Consecuencias
- ¿Segura quieres ir por ese camino? - preguntó Aarón con notorio enojo en su mirada.
- No, seguro que tú quieres seguir por este camino. El que va a salir perdiendo, serás tú, no yo.
- La que saldrá perdiendo ahorita, eres tú. - habló seguro de sí mismo, en tono amenazante mientras desdoblaba una de las sillas que se encontraban ahí metidas.
- ¿Que les cuesta acabar con este programa? ¡Podemos entender sin castigos ridiculos!
- ¿De verdad tú me estás diciendo que puedes entender sin este tipo de castigos? Kathleen, la única forma en la que te comportas es así.
- Es que simplemente no tienes porque hacer que me comporte.
- No seguiré discutiendo, ven. - levantó su mano hacía mi.
- No, Aarón. ¡Termina ya con esto! - grite desesperada.
- Si, pienso terminarlo aquí y ahora, acércate.
"¿Por qué le dijiste vete a la mierda?" Si estaba enojado, ahorita está peor. Por instinto, voltee a ver la puerta que me llevaría fuera de la escuela.
- Aunque pudieras salir, que es casi imposible, porque antes de que pudieras abrir la puerta ya te estaría jalando hacia mi, mañana tendrías que venir a la escuela y créeme que no querrás que se te junten los castigos.
- No voy a permitir que pongas de nuevo, una sola mano sobre mi.
- Acércate, primera advertencia.
- Se supone que William y Thomas deberían hacer esto, llámalos a ellos ¿tú por qué?
- Porque la falta de respeto es hacia mi, acércate segunda advertencia.
Entrelace mis dedos, jugando con mis pulgares, ¿que hago? Las advertencias eran por algo, no quería que esto durara mucho tiempo, pero tampoco quería que esto pasará, aveces tienes que aceptar las cosas que sean menos peor para ti...
- Es que... no traigo ropa interior... la perdí en la fiesta.
- Tú vestido te cubre lo necesario, no iba a subirlo de todas formas.
- Aarón...
- Acércate.
- ¡Ya, no hagas esto! - hable desesperada.
- Bien, lo pedí más de tres veces, te lo pedí más de lo debo. - habló acomodándose el saco, acercándose a mi.
- ¡Que ya, deja esto ya! - hable desesperada caminado hacia atrás.
- Tu no me escuchas, ¿por qué debería de escucharte yo?
- ¡Deja de caminar, ya Aarón! - grite viéndolo cada vez más cerca.
Aarón llegó hacia mi, tomó mi muñeca, era un agarre firme, pero cuidadoso, volteó su cuerpo en dirección a la silla y empezó a caminar jalando un poco mi muñeca.
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Lying School
Teen Fiction"Amarte, cariño, siempre fue como bailar sin música, diferente pero complicado"