—Vamos Jimin, camina.
Yoonhye llevaba a rastras a Jimin, quién no quería soltar la manija de la puerta de su casa. Hye intentaba con todas sus fuerzas separar a su novio de ese pedazo de madera para llevarlo a su casa a que hablara con su hermano de una vez y aclaren todo el odio que se llevan.
—Preciosa, ¿y si nos quedamos viendo pelis toda la tarde? Si deseas podemos ver Los Pitufos, sé que te gusta mucho.
Para ella la oferta era tentadora pero puede verla otro día, eso es fácil de conseguir. En cambio, hacer que su hermano aceptara hablar con Jimin no fue nada fácil y de ninguna manera tiraría todo su esfuerzo por la borda.
—Ya lo vi miles de veces, Jimin. No me convences. Ahora, suelta la puerta y camina.
La gente que pasaba por el vecindario miraban a los enamorados con una expresión entre divertida y tierna.
Seguía tirando de su brazo para que se moviera pero ni con toda su fuerza lo logró. Lo soltó de mala forma, pues ya comenzaba a enfadarse. Llevaban así como quince minutos.
—Jimin no entiendo tu actitud. Pensé que querías hablar con Yoongi. Hice de todo para que mi hermano aceptara hablar contigo, no es fácil conseguir una charla con mi hermano en estos tiempos, créeme.
Puso sus brazos en jarra a su cintura, ahora si estaba enfadada.
—Linda, no te enfades. No es eso... —se rasgó la nuca, nervioso y ansioso a la vez.
—Mi hermano se va a trabajar en exactamente una hora, y estoy segura que la charla de ustedes dura más que eso.
Yoonhye le contó a su hermano que estaba en una relación con Jimin y claro que no lo tomó bien pero mantuvo la calma en todo momento, era su hermana y la apoyaba en todo, aún sabiendo que Jimin era ahora su cuñado.
Yoonhye también contó a su hermano que Jimin le había dicho la verdadera historia, esa que tanto pedía y reclamaba cuando ella le contaba algo de Jimin a él y aunque Yoongi no le creyó al principio, terminó haciéndolo. Sin embargo, Yoonhye le pidió que aceptara hablar con Jimin para aclarar algunos asuntos que quedaron en el aire hace ya bastante tiempo. Lo pensó dos días y después de tanto rechazar a su hermana y que ella no se cansara de repetirle a cada hora de esos dos días que lo piense bien, terminó aceptando aunque para Yoongi el hablar no significa volver a ser amigos, y eso lo tenía bien claro.
—Jimin solo responde una cosa, ¿quieres hablar con mi hermano?
Claro que quería pero a la vez sentía que de nada iba a servir, tal vez solo consiga hacer crecer más el odio e Yoongi hacia él.
No obstante, era consciente del esfuerzo que hizo Hye para convencer a su hermano de que al menos tratase de hablar con él.
—Sí, si quiero. No me importa si me gano más odio de su parte. Vamos.
Tomó la mano de Yoonhye totalmente decidido y ella aún asombrada por el cambio repentino de Jimin se sintió feliz.
Caminaron juntos tomados de la mano hasta llegar a la casa de los Min.
—¿Yoonhye estás segura que tu hermano querrá escucharme? Tal vez solo aceptó porque se cansó de escucharte todas las horas rogándole.
Sonrió burlesco pero ella estaba seria y no le agradó el comentario.
—No es gracioso Jimin.
—Ya refunfuñona. Perdona.
—Vamos.
Tiró de la mano de Jimin pero este aprovechó en jalar de ella hasta tenerla a solo unos centímetros.
—¿Tu papá está en casa?
—No Jimin, ya te lo dije. El muy cabezota fue a una reunión familiar, sabe que debe de estar en su cuarto descansando pero no, decidió ir a casa de mis tíos... a Daegu.
Jimin respiró más tranquilo, quería una presentación más formal con el señor Min. Si ya el hermano de Hye lo odia, no quiere la misma situación con el padre de ella.
—¿Sabe lo de nosotros? –inquirió.
—Todavía no, le contaré cuando regrese. Pero no te preocupes por eso, a mi papá le caes bien, a pesar que no te conoce en persona.
Con eso Jimin pudo estar más tranquilo, tal vez si pueda llevarse bien con su padre.
Sonrió emocionado al saber que podría establecer una cómoda charla con el padre de Hye.
—De acuerdo. Vamos.
Entraron a la casa y después que Jimin haya dado un vistazo rápido por todo el living, fue arrastrado hasta arriba.
—Yoongi, ya llegué. ¿Puedes abrir?
Escuchó unos pasos dentro de la habitación de su hermano hasta que abrió la puerta.
—Espero que hayas recapacitado Yoonhye, y no hayas traído al estúpido de tu novio.
Solo se paró de su escritorio para abrirle la puerta.
Jimin seguía afuera de la habitación hasta que escuchó como lo llamó y decidió entrar también.
Se mantuvo detrás de Yoonhye y le saludó con un tono tranquilo, pero la mirada era de pocos amigos.
—Hola Yoongi.
El mencionado escuchó esa voz y a diferencia del año en que lo conoció ya no era tan aguda, la voz de Jimin había cambiado a ser una grave. Ni siquiera sabía por qué lo analizaba tanto, si ya lo había escuchado en ocasiones anteriores en el trabajo de Hye.
Volteó cerrando la laptop, para encontrarse con Jimin.
Ambos se daban miradas de odio.
—Hola Park.
Jimin tenía las manos en sus bolsillos y la vista fija en Yoongi. Para los dos se hizo ausente la presencia de Yoonhye.
—Les dejo para que conversen. Tienen mucho de que hablar.
Hye retrocedió un poco y salió de la habitación cerrando la puerta.
Se dirigió al primer piso y antes que se sentara en el sillón el timbre de la casa sonó.
Entró en pánico por un momento pensado que tal vez es su padre quien está detrás de la puerta, pero luego recordó que él iba a llegar en la noche.
Ahora más relajada abrió la puerta y se encontró con Namjoon.
—¡Oh! ¿Koala que te trae por aquí?
—Hola Hye. Había quedado con tu hermano para ayudarle en la letra de su nueva canción.
El moreno entró a la casa y tomó asiento en el sillón, dejó su mochila a un costado y prendió el televisor buscando algo divertido para ver.
Ella fue a sentarse a su costado.
—Nam, ahora mi hermano está ocupado resolviendo algo.
Volteó a mirarla con un semblante curioso.
—¿Resolviendo algo? ¿Qué cosa?
Ella no quería esconderle nada a Nam porque muy aparte que se daría cuenta que estaba ocultando algo, tenía bastante confianza en él. Además sabe que Yoonhye se muere por Jimin, pero se olvidó contarle que ya eran novios.
Ella no veía por qué no contarle eso ahora.
—Jimin está hablando con Suga ahora.
—¿Jimin está aquí? –preguntó sorprendido.
—Sí y... Nam, tengo que contarte algo.
Él seguía cambiando de canales atento al televisor.
—Si vas a decirme que estás con Jimin, ya lo sé Hye.
—¡¿Cómo lo sabes? ¿Mi hermano te lo dijo?!
—No, tu hermano no me dijo nada. Yo saqué mis propias conclusiones Hye, sabía que te gustaba y además, esa vez que casi se agarra a golpes con Yoongi afuera de tu trabajo me di cuenta que ya se estaba enamorando de ti. –le dedicó una sonrisa a la menor, remarcándose sus hoyuelos. —Y después que tu hermano me llamara desesperado pidiendo ayuda para que te alejes de Jimin, di por hecho que ustedes dos terminarían juntos. Era cuestión de tiempo.
Se sintió apenada por no haberle contado antes.
—Perdón por no haberte contado antes. Yo...
—No te preocupes Hye. Más bien, creo saber por qué Jimin está hablando ahora con Yoongi.
Ella lo miró curiosa.
—¿Sabes la historia?
Él asintió.
—Eso si me contó tu hermano. Como no sabía la historia por parte de Jimin, no solté comentarios solo le dije que hable con él y arreglen esa situación.
—Yo ni siquiera sabía por qué odiaba tanto mi hermano a Jimin. Y ni siquiera fue él quien me lo contó, lo hizo Jimin.—dijo Hye.
—Se nota que Jimin es un buen chico, claro que como todo hombre cuando se molesta pierde un poco el control, pero veo que te quiere demasiado. Si él fue el primero en contarte todo lo que pasó con tu hermano, eso dice mucho de él, Hye.
Mientras escuchaba a Namjoon, sonreía feliz porque tenía razón. Namjoon siempre tiene razón. Y estaba feliz que su hermano y su novio ahora conversen tranquilos, arreglando todo.
Un fuerte sonido se escuchó de la planta de arriba. Después se oyó como varios libros se caían.
—¡Tú te metiste con la chica que me gustaba! ¡Y lo sabías Jimin!
La voz de Yoongi acompañado de un golpe alarmó a Yoonhye.
—¡Era un niño Yoongi, no sabía lo que hacía! ¡Lamento mucho lo que pasó, pero por eso no vas a prohibirme estar con tu hermana! —vociferó Jimin.
—Ellos se van a matar, tengo que ir a detenerlos. —dijo Yoonhye.
Pero antes que se levante del sofá y suba las escaleras, Namjoon la detuvo del brazo y la jaló para que se sentara de nuevo en el sofá.
—Déjalos Yoonhye. Deja que arreglen sus problemas.
—Pero...
—Nada de peros Yoonhye. Ellos tienen tantas cosas guardadas y después de mucho tiempo por fin deciden arreglar ese asunto. Sé que la violencia no es la manera correcta, pero para ellos si va a funcionar. Créeme.
De nuevo se oyó golpes, como si se estuvieran dando puñetes. Yoonhye pensó en lo que dijo Nam, pero cuando la lámpara del cuarto de su hermano dio un golpe seco en el piso, ella se asustó. No quería que les pasara nada, no quería verlos ensangrentados a los dos.
—Namjoon tengo que ir, de verdad tengo que ir a separarlos. No quiero que se hagan daño. —dijo casi sollozando.
Estaba apunto de ponerse de pie, pero él la abrazó para que no vaya a ningún lado. Yoonhye tenía que entender que ese problema era de su hermano y de Jimin, ya hizo suficiente con convencer a Yoongi de que hable con Jimin. Ahora le toca a esos dos terminar ese problema.
—Entiende Yoonhye, tienen que solucionar su odio. Tú ya hiciste suficiente. Ahora es el turno de ellos.
Ella intentaba soltarse pero Namjoon no la dejó.
—No Namjoon, ellos se van a hacer daño...
Y a medida que escuchaba los golpes claramente de puñetes, empezó a llorar. No pudo aguantar más. Tuvo mucho miedo que se hicieran daño, los quería demasiado a ambos. Y aunque Namjoon tuviera razón, ella quería ir a detener esa pelea. Conoce a su hermano y sabe que cuando él está molesto pierde todo su autocontrol y lo mismo o peor sucedía con Jimin. Todavía intentaba soltarse con la poca fuerza que tenía.
—Ellos no se van a matar Hye, sé que conociéndolos puedes pensar que sí. Pero eso no va a pasar, solo necesitan sacar todo el dolor que llevan dentro. —la abrazó más porque comenzaba a temblar del llanto. —Ya no llores Hye.
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Diferente a las demás; [Park Jimin]
Romansa¿Cómo fue que me enamoré de ella?... Min Yoonhye no es como las otras chicas, no usa tacones ni ropa diminuta. No usa maquillaje y tampoco viene de una familia adinerada. Sin embargo, su sencillez y generosidad fue suficiente para enamorar a Park Ji...