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Jimin bajó las escaleras prácticamente arrastrando sus pies con su mochila en los hombros y el ánimo hasta por los suelos. Sus ojos estaban hinchados por haber llorado toda la noche en su habitación.

Dejó su mochila en la sala y se dirigió a la cocina donde no encontró a Yeonha. Normalmente siempre los recibía en la cocina con Jae en brazos pero esta vez no fue así.

Lia llegó después con su uniforme puesto y traía cargado a Jaehyun quien jugaba con el cabello despeinado de su hermana.

—¿Y Yeonha? —preguntó el castaño.

—Salió temprano de casa, dijo que tenía algo urgente que hacer y que no tardaría en regresar para cuidar a Jae. —respondió su hermana.

Él asintió sin nada más que hacer. Estaba preparando panqueques, mezclaba la masa en un tazón pero su mente estaba en otro lado. No podía sacar de su cabeza la imagen de Yoonhye llorando y muy decepcionada de él. Prometió que nunca más la haría llorar pero ni eso puede cumplir, el arrepentimiento seguía dentro de él y más cuando miraba sus manos que estaban vendadas. Ayer no pudo medir la fuerza con la que golpeó el saco de box, y tampoco pudo ser capaz de calmar su llanto. En la noche cuando estaba en su cama con el teléfono queriendo marcar o no a Yoonhye para pedirle perdón y que olvide todo lo hiriente que le había dicho en la tarde, al final no pudo ser valiente. No la llamó y mucho menos le envió un mensaje.

En cambio, recibió una llamada de Hana y entonces recordó que tenía que haber ido a verla pero él ya no tenía fuerzas para nada. Jimin recibió la burla de Hana a través del teléfono y también le dijo que pronto iría a verlo.

Jimin tenía la vista perdida y no se daba cuenta de lo hacía, sus pensamientos lo tenían saturado y seguían moliendo adrede a su corazón, tanto así que no se dio cuenta que estaba derramando la masa en la en y no en la sartén.

—¡Jimin! ¡Estás derramando la masa!

Se sobresaltó por el grito de su hermana y vio el desastre que hizo.

Lia miró con tristeza a su hermano por lo distraído que estaba y le entregó a Jae para que lo cuidara mientras ella se encargaba de limpiar y hacer un desayuno decente en lo que Yeonha volvía.

—Cuida de Jae, yo haré el desayuno. En la noche me dirás por qué andas tan distraído, Jimin.

Lia parecía la hermana mayor de Jimin porque el estaba en otro mundo y ni siquiera sonreía. El castaño se llevó a Jae en brazos a dar un recorrido por toda la casa para que no llore.

A los pocos minutos apareció Yeonha con algunas bolsas en su mano y ya pudo quedarse con Jaehyun para que Lia y Jimin fueran a estudiar.

Su padre ya no se aparecía por la casa, no sabían dónde estaba pero la única persona que si permanecía al tanto de eso era Yeonha. Y ya estaba viendo el tema de divorciarse del señor Park, sin embargo, aún no lo conversaban ellos.

Cuando Jimin llegó a la universidad tenía los nervios de punta porque no quería encontrarse con Yoonhye en los pasillos, no soportaría verla porque es consciente que puede abandonar todo por ella y pedirle un millón de disculpas para que regrese con él.

Y lastimosamente él necesita evitar eso, para que Hana pueda ayudarlo con el tema de su padre.

No habían personas por los pasillos ya que había llegado en la hora donde todos estaban metidos en las aulas, entonces más calmado avanzó por los casilleros para ir a su clase.

Pero frenó sus pasos al ver a la persona que quería evitar caminando hacia él.

Yoonhye se detuvo al ver a Jimin al otro lado del pasillo. Ella traía los ojos hinchados y cuando vio que Jimin también los tenía en ese estado confirmó lo que tanto se aferró ayer: Jimin seguía enamorado de ella.

Diferente a las demás; [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora