36.

66 4 3
                                    


Después de por fin haberse decidido que no lloraría más, entró a la casa.

Yoonhye llevaba sentada en los escalones que daban a la puerta de su casa por más de cuarenta minutos. Dijo que no entraría hasta derramar la última lagrima, solo así se sentiría mejor, aunque por dentro sabía perfectamente que no estaba bien, nada estaba bien. Pero trataría de volver a sonreír y por supuesto que cumpliría su promesa.

Su hermano estaba preparando la cena con Holly sentado a sus pies observando cortaba las verduras, su padre leía un libro sentado en la mesa. Cuando llegó la menor, el señor Min fue el primero en darse cuenta que la sonrisa de su hija no estaba brillando como es siempre.

—Hyenie... ¿todo está bien, hija? —se quitó los lentes. Yoongi al instante volteó a verla.

—Sí, pá. Estaré en mi habitación, no me fastidien por favor —dijo subiendo las escaleras con el paraguas colgando de su mano.

El señor Min volteó a ver extraño a Yoongi.

—¿Sabes que le sucede a tu hermana?

El pelinegro solo se encogió de hombros.

Claro que sabía que le sucedía a Yoonhye, y el causante tenía por nombre: Jimin. Sin embargo, eso no le correspondía para decirle a su padre.

Yoonhye se metió debajo de las sábanas después ponerse los auriculares y reproducir la canción I Love You Boy de Suzy.

Se dijo a sí misma que no volvería a llorar por él, pero lo único que hacía era escuchar las tristes melodías de su playlist y dejarse llevar hasta derramar las lagrimas que todavía abundaban su corazón.

Después de haber terminado su primera relación con Jiwon, dijo que se rehusaría a abrir las puertas de su corazón otra vez, pero al momento que chocó con Jimin en esa cafetería sus planes de no volver a enamorarse se fueron directito al basurero.

¿Qué chica no ha querido no volver a caer en las garras del amor después de haber salido dañada en una relación? Es lo normal cuando realmente te decepcionaron en lo más profundo, pero conoces a otra persona y lo cambia todo, así de sencillo, te cambia la manera en como ves la vida, te cambia las razones de tu risa, de tus lágrimas, de tus preocupaciones y la ilusión que te hace sentir es infinita e inexplicable. Tanto así, que en algunas ocasiones no te das cuenta de lo lejos que estás del suelo y cuando te sueltan, te estrellas con la cruel realidad.

Heather de Conan Gray comenzó a sonar por los auriculares y Yoonhye abrazó más fuerte su almohada.

Y aunque de nuevo se encuentre llorando, sabía que después, al día siguiente todo estaría borrado. Jimin la ha lastimado demasiado que poco a poco se daba cuenta que ya no podían dañarla más. El sentimiento de inmortalidad abundaba en ella, y con fuerza.

(...)

Al día siguiente se despertó temprano, organizó su cama, entró a tomar una ducha para después cambiarse por unos jeans azules, un polo básico, un suéter de lana y encima su abrigo clásico color crema. Alistó su mochila empacando libros, su ordenador y su preciada bata blanca de médico. Le hacía ilusión que muy pronto empezaría sus prácticas en un hospital.

Bajó corriendo las escaleras hasta llegar a la cocina donde solo estaba su padre sirviéndole jugo de naranja.

—Vaya, alguien ya está de buen humor —dijo mirando a Holly que estaba sentado a sus pies.

Yoonhye bebió todo su jugo y agarró una tostada para untarlo de mermelada.

—Papá, Jimin y yo ya no estamos juntos —soltó de repente.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora