Lying School

25

Tome todos los documentos, los metí en la mochila que traía y salí rápidamente de ahí. Conecte mi celular al carro y le marqué a Aarón.

- ¿Bueno? - habló por la línea.

- Hola, no encontré mucho, seguiré buscando. Solo encontré, sus cheques y movimientos en sus cuentas. También... - dije sacando con una mano de la mochila los documentos - Espera los estoy sacando.

- ¿Vienes manejando? - preguntó.

- Si, ya voy a tu casa. ¿Ya me mandaste la dirección? - reí, ni yo sabía a donde ir.

- Kate, deja los documentos ahí, estás manejando puedes chocar, pon atención al camino.

- Si, estoy poniendo atención - dije abriendo los folders, volteando de vez en cuando al frente. - A ver...

- No estoy jugando, puedes chocar.

- Mira, aquí dice 20 de Febrero del 2021, está muy cercano a esta fecha, si nos sirve.

- Bien, ya pon atención al camino. Ya te mande la dirección, estás cerca. - dijo.

- ¿Como sabes? - pregunte dejando los documentos a un lado.

- Es un decir. Te veo aquí. - dijo colgando.

- Es un decir, que extraño señor. - me dije a mi misma.

Coloque la dirección a la pantalla de mi carro y la seguí, estaba a 10 minutos, ¿apoco vive ahí? No quiero sonar mal, pero para ser un maestro no le va mal.

Sonó mi celular, mensaje de Aarón: "Piso 12, se me pasó decirte" Únicamente respondí un: Ok, si.

- Hola, ¿a donde se dirige? - preguntó el que tomó mis llaves.

- Piso doce.

- ¿Con quien?

- Con Aarón...

- Ah, vale. Usted debe ser la señorita de la Course.

- Aja.

- Adelante, por aquí. - dijo llevándome hasta el ascensor, dejándome pasar y poniendo el número del piso.

- Hasta luego lindo día.

- Adios. - respondí mientras se cerraban las puertas del elevador, saqué mi celular mientras subía al piso doce. Las puertas se abrieron directamente al departamento de Aarón.

- Kate, buenas tardes. - se acercó a mi, aún traía su traje.

- Hola, ¿cómo estás? - pregunte pasando, dejando mi mochila en el sillón.

- Bien, ¿tienes hambre? Me imagino que no haz ni desayunado.

- Ah, si, pero estoy bien. Gracias.

- ¿Si desayunaste?

- No, per- corte cuando sonó mi teléfono. "Logan" - ¿Que quieres, Logan? - pregunte contestando.

- Leen, preciosa. ¿Cómo estás? - preguntó.

- Estoy bien.

- ¿Dónde estás? - preguntó nuevamente

- Mmm, que te importa...

- Aw, Leen. Desde hoy te quedas en mi casa, por eso te lo pregunto. - dijo con todo molesto.

- Ya quede con mi mamá, no me voy a quedar contigo.

- No era pregunta, mi amor. - rió - Te veo acá, Leen. Maximo a las 9. - colgó dejándome con la palabra en la boca.