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Mentiras.

- Espera - hable cuando trató de desabrochar mi sostén.

- ¿Que pasa? - preguntó exaltado.

- No, no estoy lista. - susurre en su oído.

- Esta bien - contestó agitado separándose de mí y tirandose a un lado.

¡Claro que quería! Es un Dios griego, pero las estupidas marcas del castigo de Aarón me daban un pena horrible.

- De verdad lo lamento-

- Hey, no es a fuerza... de igual forma no creía que tu se verdad lo quisieras hacerlo conmigo.

- No, de verdad...no es eso - voltee la mirada a él.

- Entonces ¿qué es? - preguntó volteando a verme - Lo se, Kate no tienes que mentir.

- No, no lo estoy haciendo-

- Kate, he visto los chicos con los que sales... no soy tu tipo - siguió.

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- ¡Es una mentirosa! - grite

- Kate...

- Cállate, no-

- Tenemos fotos. - habló Aarón sonriente.

- Y si así fuera ¿que? - hable en frente de el - ¿También se van a meter en mi vida privada?

- No, fuera de aquí y si ellos quieren puedes hacer y deshacer todo, el punto es que llegaron tomados a clase, dos horas después de su entrada y la señorita Carolina nos mostró las fotos.

- No hay fotos... - conteste segura.

- ¿No? - preguntó Aarón agarrando el celular de la rarita.

Y creo que fue la gota que derramó el vaso efectivamente...había fotos.

En la primera foto, era mía...estaba empapada de alcohol, con tres botellas de tequila empinadas en mi boca.

Seguí pasando las fotos...sentía la mirada de todos, evidentemente estaban esperando mi reacción y creí firmemente que me iba a controlar...no quería verme como una mujer infantil pero... ¿que creen?

Una foto mía: pegada en la pared con Josh delante mío tocando mi cintura con una mano, tocando mi cara con la otra y con nuestras bocas juntas.

- Eres una hija de - grite lanzándome hacia ella - ¡Sueltame! - forceje en los brazos de Will. - Te invitó a mis fiestas y eso haces ¿he?

- Kate, ¡para! - gritó.

- ¡Más vale que hayas disfrutado tu vida en el instituto porqué voy a encargar yo misma de joderte cada minuto que pases aquí!

- Llévatela - habló Will hacia Tom. Refiriéndose a que se llevaran a la rarita.

- Sí llévensela,  porque si no me agarran fuerte Será mejor que le vayan rezando a quien sea a que le crean.

- Empiecen, chicos. Los espero en el salón de clases.

Aarón decidió llevarse a la rarita, mientras... arreglé mi uniforme y mi cabello. Mantuve una cara de disgusto todo el tiempo aunque la cara de la
Rarita de miedo total me había bajado levemente el enojo.

- No puedo creerlo... por eso siempre será la rarita. - hable.

- No es la rarita, se llama Carolina y por tanto debes de referiste a ella por su nombre. - habló Tom

-¡Aw!  ¿ahora tú me vas a decir que le diga por su nombre? Si no mal recuerdo fueron ustedes ¿no? quienes le pusieron "la rarita".

-Sí, y por tal motivo te pedimos que dejes de llamarla así; es tu compañera de clases-.

- No se confundan, este nuevo programa escolar no les da el derecho de decirme que hacer. - conteste dándoles la espalda.

- Al parecer unos buenos azotes si. - Habló Tom.

Tardé un rato en reaccionar pero casi antes de hacerlo Tom ya me había jalado de mi brazo llevándome hacia delante.

- De verdad es algo que no tengo ganas de hacer y que en mi vida creía hacer... pero qué voy a hacer. -

Tomas se paro delante del escritorio y trato de recostar a su compañera en el mismo.

- Tócame, idiota. Y te juro que pago para que te golpeen.

- Veamos si te quedan ganas - respondió Will jalando a la joven hacia el escritorio dejándola totalmente recostada sobre este con las piernas pegadas al piso.

-¡¿Por que hacen esto?! - gritó la joven pegando en el suelo con su pie.

- Tenemos que, preciosa. - respondió Tom.

- No... no tienen que... - lloró de enojo e impotencia.

Yo sé lo que creen ¡qué infantil, pero han pensado ¿qué pasaría si dos compañeros de clase estuvieran apunto de "castigarlas"? Y más si no pueden hacer nada para detenerlo... pues todo eso de junta y lo único que te queda es llorar.

Realmente no era sólo Khate la que estaba nerviosa, sus dos compañeros también no estaban, no era algo fácil tener que ver a una de sus mejores amigas llorar tomando en cuenta claro que estaba llorando por su culpa.

Además ninguno de los dos había hecho eso antes,
No tenían ni idea de cómo empezar, de si tenían que decir algo durante el castigó, cuando parar, no sabía si iban a lastimarla, si sean muy duros, si serian muy suaves...

Aunque para su suerte Aarón había hablado directamente con ellos, lidiar con una chica como ella no iba a ser fácil por lo cual necesitarían asesoría.

De hecho fue el quien les dio el consejo de ponerla en esa posición ya qué sería más fácil mantenerla quieta así que si la ponían en sus piernas.

Según Aarón los castigos son de dos tipos: L@s que obedecen y L@s que no obedecen. En este caso sabemos en qué tipo encaja Kate, Aaron también le dijo que siempre pasan por tres epatas... mínimo:

Alteración: La persona que va a ser castigada lanzará insultos, golpes, amenazas, palabras hirientes etc. todo por el mismo coraje qué tiene de que no le hagan caso.

En esta tapa lo mejor que se puede hacer es empezar el castigo cuanto antes y evitar hablar para no darle más herramientas a la persona castigada de seguir con su rebeldía.

Al mismo tiempo se aconseja en estos momentos empezar con un ritmo fuerte y rápido para calmar más rápido a la persona castigada.

- Ya, Will ¡dejame! - se retorcía la chica sobre la mesa, estiró sus brazos y alcanzó a agarrar la playera de su amigo, la jalo con fuerza haciendo que se pegara contra el escritorio.

- Ah! Mierda, Kate. - se quejó.

- Esto es nada a lo que les voy a hacer si no me sueltan ahora. -

William no lo pensó dos veces, desabrocho su cinturón y lo sacó de su pantalón rápidamente , la vista de la chica se nublo pensando que le pegarían con eso.

- ¡No, no! - se retorció - ¡No! - gritó desesperadamente llevando su cuerpo hacia atrás aunque con la fuerza de Thomas no era fácil.

- Si no quieres que te peguemos con esto, quédate quieta ¿si?- preguntó firmemente.

No espero a que respondiera realmente, sabía que no lo iba a hacer así que tomo las manos de su amiga y las pasó por detrás de su espalda, con cuidado y siendo bastante delicado se las amarro con su cinturón.

- ¡Son unos imbeciles! ¡Los voy a matar!- gritó tratando de levantarse.

- Empecemos....

Lying SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora