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El primero

- Empezar. ¡No! Espera, no tienes que hacerlo podemos dialo- ¡Ah! - gritó la chica al recibir un golpe.

- Silenció. En un castigo no se habla. - regañó Aarón.

El castigo continuó por varios minutos donde la chica trató de no hacer ruido. Ciertamente no es que no quisiera detenerlo es que estába en shock y por ende no sabía cómo reaccionar.

- ¿Entendiste? - habló el maestro.

- S....si.. - contestó queriéndose parar. - Ya, para.

- Oh, Kate.- habló - Recordemos... ¿acaso tú me hiciste caso?

- ¡No! Esta bien, lo reconozco pero entienda que nunca me han hecho eso y no sé otra manera de expresarme - habló la chica tratando de convencerlo .

- ¿Consideras que es correcto manipular a tu profesor? - habló - Creo que no entiendes, Kate. - habló acomodando de nuevo a la chica.

- ¡No! Mierda, ya. - gritó moviendo sus caderas para tratar de soltarse.

- Quédate quieta. - habló fuerte agarrando su cadera y reanudando los golpes.

Si bien la falda de la chica del colegio era larga, para ella el uniforme dejó de existir hace casi 3 años, Kathleen decidió dejar de usarlo y llegar a la escuela con ropa normal, las faldas que regularmente portaba eran demasiado cortas, algo que reflejaba su rebeldía desde que llegaba a la escuela.

Aunque en estos momentos la falda de "monja" hubiese servido de maravilla. Sus faldas al ser tan cortas no le estaba favoreciendo en lo absoluto,  estando acostada de esa manera sobre su profesor  dejaba sus muslos al descubierto.

El joven maestro siguió castigando con fuerza a la pobre chica quien solo se retorcía de un lado a otro sin saber que decir o hacer para pararlo. Por ser el primer castigo de la joven en toda su vida debía ser estricto y hasta cierto punto duro para que entendiera bien que esto no era un juego.

- Te estás pasando ¡ya! - gritó la chica con varias lágrimas traicioneras. - ¡Que pares ya!

- Que parte del "quédate callada" - habló dando más fuerte en esa parte - ¿No has entendido? - sigio.

- ¡Ya, por favor! - reprochó moviéndose más.

- Cada que me hagas caso, a mi o a ellos, se te tomará en cuenta para estos castigos. Pero como no me hiciste caso ni una vez, yo tampoco lo haré. - pronunció siguiendo.

La chica quedó muda, los constantes azotes cayendo no la dejaban pensar en alguna cosa para contestarle y de alguna manera intentar que pararlo.

- Ten, desbloquealo - habló Aarón parando y dándole el teléfono a la chica sin quitarla de la posición.

- ¿Que? ¡No! - contestó tratando de quitárselo.

- Bueno. - respondió Aarón azotando más fuerte haciendo que la chica gimiera de dolor. Durante escasos minutos más e incrementando la fuerza, la chica cedió.

- ¡Ya, para! - gritó. - ¡Ya! Lo desbloqueo.

- Ten - respondió satisfecho dándole el celular mientras levantaba a la chica y la dejaba ahí parada.

Kathleen se limpió las lágrimas que salían y se arregló el cabello y el suéter como si nada hubiese pasado.

- Hasta sus movimientos reflejan soberbia - pensó Aarón.

La chica sostuvo se celular y mostró su cara frente al teléfono haciendo que este se desbloqueara.

- ¿Ubica que no debería agarrar mi celular por que es un abuso a mi privacidad?. - retó .

Lying SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora