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—¡Detén el auto! —gritó la menor de los Min al sentir la arcada del vomito.

Jimin se estacionó fuera de la carretera y ni siquiera llegó a poner el freno de mano cuando su novia ya había bajado apresurada del auto y vaciaba el estómago a unos pasos alejados.

—Te dije que no bebieras demasiado —sacó una botella de agua y se acercó a Hye, quien ya había dejado de vomitar.

—Estoy bien —se enjuagó la boca.

—Ajá.

Volvieron al auto. Jimin echó el asiento un poco hacia atrás para que ella pueda descansar en lo que regresan en carretera a Seúl.

—Pon algo de música, Jiminnie —murmuró acostándose de lado en el asiento.

—Necesitas descansar si no quieres volver a hacerme parar para que vomites.

—Pero sin música el viaje será aburrido —gimoteó.

Jimin le dio un vistazo rápido y no pudo evitar sonreírle con adoración. La realidad era que no le importaba que ella tome hasta embriagarse, podía emborracharse hasta quedar como una cuba si ella lo quisiera, siempre y cuando esté él presente junto a ella para cuidarla.

Sus dedos se movieron por la pantalla del estéreo y segundos después las primeras notas de Prey de The Neighborhood hicieron eco por toda la cabina.

–¡Ohh! Buena elección, minnie —dijo ella.

El reloj marcaba la 1 de la madrugada y ellos recién emprendían el camino de regreso a casa de Jimin, ya que ni loco la llevaría en ese estado a casa de Yoongi, eso sería autosuicido. Su padre lo mataría vivo.

La fiesta de Hoseok todavía seguía, pero él al ver a su novia que ya se había pasado mucho de copas, prefirió irse con ella antes de que empeore.

—Jimin —lo llamó en medio de murmuros, aún manteniendo los ojos cerrados.

—Dime —se detuvo en un semáforo rojo y aprovechó en observarla.

—¿Me amas?

La pregunta repentina de Yoonhye lo descolocó por un momento, pero no vaciló al momento de responderle.

—Más de lo que tú crees, amor.

Eso la hizo sonreír.

—¿Qué sientes por mí? —seguía sin abrir los ojos.

Jimin frunció el ceño extrañado por las preguntas que hacía su novia.

—¿Por qué esas preguntas tan repentinas, Hye?

El semáforo encendió el color verde y volvió a poner la camioneta en marcha.

—Solo responde.

Jimin se tomó un tiempo para organizar bien todo lo que diría, no es fácil organizar tantos sentimientos a la vez.

—Bien... empezaré diciendo lo más cursi: contigo siento lo que no sentí con nadie antes. Creas muchos sentimientos cuando estoy contigo, Hye. Paso de estar celoso cuando un hombre te come con los ojos, a sentirme afortunado cuando te tomo de la mano o cuando me besas —una sonrisa boba aparece en su rostro—. No solo eres mi novia, también eres mi mejor amiga, mi chica favorita, mi cómplice de locuras, mi confidente, mi lugar favorito en donde refugiarme cuando las cosas no están saliendo como quiero —suelta un suspiro y agarra con fuerza el volante al caer en cuenta que las palabras que salen de su propia boca le causan una presión en el pecho y amenaza con quebrarle la voz.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora