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Yoonhye y Hanjun disfrutaban de su plato de comida juntos, fueron a cenar a un restaurante por Hongdae, al centro de la ciudad. Mantenían una conversación amistosa, contando todo lo que hicieron en el día, Hanjun por su parte le hacía saber a Hye de lo emocionado que estaba por terminar la carrera, las prácticas que rendía en el hospital le ayudaban bastante a poner en acción toda la teoría aprendida.

Ambos bromeaban sobre que Hanjun sería el enfermero asistente de la futura cardióloga Min Yoonhye.

—Cuando tenga turno de cirugía en el quirófano, tendrás que acompañarme para ayudarme con las pinzas —fanfarroneó Yoonhye metiendo un pedazo de carne a su boca.

—No creo que sea de mucha ayuda en una operación, Hye. A mi me gusta bastante ayudar a los pediatras, adoro tener que conversar con los niños.

—Igual, de todas maneras, nos veremos seguido en el hospital, Hanjun. Así estés es pediatría o en geriatría, con los abuelitos, pasaré a saludarte. —sonrió Hye y Hanjun le devolvió la sonrisa.

Conversar con Hye se estaba volviendo una de sus cosas favoritas porque cuando charlaban juntos existía esa conexión única que ambos tenían gracias a la medicina humana.

Para Hanjun, Yoonhye siempre había sido una chica hermosa desde el primer día que la conoció, bonitos ojos, piel lechosa, cabello sedoso y oscuro, altura bajita y muy simpática. Todavía no es capaz de asimilar que haya tenido una relación con Jimin, el día que conoció a Park no fue del todo bueno que digamos, Hanjun lo analizó y supo que tenía problemas en controlar la ira. Pero muy aparte de ello, no puede creer que haya estado con Yoonhye y que al final solo juegue con ella. Es imposible de creer porque Yoonhye es una chica muy linda y especial, y que Jimin le haya hecho eso lo califica como el gran estúpido de la tierra.

Hanjun dejó de escuchar el ruido de los comensales y solo se dedicó a observar a Yoonhye, detenidamente repasando todas sus facciones, una por una. Dejó de pensar un momento y solo puso toda su atención en la preciosa chica que tenía enfrente de él. Entonces Hanjun cayó en cuenta que tal vez la conectividad y las buenas vibras que existía entre ellos no solo era de una amistad, podía llegar a ser algo más que eso... solo si ella se lo permite.

Yoonhye se dio cuenta que Hanjun llevaba más de tres minutos viéndola tan atento que se preocupó de que algo estuviera pegado en su cara para que la vea con tanta profundidad.

—¿Qué pasa? ¿Tengo salsa en mi cara?

Hanjun reaccionó.

—¿Qué? No, no es eso. Estas bien, Yoonhye.

La chica se dio cuenta que actuaba raro.

—Entonces... ¿Por qué me mirabas tanto?

Hanjun no sabía si debía ser sincero en ese momento, no quería hacer incómoda su amistad. Ni mucho menos hacerla sentir incómoda a ella.

—No sé si deba decirte.

—Dímelo, no va a ser el fin del mundo ­—soltó una risita de broma.

—Eres muy linda, Yoonhye —eso tomó por sorpresa a la chica que casi se atora con su bebida—. ¿Oh? ¿Estás bien?

—S-sí sí, estoy bien... solo necesito ir al baño un momento.

Yoonhye se puso de pie y antes de retirarse a los servicios, tomó su teléfono que justamente comenzó a sonar.

Al llegar al baño, que felizmente estaba vacío, contestó la llamada más tranquila.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora