Me encontraba en la sala, sentada en el sofá más pequeño (mi preferido) con las piernas cruzadas y con el control de la tv en la mano, ningún canal me parecía entretenido. Llevaba varios minutos presionando el mismo botón y nada.
La universidad no dejó tareas y quiero pasar una tarde entretenida, pero al parecer ni la tv quiere apoyarme. No me di por vencida y decidí llamar a Somi para que venga a mi casa y pasemos una tarde de chicas, hasta una pijamada si se puede. No como las comunes tarde de chicas en el centro comercial comprando ropa o gastando el dinero, mi caso no era ese.
Yo me divertía viendo doramas o escuchando música, hasta se puede decir que una plática de más de 3 horas no me parecía aburrida.
Me levanté del sofá y subí a mi cuarto, busqué en los cajoncitos de la mesita de noche y no estaba mi móvil, busqué en mi escritorio y tampoco, debajo de la cama y no había rastro de mi celular.
Tal vez lo tenga mi hermano, entonces salí y fui a la habitación del costado (la de mi hermano) Sabía que, si entraba sin tocar, él se pondría de mal humor, aunque siempre está así, toqué su puerta dos veces y nada, intenté dos veces más y...
—¿Qué pasa Yoonhye? —escuché su voz detrás de la puerta y supuse que estaba despierto, felizmente.
—Yoongi ¿Mi móvil no está en tu cuarto? No lo encuentro —no escuché una respuesta por parte de él—. ¿Puedo pasar?
—Entra —moví la manija de la puerta e ingresé, él estaba en la cama sentado con la espalda pegada a la cabecera y con su móvil en su mano. Cerré la puerta detrás de mí y traté de llamar su atención.
—¿Qué haces hermano? —pregunté curiosa.
—Nada que te interese —frío y seco como siempre, igual ya estoy acostumbrada a que hable de esa manera—. Creo que tu móvil está encima de mi escritorio, ayer lo dejaste ahí —levantó su mirada y señaló con su dedo índice el escritorio.
Claro, ¿cómo no se me ocurrió antes? Ayer tuve pesadillas de nuevo y del mismo sueño, nada cambiaba. Tuve demasiado miedo y fui a buscar refugio en los brazos de mi hermano, de algo que sí estoy segura es que a pesar de ese humor que tiene Yoongi, no lo demuestra cuando lo necesito, él deja de ser frío y seco y me protege cada que vez que me siento mal.
Giré mi cuerpo y rebusqué entre sus papeles llenas de letras, esas eran sus composiciones. Cogí mi móvil y seguí viendo esos papeles.
—¿Sigues componiendo? —sentí como me quitaba el papel de las manos y abría la puerta. ¿Cómo se levantó tan rápido? Seguidamente empujándome afuera—. ¡Yah! ¡Yoongi! —me botó de su cuarto, pero antes de que pudiera cerrar la puerta me sonrió y se despidió con la mano diciendo un «Ahora que tienes tu móvil, no jodas»—. Per... —no me dejó ni siquiera terminar de hablar y cerró la puerta.
—A veces te odio hermanito, pero igual te quiero —suspiré y fui directo a mi cuarto. Me senté al filo de la cama y marqué el número de Somi y esperé a que contestara. Una timbrada, dos timbradas, tres timbra... ¡Oh! Contestó.
—Somi, ¿Te parece si vienes a mi casa hoy para ver películas? —crucé mi dedo índice con el dedo corazón pidiendo que dijera que sí—. Estoy aburrida, aparte mañana es domingo. No hay clases. ¿Qué dices?... Si te espero, no demores ... De acuerdo, iré preparando palomitas —suspiré aliviada al saber que no pasaré una tarde sola.
Terminamos la plática y colgué la llamada. Acomodé bien mis pantuflas en mis pies y bajé a la cocina a preparar palomitas. Saqué una olla limpia y vertí los granos de maíz en ella, esperaba ansiosa el sonido del maíz reventando.
Escuché pasos bajando las escaleras, volteé y vi a papá, tenía el cabello mojado y se podía oler su fragancia a distancia. Hace unas horas había llegado a casa del trabajo, es mecánico en un taller de autos y salió temprano de allí pero ahora de vuelta saldrá ¿A dónde irá?
—Papá, tu trabajo terminó hace unas horas ¿A dónde vas? —me acerqué a él.
—Un amigo del taller me prestará su auto para llevar clientes de un lugar a otro y me pagarán bien —quería que descansara, trabaja muy temprano y eso me preocupa—. Tranquila Hyenie —adoraba que me dijera "Hyenie", agarró mis dos mejillas y las acarició con sus pulgares, besó mi frente y continuó diciendo: —Regresaré temprano ¿de acuerdo? – asentí cerrando mis ojos y dándole una sonrisa. Soltó mis mejillas y se alejó dirigiéndose a la puerta, tomó sus llaves del pequeño estante que había a la derecha.
Antes que pudiera irse me apresuré en decirle que Somi vendría a la casa y posiblemente se quedé hasta mañana, no le molestó para nada, pero si me dijo que durmiéramos temprano, incluyendo a mi hermano. Sin más salió de la casa y fue entonces donde recordé... ¡Las palomitas!
Volví a la cocina a verificar que las palomitas estén bien y para mi suerte así fue. Apagué la estufa, saqué un tazón y vertí en ella todas las palomitas. Escuché el timbre y fui corriendo a abrir la puerta.
—Espero que las palomitas ya estén listas —vi que traía una bolsa y dentro parece que era gaseosa, eran dos botellas para ser exactos.
—Tardaste más de diez minutos, pero bueno... Pasa —la miré divertida.
—Encima que traigo bebidas, y así me pagas. ¡Malagradecida! —tocó su pecho como haciéndose la dolida por lo que dije.
Pasamos la noche viendo doramas en la sala y comiendo palomitas y claro bebiendo las gaseosas que trajo, nos estaba ganando el sueño así que decidimos ir a la cama, bueno... mi habitación. Apagamos todos los artefactos y las luces, excepto la de la cocina, sabía que papá vendría y no quería que se tropezara por falta de luz.
Una vez ya en mi habitación, le preste un pijama a Somi para que se sintiera cómoda al dormir, mientras que se cambiaba fui a avisarle a Yoongi que ya durmiera tal como me dijo papá. Toqué la puerta y no la abría, entré y lo vi en la cama, sin taparse, con la misma ropa, con hojas en su mano y un lapicero. Sonreí involuntariamente por aquella escena, mi hermano se esforzaba tanto en que sus letras estén perfectas y marquen sentimiento al momento de cantarlas.
Retiré los papeles y el lapicero y los llevé a su escritorio. Acomodé a Yoongi en su cama, puse una almohada debajo de su cabeza lo arropé bien, él tiene el sueño demasiado pesado así que no sintió cuando hice todo aquello.
—Buenas noches gruñón... —musité y dejé un beso en su frente y salí de la habitación.
Regresé a la mía y encontré a Somi pensativa mirando a la nada. — ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan pensativa? —me acomodé a su costado y la miré. No recibía respuestas entonces chasqueé mis dedos enfrente de ella y ahora sí capté su atención.
—Creo... que me he enamorado —volteó a mirarme, pero tenía una expresión triste.
—¿Y por qué esa cara entonces? ¿Quién es el desafortunado? —reí un poco, pero ella no lo hizo, sólo se quedó mirándome ahora con un perfil serio—. Disculpa, continua.
—Tengo miedo de que no corresponda a mis sentimientos —incliné mi cabeza hacia un lado tratando de entenderla, tenía mi ceño fruncido.
—¿Le has dicho lo que sientes por él? —ella negó.
Me contó que el chico ese estudiaba en la misma universidad que nosotras, sólo que en el otro campus que básicamente quedaba cruzando el patio. Por lo que me contó estudiaba Administración empresarial, era claro eso, pues en el otro campus todo era acerca de carreras de administración o marketing, cosas así. Yo estudiaba medicina, quiero ser cirujana cardióloga. Exacto, operar corazones. Pero para eso tengo que estudiar primero medicina general. Nunca iba al otro campus, los alumnos de medicina no podían juntarse con los del otro campus, pero hace ya dos semanas contradijeron esa norma porque su campus está siendo más ampliada y con más salones, están en construcción, por lo tanto, esos estudiantes conviven con los estudiantes de medicina y ahora pueden hablar sin restricciones.
—¿Cuál es su nombre? —pregunté curiosa. Al menos debía saber el nombre de la persona que traía el corazón revuelto a mi amiga.
—Jimin, Park Jimin.
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estado del fanfic: en edición
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Diferente a las demás; [Park Jimin]
Любовные романы¿Cómo fue que me enamoré de ella?... Min Yoonhye no es como las otras chicas, no usa tacones ni ropa diminuta. No usa maquillaje y tampoco viene de una familia adinerada. Sin embargo, su sencillez y generosidad fue suficiente para enamorar a Park Ji...