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Yoonhye estaba en su habitación con el televisor prendido, su bowl lleno de canchita con su gaseosa al costado en el pequeño velador que tenía junto a su cama. Todavía no sabía si decirle a su hermano que ya estaba en una relación con Jimin así que prefirió esperar el tiempo adecuado, ahora no porque su cerebro está a mil con esa canción nueva que le pidieron en el trabajo y si le suelta la bomba en medio del trabajo... No, Mejor no dice nada. 


Decidió llamar a Jimin para pasar una noche con su novio ya sea hablando por teléfono o viendo una serie juntos, no necesariamente tienen que estar los dos juntos en persona. Lo que quería Yoonhye era pasar más tiempo con él.

Pero cuando el contestó lo pudo escuchar raro, no sabía lo que estaba pasando. Le preguntó que le ocurría y fue entonces que escuchó que estaba llorando, al instante se preocupó y apagó el televisor para escucharlo mejor. Pero él solo dijo:—Yoonhye, mi papá...

Y después de eso colgó.

—¿Jimin? ¿Jimin que sucede? ¿Hola? –en vano fue, pues ya había cortado la llamada. —Maldita sea.

Ella no está acostumbrada a soltar palabrotas ni nada de eso, pero la angustia le ganó.

Yoonhye no sabía que hacer, pero la punzada que recibió en el pecho al escucharlo llorar y hablar sobre su padre la hizo reaccionar.

Él me necesita, Jimin me necesita y debo estar con él.

Bajó de su cama de un salto y sacó un abrigo de Lana rosa, se puso los vaqueros y unas zapatillas rosas también. Era lo primero que vio y tuvo a su alcance. Definitivamente no estaba viendo como iba vestida, ni siquiera se dio cuenta cuando se puso el abrigo al revés.

—Tonto abrigo.

Lo acomodó casi corriendo escaleras abajo, en la sala no había nadie, su padre estaba en su cuarto y Yoongi también. Tomó las llaves de la casa y salió corriendo, casi se le cae el teléfono pero logró agarrarlo.

No le importaba la hora que era, no le importó si salía vestida bien o no, no le importó avisar a su familia que ya regresaba, no le importó si la gente de su vecindario la veía correr por las calles con una coleta mal hecha y con el rostro lleno de preocupación. No le importó que estuviera haciendo un poco de frío afuera.

Sencillamente no le importó nada que no fuera Jimin.

Siguió corriendo por las calles hasta llegar a la casa de su novio.
Tocó la puerta, pero nadie abría. Jimin tampoco contestaba el teléfono.

Comenzaba a desesperarse.

Rodeó la casa y encontró lo que era la ventana del cuarto de Jimin, tal vez lo que haría a continuación sería una locura pero para ella la locura sería dejar a su novio solo y llorando.

Había un árbol cerca y con cuidado pero con bastante prisa lo trepó, nunca antes había hecho esto, ni por nadie. Pero quería tanto a Jimin que no podía dejarlo solo, le prometió que estaría con él en todo momento y eso haría, cumpliría su promesa.

Casi resbala pero logró entrar por la ventana abierta, calló de rodillas y ahogó un grito, buscó a Jimin por la habitación pero no lo encontró.

—¿Jimin?

Escuchó dos golpes acompañado de un llanto en el baño. Ella corrió y cuando entró lo encontró en el piso con sus nudillos rojos y llorando. Y cuando lo vio también quiso llorar por verlo sufrir de esa manera.

—¿Jimin, que pasó?

Él volteó a verla sorprendido por dentro y quiso abrazarla pero no tenía ni fuerzas para levantarse.

Ella llegó hasta él, arrodillándose a su lado y lo abrazó, lo abrazó del cuello con cuidado de no hacerle daño. Él volteó y enredó sus brazos a su pequeña cintura aferrándose de ella como si su vida dependiera de aquello, pero es que en realidad para Jimin era así. Sentía que su vida dependía de ella ahora. 

Yoonhye le acarició la espalda y peinaba  su cabello buscando calmarlo pues seguía llorando como un bebé.

—Ya estoy aquí Jimin, llora amor, llora todo lo que quieras que no me voy a ir. Te acompañaré, estaré junto a ti.

Yoonhye estaba a nada de soltar sus lágrimas, le dolía ver a Jimin sufrir.
Se quedaron así por un buen tiempo hasta que ella rompió con el abrazo para limpiarle las lágrimas.

Con su dedo pulgar limpió las lágrimas de Jimin que ahora si ya estaba tranquilo. Necesitó tanto esto, un abrazo de ella que le haga sentir que no está solo.

Se miraron fijamente a los ojos y Yoonhye acercó su rostro al de él y le depositó un tierno beso en los labios del castaño. Fue un roce de labios nada más, pero para Jimin lo hizo sonreír.

Ella acarició las mejillas del chico y sonrió también.

—Gracias por venir.

—Tenía que rescatar a mi príncipe.

Jimin soltó una pequeña risa y se puso de pie ayudando a Hye.

La volvió a abrazar hundiendo su cara en el cuello de la chica y quedándose ahí. Yoonhye trazaba pequeños círculos en la espalda de Jimin mientras balbuceaba algo en su hombro.

—¿Quieres contarme por qué estás así, pequeño mochi? Si no quieres... –no pudo seguir hablando por el beso que le robó Jimin en ese momento.

Jimin dejó los labios de la chica para depositar otro beso en su mejilla y después en su boca de nuevo, haciéndola sonreír.

—Ven.

Le agarró de la mano y la llevó hasta su cama, se sentaron a los pies del colchón. Pero Yoonhye regresó al baño por alcohol, algodón, unas cuantas gasas y una pomada.

—Déjame curarte la herida y después me cuentas que fue lo que pasó.

Jimin no reprochó, solo se dedicó a ver a Hye curar sus nudillos heridos. Aún no podía creer que ella haya venido hasta aquí para verlo, que haya salido de su casa por él. Jamás nadie había hecho algo parecido por él y por eso estaba tan agradecido con ella. La quería tanto que sintió miedo de perderla por sus secretos, no soportaría perderla.

Se enamoró de Yoonhye el día en que le demostró que ella iba a estar para él siempre, que aún con todas las estupideces que podía cometer, ella seguiría a su lado. Y se enamoró no por el físico de Yoonhye, fue por lo hermoso que era su corazón, por la bondad que te brinda sin esperar algo a cambio.
Yoonhye limpió las heridas y las cubrió con gasa, trajo una venda del botiquín y la envolvió por toda la mano de Jimin. Felizmente solo se hizo daño la mano izquierda.

El corazón de Jimin latía rápido porque ahí, viendo a Hye concentrada en curar las heridas, notó su preocupación y lo cuidadosa que era para no hacerle daño. Fue entonces que Jimin se dio cuenta que estaba perdido por esa chica, esa chica que detesta la pizza, que en vez de tacones usa sandalias o zapatillas, que no se maquilla porque con un solo brillito es perfecta, que no necesita usar un vestido de modelo para llamar la atención de los demás, que no necesita ir a la peluquería pues con su cabello suelto era la más hermosa, que era linda y sencilla tal y como es.

¿Por qué no te conocí antes, princesa?

Jimin quiso ser sincero con ella y contarle todos sus secretos, absolutamente todos. Confiaba en ella y lo único que necesitaba era... ella. Solo la necesitaba a ella para estar bien.

—Mi padre es un asesino.

Yoonhye dejó la mano de Jimin ya curada y vendada y pasó a mirarlo con una cara de confusión.

—¿Qué?

—Él mató a mi madre, Yoonhye.

Lo miró con un rostro de preocupación y se inclinó para tomarle cariñosamente de las mejillas.

—¿Estas seguro que quieres contarme, Jimin? Si es algo muy personal, no te sientas obligado de hacerlo.

Él colocó sus manos encima de las de ella y sonrió por lo afortunado que era de haber encontrado a una chica tan hermosa y asombrosa en todo.

—Sí, princesa. Te voy a contar todo.

—Puedes confiar en mi.

—Eso lo sé.

Jimin le depositó un tierno beso en la coronilla y ella se sonrojó.

—Encontré algunas cosas en la oficina de mi padre, son documentos de contratos que hizo para fingir que la muerte de mi madre fuera un accidente. —le mostró la caja y le pasó los documentos, Yoonhye los tomó sin poder creerlo todavía. Su padre era un ser despreciable, ya lo odiaba de hecho.—pero lo que no entiendo todavía es por qué lo hizo. Un mes antes de su muerte mi padre ya no era el mismo.

—¿A que te refieres?

—Venía demasiado borracho a veces y nos trataba mal, hasta llegó a golpear a mi mamá una vez. Algo tuvo que pasar para que el cambiará. Pero eso no es lo que me importa ahora.

—¿Qué vas a hacer?

—Pienso abrir un juicio a mi padre. Tengo parte de la evidencia aquí, pero todavía me falta algunas cosas que averiguar y se que eso lo esconde en su empresa.

—De acuerdo, yo te apoyo. Todavía no puedo creer que tu padre haya hecho eso. Es imperdonable, Jimin.

—Yo tampoco pero ahora que lo sé, tengo que hacer que pague por lo que hizo. Y para eso trabajaré en su empresa.

—¿Cómo? ¿Ya no vas a trabajar en la cafetería?

Jimin negó con la cabeza y un sentimiento de tristeza inundó el corazón de Yoonhye.

—Tengo que ingresar en la empresa de mi padre para buscar más evidencia. Haré mis prácticas ahí y aprovecharé también en mandarlo a la quiebra.

—Espera. Yo estoy de acuerdo en que busques más evidencia y le hagas un juicio a tu padre, te ayudo con eso. Pero ¿Mandar a la quiebra su empresa? ¿Eso por qué?

—Bueno, se supone que después de mi papá yo tomo su puesto en la empresa como gerente general. Pero eso no es lo que quiero, mi proyecto es levantar mi propia empresa.

Ella juntó los labios y asintió.

—De acuerdo, pero... Jimin, por favor, piensa bien si de verdad quieres hundir a tu padre. Yo sé que lo que hizo no tiene perdón y de alguna manera lo quieres ver sufrir, pero esa no es la manera, mochi. Lo que quiero decir es que primero concéntrate en el juicio que le harás a tu padre y después de eso ya ves si de verdad quieres atacar a su empresa.

—Tienes razón. –Le sonrió. —¿me vas a apoyar?

—Claro que si, tontito. Estaré a tu lado en todo. –juntó sus manos. —Pero aún así, no quiero que tu corazón se llene de odio. Eres precioso Jimin y ver que vivas lleno de rencor es lo que menos quiero. Cada vez que me necesites llegaré corriendo hacia ti, no importa la hora ni en donde estés, simplemente llegaré.

—Princesa, eres la mejor. Y sabes que también estaré para ti. No importa lo que pase, me quedaré contigo siempre.

Entrelazaron sus dedos meñique como si fuera una promesa.

—Hay algo más que te quiero contar.

—Soy toda oídos.

Él soltó una risa tierna para después ponerse serio. Bueno, no tanto.

—Participo en peleas callejeras Hye. Por eso es que algunas veces me encontrabas con algunas heridas en mi cara.

Ella parpadeó un poco analizando lo que le acaba de decir su novio.

—¿Por qué lo haces? No estoy en contra de ello pero si me preocupa mochi, tengo miedo que recibas un mal golpe y pueda perjudicarte gravemente.

—Lo hago porque no encuentro otra manera de desahogar mi furia. Recibo dinero por eso, yo lo veo como un trabajo extra. Por favor no te alejes de mi por eso, se que hubo veces que no te respeté como debí y te hice daño.

La pequeña tomó las manos de Jimin.

—Jimin, no me voy a alejar de ti. Ya te lo dije, no estoy en contra de eso. Solo no me gustaría que recibas un mal golpe, sabes que estudio medicina y conozco los riesgos que puede traer un golpe fallido. Tampoco estoy molesta contigo si te preocupa eso, al contrario amor, me siento feliz que puedas contarme más de ti. Me gustaría que me llevaras ahí una vez para verte y también auxiliarte si algo te pasa.

Definitivamente Jimin amaría a esa chica por el resto de su vida.

La cargó sorpresivamente y la sentó encima de su regazo posando sus manos en su cadera. Ella en automático cruzó sus manos detrás del cuello de Jimin acariciando su nuca.

Se miraban fijamente.

—Te amo Yoonhye. Te amo demasiado preciosa, gracias por quedarte siempre a mi lado, por no dejarme aún con todas mis estupideces.

Yoonhye sentía su corazón latiendo demasiado rápido. La confesión repentina de Jimin tomó por sorpresa a Yoonhye pero se sentía feliz por ello.

—También te amo Jimin —Él la miró con unos ojos de enamorado y una sonrisa tierna y con eso fue suficiente para poner de un color carmesí las mejillas de Hye. —¡Ay, Jimin! ¡No me mires así! —golpeó su pecho y lo abrazó.

Jimin soltó una pequeña risa aún rodeando su pequeña cintura.

—¿Así como, preciosa?

Dejó un beso en el cuello de la chica y ella se retorció de las cosquillas que le daba. Dejó uno más y después otro en la misma zona haciendo que Hye se ría de nuevo.

—¡Jimin, basta!

—Ya ok, ya entendí.

—¿Me podrías llevar un día a ese lugar donde peleas? Siempre he visto chicos peleando en la televisión pero nunca lo vi en persona, Yoongi nunca quiso llevarme.

Escuchar a Hye hablar de su hermano tensó a Jimin. También era hora de contarle cómo conoció a Yoongi.

—Esta bien, te llevaré un día. Pero te quedarás con uno de mis amigos mientras le parto la cara a otro. Es peligroso princesa, y no quisiera que te hagan daño.

Ella se separó del abrazo pero mantuvo sus manos en su nuca. Lo miró emocionada.

—¿De verdad? ¿De verdad me llevarás?

—Si tanta ilusión te hace eso, —le acomodó un mechón detrás de su oreja —claro que sí irás conmigo.

—¡Gracias, Jimin! —Él por su parte le sonrió contento. —Bueno, ya tengo que ir a casa.

—Pero ya es tarde para que regreses, Hye. Y tengo flojera acompañarte hasta tu casa.

La verdad era que quería que Yoonhye se quedara con él esa noche, no quería que se fuera. La quería con él siempre.
Ella bajó de su regazo y comenzó a caminar a la puerta.

—Oh, no te preocupes Jimin. Puedo ir sola.

Él reaccionó y corrió a ella, cerró la puerta atrapando a Yoonhye entre él y ese pedazo de manera.

—¿Por qué no te quedas aquí esta noche? —Yoonhye lo miró dubitativa. —No haré nada que no quieras, Yoonhye. Puedes estar tranquila. Solo quiero que te quedes, aunque sea solo esta noche. Por favor.

Sostuvo las caderas de la chica  y juntó sus frentes. Ella por su lado mantenía sus manos en el pecho de su novio.

—Esta bien, me quedaré.

Eso hizo muy feliz a Jimin que le robó un beso a Hye.

—Gracias preciosa.

Ella sonrió satisfecha de haber puesto feliz a su novio.

—Pero bien amanezca tengo que regresar a casa.

—No te preocupes, yo te llevo mañana.

—Okey, pero no tengo pijama.

Miró el conjunto de ropa que llevaba puesto en ese instante y no era cómodo para dormir. Alzó su mirada y se encontró con la sonrisa de Jimin.

—Eso tiene solución, Hye.

Jimin fue a su armario, y sacó un pantalón deportivo gris, y una camiseta blanca que ya le quedaba pequeño.
Caminó con las prendas hasta su novia.

—Toma, anda a cambiarte. Esto será más cómodo.

Yoonhye se cambiaba en el baño, mientras Jimin ya estaba cambiado andando de un lado a otro en su habitación, estaba feliz porque dormiría con su novia, pero también la hizo quedarse porque tenía que contarle como conoció a su hermano. Le debía esa historia. Si no lo hacía ahora no será nunca.

Estaba sumergido en sus pensamientos que ni siquiera escuchó unos pasos cortos y delicados detrás de él.

—La camiseta me da bien el pantalón está un poco grande, pero es cómodo.

Jimin volteó encontrándose con ella puesta su ropa. Se quedó estático admirando lo bonita que se veía su novia en ese momento. Ella era hermosa en todos los sentidos pero viéndola ahí con su ropa, se enamoró aún más.

Estaba claro que esa noche tendría que poner todo su autocontrol para no incomodar a Yoonhye. Es un hombre y también tiene necesidades, pero si ella no está preparada todavía, esperaría.

—¿Qué pasa?

Jimin despertó del trance, y se acercó a ella tomándole de las manos.

—Estas hermosa, Yoonhye. Siempre lo estás, con cualquier ropa que lleves te vez bonita.

Le depositó un beso en la nariz y ella sonrió con miles de sentimientos por dentro. Se moría por este chico.

Después de un rato ya estando ambos tumbados en la cama, Jimin buscaba la manera de cómo empezar a contarle a Yoonhye como conoció a su hermano.
Ambos se miraban y Jimin aprovechó en peinar mechones de cabello de Hye que caían sobre su rostro. Ella miraba a Jimin y sabía que algo pasaba por su cabecita, estaba pensando en algo porque tenía el ceño fruncido y miraba un punto fijo. Algo le incomodaba.

—Jimin ¿pasa algo?

—Tenía 13 años en ese entonces, era solo un niño que se dejó influenciar por los demás. Los chicos con los que me juntaba tenían entre quince y diecisiete. Me escapé de casa durante un mes con mis supuestos amigos a Daegu. El primer día allí fuimos a un bar, claramente uno ilegal porque nos dejaron pasar sin pedir nuestras identificaciones. Esa noche mientras mis amigos hablaban con chicas mayores que ellos, yo me fui a la barra y ahí me encontré con un chico que estaba bebiendo. Iba a pedir una bebida pero él fue el que pidió para nosotros dos. Me sorprendió al instante pero también me cayó bien, por mi forma de hablar sabía que era de Busan, estuvimos hablando toda la noche y sentí confianza en él, terminé contándole porqué había ido hasta allí esa noche. —Jimin sonrió al recordarlo. — Me escuchó y todavía recuerdo que me dio dos palmaditas en mi hombro como si me estuviera reconfortándome, y lo hizo porque me dijo que la vida era así, que a veces me tiene tirar al piso para que aprendiera a levantarme solo. La primera semana siempre me veía con él, me enseñó algunos lugares de Daegu, hasta recuerdo que me enseñó a jugar básquetbol pero no podía contra él. A los días en el mismo bar conocí a una chica de la misma edad de él, la chica era bonita pero en ese entonces no sabía bien que era enamorarse así que cometí el error de jugar con sus sentimientos. Lo peor fue que yo sabía que el chico que ya consideraba como mi hermano se moría por esa chica, y me advirtió que no la haga daño, pero no hice caso.

Jimin soltó un suspiro y siguió contando la historia.

—Ese día recibí el primer golpe que de verdad me dolió, no puse resistencia solo dejé que me golpeara porque estaba en su derecho. Y desde ese día no volví a hablar con él, claro que lo veía algunas veces en el bar pero nunca me acerqué  a hablarle de nuevo. No podía. Los siguientes días en el bar lo encontraba mal, me enteré que comenzaba a drogarse y yo verdaderamente quise ayudarle, quise acercarme a él y pedirle disculpas pero no lo hice.

Yoonhye comenzaba a entender la historia. —¿Cuánto años tenía el chico?

—Tenía quince.

Yoonhye quería hacer más preguntas pero dejó que terminara de contarle la historia.

—La última noche que me quedé en Daegu, antes de regresar a Busan fui al mismo bar a despedirme de Yoongi, pero esa noche no estaba ahí, recuerdo que caminé un par de calles más allá y a los lejos lo vi tirado en una calle, sabía que era él. Quise llevarlo a un hospital porque sabía lo que había hecho, pero mis amigos me jalaron en dirección contraria y me dijeron que lo dejara ahí que iba a estar bien, que lo que había escuchado eran solo rumores. Entonces como un cobarde que fui, lo dejé. Regresé a casa con mis amigos, pero después de eso nunca más me volví a juntar con ellos. Me di cuenta que había perdido a un verdadero amigo por una estupidez. Y no hubo día que no me haya arrepentido de haberle hecho a Yoongi. Me ofreció su amistad cuando nadie más lo hizo y yo lo traicione. Después de eso no lo volví a ver hasta que te conocí.

Yoonhye notó tristeza en el rostro de Jimin, alzó su mano y acarició la mejilla de su novio. Después de escucharlo, entendió porqué Yoongi no le agradaba Jimin y también entendió porqué tantas veces le prohibía acercarse a él. Pero su hermano se equivocaba, Jimin ya no era así, él era un chico hermoso, que cometió errores como cualquiera. Si tan solo su hermano viera este nuevo Jimin entendería el porqué estaba tan enamorada de él.

Entonces se le ocurrió una idea.

—¿Por qué no intentas hablar con él? Yoongi no sabe que tu de verdad quisiste ayudarlo. Por eso es que todavía no le agradas.

—¿Crees que me quiera escuchar? Él me odia Yoonhye.

—No creo que te odie, deberían hablar. Se nota que tuvieron una bonita amistad, y no por una chica eso se va a arruinar. Eso es parte del pasado.

—Me gustaría pedirle disculpas, y si después de eso quiere seguir con nuestra amistad, estaría bien.

Ella sonrió en lo profundo y le emocionó ver que todavía existe una posibilidad de ver a su hermano y su novio volver a ser amigos.

—De acuerdo, yo te ayudo con eso.
Acercó a la chica a su pecho y le depositó un beso en su coronilla.

—¿Yoongi jamás te habló de mi? –preguntó ella.

—Recuerdo que quiso llevarme a su casa para cenar porque sabía que no tenía dinero en ese entonces. Pero rechacé la invitación.

—Si no lo hubieras rechazado nos habríamos conocido antes.

—Si, pero yo seguía siendo un inmaduro, no sabia lo que hacía. Pero aún así agradezco haberte conocido en esa cafetería.

—Oh por favor, cállate Jimin. Manché tu camisa ese día y me sentí muy mal.

Él río al recordarlo y la juntó más a él.

—Si, pero de no hacerlo jamás te hubiera conocido. Te traté mal ese día, lo siento preciosa.

Ella lo abrazó y le dio un pequeño besito en su mandíbula.

—Quedamos en que el pasado ya no importa. Ya no te disculpes, amor.

—Aw, ¿Cómo me llamaste?

—Ay Jimin, te gusta avergonzarme.

—No linda, tu me gustas más. Ahora, dímelo de nuevo.

—No.

—Si.

—No, Jimin. No lo haré.

—Si lo harás, anda, dímelo de nuevo, por fis.

Ella se dio por vencida ante la insistencia de Jimin.

—Amor, te dije amor.

La separó un poco todavía sosteniéndola de la cintura y le dio un besito en la comisura de sus labios.

—Te quiero demasiado preciosa.

Después de eso se quedó dormido al igual que ella. A su lado.

...
Hola genteeee!! Espero que se encuentren bien. Aquí les dejo un capítulo más. 💞

Confieso que lloré escribiendo este y el anterior. Las palabras reconfortantes que le dedica Yoonhye a Jimin siempre terminan arrancandome lágrimas. Perdón si hay alguna falla ortográfica.

Para este capítulo me inspiré en dos canciones:

1. Next to me de Imagine Dragons.
2. There you are de Zayn.

this is all for todaaaaaay babes. See you soon. 💜💜

(lamento subirlo tan tarde)
...

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora