Capítulo 7: Fin del juego

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Springtrap

Si Golden Freddy no ha llegado a recogerme entonces pensaré que decidió tirar la toalla, lo que será muy lamentable, porque entonces no tendré otra opción más que activar su código de cancelación. Aún no puedo creer lo idiota que es, o sea, ¿quién en la vida se va a asustar con un pequeño control cuando se cuenta con esa maravilla de poderes? Tal vez el susto que le di fue tan grande que hasta quemé las pocas neuronas que le quedaban. ¿O será la falta de sueño? He oído que eso ayuda a ganar peso y a que estés más estúpido. Supongo que después de que hayamos controlado la pizzería de Freddy podremos darnos el lujo de dormir unas ricas ocho horas, eso debe ser suficiente, al fin y al cabo los siguientes días podremos dormir como reyes cuanto queramos.

   Tuve que manejar un poco más afuera del área designada del área de descanso; hay como cientos de carros que llegan y siguen por la carretera para salir de Quebec. Lo peor de todo es que el viaje de regreso me tomó varios días y todavía no aparece Golden aquí. ¡Me estoy quedando sin agua ni comida! Podría beber la misma nieve que restó de los días pasados, pero su sabor es tan asqueroso que preferiría beber mi propia orina, al menos esa está caliente.

   Después de algunas horas, justo cuando los pinos lejos de aquí comenzaban a cubrirme con sombras frías, escuché que Golden había aparecido en lo alto de una pequeña montaña al lado de esta área, así que me cubrí el rostro y caminé hasta donde apareció. Cuando llegué con él, estaba sentado mientras miraba la puesta de sol, aunque se veía exhausto.

   —¿Y? —dije bloqueando su vista—, ¿qué pasó con Bonnie?

   Golden pareció no haberme escuchado, así que después sacudí su rostro dándole algunas palmadas en su mejilla fría. Al menos su ropa seguía estando en buenas condiciones, pero tenía bastante maquillaje blanco y rosa en su cuerpo como si se hubiera derretido.

   —¿Qué es todo esto? —Tomé un poco de ese maquillaje con mi dedo, después solo lo observé.

   —Bonnie ya no tiene rostro ni brazo —respondió tan frío como el clima. Apenas movió su boca y sus ojos. Estaba muerto por dentro.

   Supongo que sintió como una apuñalada en la espalda el decirme esa noticia, pero para mí no fue nada más que lo que debí haber pensado desde un principio. ¡No puedo creer que en serio le haya hecho eso! Quiero decir, yo esperaba algo tal vez un poco más patético, ya que Golden no se sentía animado de hacer esto; esperaba que tal vez le dijera que era una niña y se echara a correr de ese lugar. Comencé a sonreír involuntariamente y decidí investigar un poco más.

   —¿¡En serio!? ¿¡Y qué más, te volviste a enamorar de FunTime Foxy!?

   —Solo por fortuna no le arranqué uno de sus senos —decía con el mismo tono de voz y frialdad.

   ¡Esto es increíble! Debo admitir que hubiera muerto por haber podido ser yo quien se encargara de ese trabajo, pero me siento bien de que Golden sí lo haya hecho.

   —¡Increíble, Golden! Esto sí que superó mis expectativas de ti. Pensé que al final de todo habías tirado la toalla y me dejaste solo con este puto frío, pero también sabía que querías conservar tus huevos contigo.

   Me miró sin cambiar esa tonta mirada.

   —Bueno, entonces ya vámonos —dije mientras caminaba de vuelta al camión.

   —¿A dónde? —preguntó.

   —¿Eres sordo o estúpido? Te dije que después de esto nos iríamos al restaurante de Freddy, así que muévete, vámonos en el camión, al fin y al cabo tú puedes transportar todo lo que quieras.

La margarita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora