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Caramel Choco-coco.

- Bien, se que no es fácil decir la verdad y menos cuando sabes las consecuencias, pero eres muy valiente al hacerlo. - habló Aarón calmado, pero igualmente, con el semblante serio. - Vamos, vuelve a colocarte como estabas en el escritorio.

Apenas termino la frase, Kathleen se soltó en un llanto incontenible, estresándose por no poderse calmar y limpiado con fuerza sus lágrimas.

- Hey, hey, hey. - se regresó a donde estaba ella. - ¿Que pasa, mi amor? ¿Por qué estás llorando tanto? Aún ni empezamos y se que tienes mucho más aguante a los castigos, del que llevamos. ¿Por qué lloras?

- No sé. - contestó soltando más fuerte el llanto.

Cómo Aarón siempre decía; Un castigo es para educar, recapacitar y entender lo que están mal, no para traumar, ni ser insensible con la persona castigada.

- Ven, ven. ¿Que tienes, bonita? - tomo la cabeza de Kathleen entre sus manos, y la recostó en su pecho, mientras la abrazaba.

- Y...yo no... es que... - trataba de hablar con dificultad.

- Primero trata de calmarte ¿si? - la llevo a la cama donde la sentó en su regazo con sus piernas enredadas en su cintura y sus brazos en su cuello. Mientras Aarón le acariciaba la cabeza.

- Si...

- Nunca, por ningún motivo te castigaré sin tener previsto y pensado lo que haré y el porqué, hago esto para cuidarte no para hacerte daño, ¿lo entiendes, no?

Durante varios minutos más, Aarón siguió consolando a la joven, quien poco a poco se calmaba entre los brazos del maestro.

- Tenemos que continuar, Kate. - susurró en su oído, dándole un beso en la frente abrazándola aún más fuerte.

Realmente, ahora si le preocupa el castigo, ahora ya que estaba más calmada y más centrada en lo que estaba pasando.

Aarón tenía mucha paciencia con ella, pero si algo había notado en el es que las mentiras se pagan caro.

Y aunque también es una mentira el hecho de que cambio aproposito las calificaciones de Carolina, el castigo se daría en base a la historia que se inventó.

Con cuidado alzó a la chica dejándola parada en el suelo, mientras el, al mismo tiempo se paraba, quedando a pocos centímetros uno del otro.

- Hagámoslo rápido. - le besó nuevamente la frente y la llevó para el escritorio, le tomó el botón de los pantalones, que ella se subió previamente, sin permiso.

- No... - quito las manos de Aarón, volviendo a abrocharse el pantalón y colocando las manos en el botón para que no lo desabrochara.

- Igual lo haré, Kate. Tu decide como, déjate que lo haga ahorita y continuamos con el castigo o hacemos una pausa para que te dejes. - amenazo esperando la decisión de Kate, en dejar o quitar las manos del botón.

- Haces las cosas tan difíciles. - contestó enojada ante la falta de oportunidad por dejar su pantalón arriba. Bajo con lentitud sus manos, pasándolas hacia atrás y jugando con sus dedos.

- Gracias. - contestó amablemente, tomando el pantalón y bajándolo hasta la rodilla, para volver a posicionar a Kate en su lugar.

No tenia intención de hacer esto más largo de lo que ya sería, así que, con fuerza volvió a azotar a la joven, quien solo se quejaba y lloraba con intensidad.

- Sh, Sh. Vas excelente. - le acarició la zona castigada, dejándola un rato ahí para calmarse.

- Ya, para - pidió con la voz entrecortada.

Lying SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora