La margarita II

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Algunos días después

   —Aquí Bonnie de nuevo. Últimamente me he estado sintiendo algo melancólico, creí que esto acerca de Freddy y los demás ya lo había superado, pero en realidad por más que forzo a mi mente de ocultar en lo profundo mis recuerdos no puedo, sólo siguien apareciendo frente a mí como alucinaciones u hologramas. Gracias a una señora que llegó al restaurant volví a recordar todo esto, porque llevaba con ella una margarita en el cabello, casi tan parecida y tan bonita como la de él. Es una fortuna que no pueda llegar al área donde las personas comen y se divierten con los animatrónicos, de otra forma hubiera corrido hasta ella y robársela; sé que no tiene ningún significado físico, pero sí bastante sentimental para mí, como si una linda mentira disfrazada me devolviera a aquella fábrica. ¡Dios! ¿Por qué nadie me dijo que olvidar el pasado era tan difícil? En cierta forma envidio que Freddy no sepa nada de él ni de mí ahora, tal vez yo debí haberme aplicado ese código. Sin embargo, siento que por fin he encontrado un ritmo cómodo durante las noches, si es que se puede llamar "cómodo", claro. Casi desde el día en que llegué todas las noches trato de maquillaje lo mejor que puedo del mismo color que ellas; algunas veces han observado mi cuerpo color morado y no color blanco. Esa es la razón del por qué también maquillo mi cuerpo. Salgo del breaker room y voy directo a la galería de circus por más comida y agua. Afortunadamente un empleado viene casi todas las noches y llena esa nevera con nuevos platillos de los restaurantes de alrededor o con materias primas. He notado que son menores las ocasiones en que traen platillos fuera de Whistler, y no los culpo, porque ¿quién querría llenar una nevera tan pequeña con comida exótica fuera de esta ciudad? Ni que estuvieran encargándose de alimentar a un presidente o un rey. Claro que disfrutaría ser tratado así, pero por ahora debo mantener mi perfil de robot ladrón de comida y agua.

   »—Ya he derramado suficientes lágrimas los días anteriores que ya no siento ganas de hacerlo. Por primera vez siento que debo enfrentar y construir mi propia vida sin ayuda de nadie más, y sé que no puedo perder mi tiempo encerrado en este rincón llenando el suelo de tristezas y remordimientos. No tengo ningún deseo de escuchar de vuelta todos los audios que grabé llorando y hablando de lo mucho que añoraba Freddy's. No sé si estos audios realmente están funcionando. Yo creo que sí, es como si tuviera alguien comigo con quién hablar, porque ahora siento que mi hocico no sirve para nada más que comer y jadear de dolor.

   »—Juraría haber escuchado que uno de los empleados iba a dejarle a otro algo de valor en el cuarto de partes y servicios, quizás no se trate de nada más que dinero para comprar más licor. Eso no me serviría a mí sí no dependiera de la comida que ellos suelen traer, pero ya que esta pesadilla es realidad, creo que debería ir y echar un vistazo. Si tuviera dinero podría de alguna forma convencerlos de traerme algunas cosas muy necesarias; no soporto cuando alguno de ellos entra aquí cubierto de un polvo blanco muy frío en sus botas o en sus chamarras enormes, o incluso en sus orejeras. Es como si un cubo de hielo entrara y absorbiera todo el calor que mi cuerpo había logrado reunir. Sí, creo que no es tan mala esa idea, así que iré ahora mismo.

   »—Después vendré a grabar lo que encontré.

   Guardé el audio y rápidamente me levanté para llegar a la puerta. La abrí mientras hacía el mismo ruido molesto. La cerré detrás de mí y caminé directo al ducto del cuarto de control; Ballora estaba quieta en su stage, era una de las primeras veces que la veía tan inofensiva. Continué mi camino hasta que estaba dentro del cuarto de control. Estaba tal cual como el primer día que llegué, aunque es posible que haya más basura acumulada dentro de los cajones de aquel escritorio. Me agaché de nuevo y salí por la "A" de FunTime; en todo estos días aún no descubro qué significa la A. Estaba oscuro, pero la luz arriba de la puerta estaba encendida, eso era muy bueno. Noté de FunTime estaba como Ballora, sólo parada ahí en su pequeño stage. La ignoré y caminé tan normal como cualquier humano hasta la puerta. Antes de que pudiera llegar a esta escuché como si una pieza pequeña de metal hubiera caído al suelo, así como de pronto FunTime comenzó gradualmente a mover su cabeza, sus brazos, sus ojos, etc. Cada vez lo hacía más rápido y más violento. Me asusté de continuar viendo lo que iba a suceder, por lo que decidí volver tan rápido como pude al cuarto de control y tratar de observarla desde ahí. Ella seguía moviendo todo su cuerpo como si su batería se estuviera sobrecargando; también abría, como lo pueden hacer los demás animatrónicos, los músculos de su rostro, dejando mostrar las partes grises dentro de este. No supe qué hacer, era como si fuera a explotar o a despedazarse por completo. Mi única reacción fue aquella que hasta el día de hoy no había presionado: el botón rojo. Titubeé mientras lo observa a él y a FunTime descontrolarse. Sin más que decir presioné el botón. El suelo y las ventanas retumbaron mientras FunTime sufría una carga eléctrica provocada por este botón, ahora su cuerpo se retorcía por el acumulo de volteos corriendo por su cuerpo hecho de metal brillante. Después de algunos segundos se quedó quieta y cayó de frente al suelo. Salí de nuevo del cuarto y me agaché para analizarla; estaba respirando de forma normal. ¿Qué es esto? Luce como si estuviera durmiendo, es raro que no esté roncando. Su piel se sentía caliente. De pronto abrió los ojos y los enfocó a mí.

   —¿Quién eres tú? —dijo con una voz suave pero ronca.

   Me sentí paralizado en ese momento, no podía creer que después de un choque eléctrico ya pudiera hablar, ¡pudiera hablar! No tuve fuerzas para responder.

   —¿Por qué puedo hablar? —Comenzó a mirar a su alrededor—, ¿qué le pasó a mi chip?

   —¿Chip? —Fue lo único que salió de mi hocico. Ella comenzó a levantarse y a salir de mis brazos.

   —Mi chip, ellos me habían puesto un chip para que no hablara ni pensara —dijo, así como se mostraba desesperada conforme hablaba más.

   No hice nada más que quedarme parado en medio del cuarto, mirándola estresarse. Cuando llegó a la parte trasera de su stage recogió un objeto chiquito de metal, supongo que eso era su chip. Así como lo encontró, comenzó a lagrimear.

   —No puedo creer que después de todo este tiempo esté fuera —dijo mirando el chip en sus dedos—, esto es como un milagro.

   —Oye —interrumpí—, ¿está todo bien?

   Se giró hacia mí y corrió a abrazarme.

   —¡Todo está excelente! ¡Muchas gracias, chico!

   Aunque no la conozca y me sienta enormemente confundido en cuanto a su repentina forma de hablar y pensar, identifiqué una pequeña sensación de satisfacción dentro de mí. Hacía tanto tiempo que no abrazaba a alguien; yo también la abracé de vuelta.

   —Llevo tanto tiempo así que no te reconozco —decía con una gran sonrisa y aún con lágrimas—, ¿llegaste hace mucho?

   —Ehh…. no, en realidad sólo llevo aquí algunas semanas.

   —Oh, ya veo. Bueno, espero que el lugar no haya sido tan malo para ti, siempre es difícil tener que adaptarse a un nuevo ambiente de trabajo, ¿no? A mí me sucedió lo mismo en mi tiempo.

   —Pero si eres una atracción de este lugar ¿por qué no podías hablar? ¿Por… Por qué ahora sí hablas? —me atreví a preguntarle.

   Ella desvió su mirada de mí y comenzó a a repensar en todo lo sucedido, si es que algo grave pasó.

   —No lo sé, ni siquiera sabía que iba a llegar a este lugar. Sé cuando estoy en el escenario actuando, mas no puedo interactuar por mi propia cuenta. Los empleados colocaron en mi un chip que me impediría razonar y moverme a mi propia libertad, me limitaron a seguir los códigos de mi programación. —Alzó el chip hasta estar enfrente de su pecho—. Este chip fue el encargado de hacer eso, pero ahora que no lo tengo ¡puedo volver a vivir!

   Ella había logrado transmitirme una chispa de confianza por haberme contado sus sueños de ventura desperdiciados, tal vez ahora sí tendría las respuestas a todo lo que me había estado preguntando.

   —Pues… te confieso que provoqué un choque eléctrico en ti porque comenzaste a moverme de una forma extraña.

   —¡Lo sé! —exclamó emocionada—, yo me moví así porque ese chip ya había sido aflojado, lo que quería era quitarlo, y gracias al choque lo lograste quitar. Te lo agradezco mucho… Emm… ¿Cómo te llamas?

   —Soy Bonnie —respondí un poquito apenado.

   —Bonnie, de acuerdo. A mí me dicen solo FunTime, pero mi nombre completo es FunTime Foxy.

   Después de eso hubo algunos segundos de silencio. Ella comenzó a caminar hacia su stage.

   —Y dime, Bonnie, ¿recuerdas de qué restaurante venías? ¿O llegaste directo de fábrica? —preguntó sin mirarme.

   —Bueno… yo… salí de un restaurante, pero duré casi un año en una bóveda y después llegué aquí.

   —Ugh, te entiendo, estar en una bóveda es casi lo mismo que estar aquí con ese chip. El último restaurante en el que estuve fue uno llamado Freddy Fazbear's Pizza.

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