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Por tu bien

- Aarón... de verdad, ya no puedo. - comento la joven abrazando fuertemente al adulto interrumpiendo para que dejara de contar.

- Nena, es un castigo, no se para cuando ya no puedas más.

- De verdad, me duele mucho, ya te entendí. - siguió.

- Vamos, ya, abajo. - dijo finalmente, colocando sus manos en la cintura de la joven y haciendo fuerza hacia delante.

- ¡Tienes cero necesidad de hacer esto! - bajo su cuerpo de el, enojada.

- Umh, no me digas. - respondió sarcástico volviendo a colocarse en la cama.

- ¡Te estoy diciendo que entendí! ¿Por qué sigues?

- Ven, vuelve a tu posición.

- Aarón-

- Kate, esta va a ser la última vez que soportare tanta indisciplina, las reglas en los castigos son claras y entre ellas está específicamente: No debes desobedecer durante el mismo. Y todo el día llevas haciendo eso, así que, vas a venir, te vas a posicionar tu sola como estabas y te vas a quedar callada a qué termine, cuando yo lo sienta pertinente.

- Pe... - paró al ver a Aarón suspirar, con recelo, tomó la mano mano de Aarón y camino cerca de el, posicionándose como anteriormente el la tenía.

Kate, suspiró volteando la cabeza para evitar que le viera la cara de perfil, movió un poco sus caderas para acomodarse mejor y limpio una lagrima, de enojo o de dolor, igual la quito.

- ¡Ah! - soltó, la nueva palmada llegó sin un aviso anterior, ahora, más fuerte de cómo las estaba dando, o tal vez, por la piel lastimada de la joven, lo sintió más doloroso.

Aarón no se detuvo aún cuando el impacto de la primera palmada la agitó. La fuerza que ejercía era la necesaria para calmar a aquella desobediente joven.

Durante varios minutos más, Aarón siguió con la misma fuerza, notando que, en alguno de los golpes, los quejidos de Kathleen eran más fuertes, iba cambiando de posición su cabeza e incluso tratando de poner la mano, arrepintiéndose antes de hacerlo.

- No puedes dejaste llevar por tus emociones, se más consiente de tus actos y piensa en las consecuencias. - regañó bajando la intensidad para que lo escuchara.

- Si...

- Si vas a cometer una falta, la que sea, toma con madures las consecuencias que sabes, vas a tener. - palmeo con más fuerza.

- ¡Si, si! - movió sus piernas.

- Última vez, Kathleen que te tolero tantas faltas en tan poco tiempo, las consecuencias de tus actos conmigo, irán subiendo, así que te recomiendo no volver a cometer los errores de hoy. - continuó nalgueándola con fuerza.

- ¡Si, ya perdón. Lo siento mucho!

- Bien. - se limitó a decir, parando los golpes una vez que la joven se dignó a pedir una disculpa.

Con cuidado, ayudo a Kate a levantarse, la joven se paró, secándose las lágrimas, con sus mejilla rojizas y apenas viendo a Aarón.

- Ven aquí. - la tomo del brazo, abrazándola con dulzura. - No me gusta hacer esto, Kate-

- No te ves muy afligido. - rió fuertemente Aarón.

- Créeme que de no pensar que atrás de esa niña rebelde y maleducada, hay una mujer hermosa, noble y dedicada, no lo haría.

- ¿Por qué lo haces? Nunca me has respondido... bueno, quiero decir ¿Que te llevo...? O sea-

- Porque me interesas, Kate. - soltó sin más. - No somos perfectos y el entornó en donde nos desarrollamos juega un papel importante en nuestra forma de ser y pensar, se que quieres cambiar pero no sabes como...

- Si se como. - se defendió soltando el abrazo. - Claro que se como.

- ¿Así, como? - preguntó juguetón.

- Ehh...

- ¿O sea sabes como, pero te sigues portando mal? - rio.

- Exacto, me gusta. - arrugo la nariz tomando a Aarón del abdomen.

- Ah, mira... te gusta. - se inclinó tomando a Kate de las caderas y subiéndola a su torso. - ¿te gusta hacerme enojar? - preguntó una vez que la joven estaba en el.

- Claro... tu cara de enojo es tan sexy. - dijo tomándole la cara con las manos, sintiendo a Aarón apretar su cintura.

- Tu cara después de terminar un castigo, es mil veces mejor que la mía de enojo.

- Ah, hasta tiempo de admirar mi cara te das...

- Por ahora.

- ¿Por ahora?

- Claro, un artista siempre admira la obra que realizó, yo, en tu caso, no lo he hecho. - Llevó sus manos a los glúteos de la joven.

-Vaya... - dijo pegando su cuerpo más a él, pasando su pulgar por los labios del adulto.

- Hazlo ya. - subió una de sus manos a la cara de Kathleen.

- ¿Tanto quieres un beso mío? - corto cuando Aarón acercó sus labios a los de las joven, plantando un fuerte beso en ella, Kate movió sus caderas cerca de la entrepierna de Aarón.

El beso tomó intensidad, apasionadamente los dos amantes llegaron hasta la pared del cuarto, donde la espalda de la más joven, tocó la fría pared, arqueándose.

Aaron paro el beso, bajando ahora hacia el cuello de la joven, quien por la sensación soltó un leve suspiro, jugando con el cabello de Aarón y aún pegada a la pared, disfruto el momento, en el que poco a poco el beso iba bajando más.

- A...Aaron. - habló la joven.

- Lo se, lo sé. - subió su cara, dejando de besar las clavículas de la joven.

- No tan rápido, maestro. - sonrío.

- Esta bien, alumna. - imitó el gesto de la joven, chocando con dulzura su frente en la frente de la misma. Rozando delicadamente sus narices, mientras que, con el pulgar, acariciaba su rosada mejilla.

Lentamente Kate bajó del torso de Aarón, poniéndose de puntitas para seguir viéndolo a la cara, sin querer separarse uno del otro.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Aarón separándose para agarrar su saco.

- Si, algo.

- Ven, vamos a comer. - la tomo de la mano, saliendo del cuarto y bajando hasta la sala.

- ¡Ah! ¿Me prestas una chamarra? Allá afuera ya hace frío.

- Claro, iré pidiendo el carro, sube por una, adelante. - habló dándole un beso en la mejilla y saliendo del apartamento.

Kathleen camino hacia arriba nuevamente, buscando una chamarra que no le quedara demasiado grande. Aprovechó también para observar que tan rojo se veía su parte trasera. Ya que, le ardía bastante.

Y si, rectifico que Aarón no había sido complaciente con ella, marcada en rojo su piel se lo mostró. Desde el principio de los muslos un tono rojizo se iba esparciendo por toda la zona.

- Necesito algo o esto no me dejará ni comer. - pensó, rápidamente comenzó a abrir las puertas en el baño de Aarón, buscando un hidratante.

Al tiempo, se dio por vencida, al no encontrar ni siquiera un cepillo de dientes. "Debe de tener todo eso en otro lado" se dijo a sí misma, bajando las escaleras y posteriormente, bajando hasta donde se encontraba Aarón.

- ¿Lista, bonita? - preguntó saliendo del carro.

- Lista, tome esta. - levantó la chamarra.

- Perfecto, adelante. - extendió la mano dejándola pasar a su asiento del carro, cerrándole la puerta una vez que ingresó.

- Gracias - dijo antes de que cerrara su puerta.

Un sonido característico de su teléfono, llamó su atención, un mensaje había llegando al celular de la joven. Volteó a ver hacia la ventana, notando a Aarón hablar con el recepcionista, así que bajo la mirada al celular.

+525678**39
Señorita de la Course, un gusto, tengo información importante que compartir contigo. Por tu bien, no comunique esto con nadie. - Y.E.L.

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