día Jimin no tuvo contacto con Hana, y la mencionada tampoco mostraba interés por querer arreglar las cosas. Aunque para Jimin esto era "lo normal". La mayoría de sus amigos siempre le recordaban lo estúpido que es por seguir con Hana, hasta Taehyung, que no le gustaba meterse en líos ajenos, le recordaba todos los días la tóxica relación que tenía con Hana. Esta claro decir que a Taehyung no le cae ni un poquito Hana.
Y digo tóxica porque no es la primera vez que ella le es infiel a Jimin, ya era la sexta o séptima vez, hasta él mismo perdió la cuenta. Y es que Jimin estaba perdido y cegado de amor por ella que no se daba cuenta de cuantas veces a Hana no le interesó ni un poco los sentimientos de Jimin, y no estaba con él por dinero. La verdad es que sólo le quería por lo guapo y varonil que es. Hana se divertía cada vez que veía las caras de envidia de las otras chicas cuando los veía agarrados de la mano, compartiendo un beso o sencillamente darse afectos de amor restregándole en la cara de las demás que morían por tener a alguien como Jimin a lado.
Cada vez que Hana le era infiel a Jimin, pedía perdón pero él no se la ponía facil, por lo tanto la que resultaba molesta al final era Hana. Y Jimin iba tras ella, como siempre. Hasta eso le contó a Yoonhye.
La pequeña escuchó atentamente todo lo que le contó Jimin, y como dijeron esa vez las tres cuerpos anoréxicos, sí Jimin estaba perdidamente enamorado de Hana. Se desilusionó un poco porque en el fondo de su corazón había un porcentaje medido de esperanza para que él se enamore de ella, pero ese porcentaje iba bajando y lo que mas le temía era que llegue a cero y sufra de nuevo, pero a fin de cuentas todo está en manos de ella, si seguir al lado de Jimin como amiga, apoyándolo o simplemente dejarlo ahí y no volver a hablarle nunca más, en pocas palabras, olvidarlo.
-Yoonhye – la llamó, haciéndola salir a flote de sus pensamientos. -¿Tu crees que Hana me ama? –
Sintió un punzada y el estómago estrujarse, bien podría decirle que no, porque de eso si estaba segura, que Hana no lo ama; sin embargo tampoco quería causarle daño con sus palabras, así que busco las adecuadas para darle a entender algo parecido. Pero terminó mintiéndole.
-Amar, es un sentimiento muy fuerte y ... - lo miró fijamente, y continúo. -Sí, estoy segura que te ama, tal vez ella está pasando por problemas que no le hacen pensar claramente lo que hace. No digo que está enferma u otra cosa así -se defendió. -Tan solo diré que no se da cuenta del maravilloso chico que tiene a su lado – le sonrío y Jimin tambien lo hizo, en ese aspecto no mentía. Jimin es un maravilloso chico, con unas expresiones fuertes y tambien impulsivo pero nada fuera de lo común.
-Gracias por hacerme sentir mejor Yoonhye.
Jimin se inclinó un poco hacia ella y termino enredando sus brazos alrededor de ella. ¡La estaba abrazando! El cuerpo de Hye se paralizó por tal acción, sintió su pulso demasiado rápido. La sangre le subió hasta las mejillas, movió lentamente sus brazos correspondiendo a su abrazo. Sintió todo el calor que le transmitía y se sintió bien estar así con él. No quería que eso terminara, quería quedarse así para siempre.
Jimin fue el primero en alejarse y le dedicó una mirada tranquila y suave. Mientras que ella tenía las mejillas rojas como tomate. Él acomodó un mechón rebelde detrás de su oreja.
-Te ves linda cuando te sonrojas, Yoonhye. – ella agachó la mirada totalmente avergonzada.
Jimin se puso de pie y estiró la mano hacia ella.
-Vamos, la pizza nos espera. – Hye no entendía nada, su cuerpo se movió inconscientemente y terminó por tomar su mano y levantarse.
Ambos salieron de la Universidad y se dirigieron a la pizzería mas cercana. Tomaron asiento en una mesa libre y pidieron sus ordenes. Ahí se dieron cuenta que compartían algo en común: La pizza americana. No les gustaba las demás, preferían la "simple" a Jimin no le gustaba la piña y a Yoonhye no le gustaba los champiñones.
Fue una plática divertida y más que eso sirvió para conocerse mejor uno con el otro. Jimin sentía como si volviera años atrás en su adolescencia, por más que él tenga 21 años, Yoonhye lo hace recordar a sus 17. Y es que esa chica parecía como si tuviera 16 o 17, pero resultó tener su misma edad.
Tenían algunos mismos gustos y otros no. Como por ejemplo el baile; él sabe y ama bailar, mientras que ella lo detesta con su alma. A él le gusta el sabor picante y ella prefiere lo dulce. Y ni que hablar con los colores. Pero en otras cosas si resultaban ser iguales. Ambos disfrutaban leer y un ambiente un tanto silencioso.
Jimin confesó que antes que estudiara administración, quiso estudiar medicina; en la facultad de neurología. Pero su casi fobia a la sangre le hizo cambiar de opinión. Y es que para ser doctor no deben tener miedo o asco a la sangre y lamentablemente el si poseía esas cualidades. Lo curioso era que cuando peleaba veía sangre, pero la adrenalina era mas grande que su fobia.
Yoonhye preguntó por su auto, ya que siempre viaja con él, pero esta vez no fue así, Jimin dijo que necesitaba un arreglo en el rodaje de las ruedas y lo llevó al taller. Ambos fueron a la pizzería a pie conversando y riendo de todas las travesuras que hizo Jimin de pequeño.
Jimin se ofreció a pagar por las pizzas pero Yoonhye dijo que no y se armó una pequeña pelea. Para no discutir más, decidieron pagar mitad y mitad. Así sería justo para ambos.
Ambos caminaban regresando a sus respectivas casas, y Yoonhye se sorprendió porque iban en la misma dirección.
-Jimin, ¿Estas siguiéndome para saber donde vivo?. – respondió deteniéndose y girando sobre sus talones para encararlo.
El soltó una risa y negó con la cabeza.
-Estoy yendo a mi casa, por acá siempre vengo cuando tengo que volver a pie. –
Yoonhye no sabía si sentirse feliz o nerviosa al saber que Jimin vivía a tan solo 4 cuadras de su casa. Jamás lo había visto y recordó que ella iba a la Universidad por el otro camino. Por eso nunca había visto a Jimin.
-Ya veo. –
Continúo avanzando unas cuantas calles mas y dejó de sentir las pisadas de Jimin.
-Ya llegué a casa. Nos vemos mañana Yoonhye. –
La chica miró la casa que tenía en frente y se quedó pasmada al ver el hermoso jardín que lo rodeaba, tenía una fachada decente, no muy lujosa y tampoco tan pobre. Se sorprendió porque pensaba que su casa iba a ser como un palacio. Debería dejar de juzgar así a la gente. Jimin entró a la casa después de despedirse con un movimiento de mano. No podía sentirse mas feliz.
Ella siguió avanzando, ya no faltaba mucho para que llegue a su casa, durmiera una hora y vaya al trabajo. Se asustó cuando el carro de su hermano, con el mencionado dentro, frenó con brusquedad a su costado en la acera. Estaban en sentido contrario. Pero ¿Por qué?
Yoongi bajó la ventana del copiloto y su hermana se asomó totalmente preocupada al ver a su hermano desesperado.
-¿Yoongi que pa-
-Papá esta en el hospital, sube al auto. – su corazón se aceleró, el cuerpo se le congelo por completo, y no era por Jimin. Las palabras que soltó Yoongi resonaron de nuevo en su mente, tratando de procesar todo pero no podía. El tan solo pensar que algo malo le había sucedido a su padre la asustó por completo. Abrió la puerta como pudo y su hermano al escuchar la puerta cerrarse piso el acelerador.
-Dime que es una broma. – Yoonhye no asimilaba lo que pasaba, recordaba las veces en que papá se sentía cansado y a la vez agitado y quiso eliminar el presentimiento que le taladraba el pecho. Su padre y su hermano eran las únicas personas que tenía en el mundo, ya vivió ese miedo antes con su hermano. No quería perder a su padre.
Su hermano no soltó ninguna palabra hasta que llegaron al hospital, ambos salieron del auto y él tomo la mano de su hermana y adentraron en el lugar. Yoonhye ya había derramado lágrimas y Yoongi lo único que pudo hacer es sostener la mano de su hermana para que le transmitiera seguridad.
Se acercaron a la recepción y preguntaron por su padre. La chica contestó amablemente la habitación de su padre y les entregó a ambos una ficha donde apuntaron rápidamente sus datos.
Su padre estaba en el 417, al ver que el ascensor demoraba subieron de dos en dos los escalones hasta el cuarto piso donde encontraron a una enfermera, se acercaron a ella y consultaron por la habitación de su padre.
-Oh. Ustedes deben ser sus hijos ¿verdad? –
Los guio por todo el pasillo hasta dar con el lugar que han estado buscando. Por mas que Yoonhye estudiaba medicina y no sentía miedo a los hospitales, el recordar que su padre estaba dentro de esa habitación erizó su piel y sintió estrujarse su corazón. Yoongi no soltó para nada la mano de su hermana, excepto para anotar sus datos.
-Pueden entrar, el paciente ya esta estable. –
-¿Qué le pasó a mi padre? – Hye luchaba para no soltar el llanto que amenazaba con desbordarse de sus ojos.
-El doctor vendrá en unos minutos a ver a su padre, señorita. Me encantaría decirle lo que le sucedió, pero el doctor Hwang me lo prohibió, dijo que quería decirles personalmente a ustedes. Al parecer los conoce, a ambos. -
Los hermanos Min se miraron extraños. ¿Nos conocía ese doctor?.
Entraron al cuarto y vieron a su padre, dormido en la camilla, con varios cables en su pecho, con el suero colgado y el típico pitido anunciando que su padre estaba bien.
-Bueno, yo me tengo que ir. Cualquier cosa presionen ese botón rojo que esta al lado de la camilla y los enfermeros vendrán. – les dedicó una sonrisa y ellos solo asintieron.
Yoonhye fue la primera en acercarse y al ver a su padre ahí, se lanzó a llorar a los brazos de su hermano. Él la rodeó, acobijándola, sobándole la espalda y darle un bezo en la coronilla para poder tranquilizarla. Por mas discusiones que haya tenido con su padre, por mas que el enojo seguía dentro de su corazón era su padre y la preocupación por que esté bien seguía ahí. Pero sobre todo no quería ver llorar a su hermana. Recordó cuando él estaba en el hospital hace años, y se vio como su padre. Vio a su hermana llorar en los brazos de su padre hace años y se sintió como si fuera ese momento.
Ella se apretó mas con el torso de su hermano buscando mas refugio del que tenía. No quería que nada malo tuviera su padre.
El doctor entró al cuarto y rápidamente se separó de su hermano y limpió sus lagrimas con la manga de su chaqueta.
-Me alegra verlos aquí, Yoongi y Yoonhye. –
Ellos se asustaron un poco porque nunca habían visto a ese señor.
-Bien, por sus rostros pálidos entiendo que nunca han escuchado de mí. Primero le diré que su padre ya esta estabilizado y les contaré que fue lo que sucedió. –
Los hermanos asintieron.
-Su padre llegó al hospital por un fuerte dolor en el pecho, en el corazón. – al escuchar ese terminó se asustaron.
-Reconocí a su padre y lo llevé a sala de emergencia pero en el camino empezó a convulsionar. ¡Tranquilos! Que todo fue controlado a tiempo. –
Los hermanos se asustaron demasiado por lo que había sucedido, que sus manos sudaban.
-Eso quiere decir que... - Yoongi habló por Hye, ya que ella estaba en un estado paralizado.
-Si, Yoongi. Tu padre sufre del corazón.
-Agh! ¡Deje de llamarme por mi nombre si no me conoce!. – trató de ser educado.
-Yoongi, por favor. – susurró apenas Yoonhye.
-Te conozco, Yoongi. Y a tu hermana también, desde que era una bebé y a ti Yoongi, desde la barriga de tu madre.–
Eso fue suficiente para enfadar a Yoongi y salir de la habitación. Estaba mas que claro que no le gustaba que mencionen a su madre.
-Yoongi, espera... - su hermana trato de detenerlo pero se zafó con facilidad. Se disculpó con el doctor y salió en busca de su hermano.
Lo encontró sentado en el área de espera. Ella divisó una maquina expendedora cerca y compró esas típicas galletas saladas que le gustaba a su hermano. Se sentó a su lado y le entregó la galleta. Él comió una y dejó de fruncir su ceño.
-¿Mejor? – le regaló una cariñosa sonrisa. Y él supo que si era su hermana, nunca lo dudaba solo que era tierno ver a esa chica con las misma encillas que él.
-Perdón, Hyennie.
-Esta bien, Yoongi. Créeme que tambien me fastidió un poco pero hagámoslo por papá. ¿Sí? Ese doctor le conoce y sabe bastante de nosotros, él nos puede decir porque papá esta con esa enfermedad... - se quedó sin palabras al recordar que su padre sufría del corazón. Yoongi la acercó a él y besó su coronilla para comer una galleta mas. Le ofreció una pero ella negó con una pequeña sonrisa.
-No se que haría sin ti, caramelito.
-¡Oh! Volviste a llamarme caramelito.–
Yoongi río bajito. Ya estaba feliz de nuevo.
-Yo tambien extrañaba decirte así.
-Bien, entonces yo volveré a llamarte Suga.
-Oh Dios no... Todo menos eso.
...
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Diferente a las demás; [Park Jimin]
Roman d'amour¿Cómo fue que me enamoré de ella?... Min Yoonhye no es como las otras chicas, no usa tacones ni ropa diminuta. No usa maquillaje y tampoco viene de una familia adinerada. Sin embargo, su sencillez y generosidad fue suficiente para enamorar a Park Ji...