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De pronto sentí que abrí bruscamente mis ojos. No pude ver nada más que el mismo cuarto oscuro en el que ya estaba.

   ¿¡Qué rayos fue ese sueño!? No recordaba haber pasado por alguna de esas situaciones antes, ni siquiera con ese animatrónico llamado FunTime Foxy. ¿Yo estaba enamorado de ella? No lo creía, no recordaba haber sentido algo tan fuerte dentro de mí cuando estábamos juntos. Es más, si pensaba ahora en algún animatrónico femenino que me hubiera gustado, no podía nombrar ninguno, ni siquiera a Chica, quien había sido mi compañera de trabajo.

   Parecía que después de todo el Cupcake tenía razón: perdí mi memoria, pero la recuperaría eventualmente. No podía descubrir más recuerdos, y toda la historia que me había contado aún era una tremenda mezcolanza, aunque no del todo acerca de algunos animatrónicos que nombró; ¿cuáles eran sus nombres? ¿Bonnie y Frog? No tenía idea de quién pudiera ser Frog, pero poco a poco sentía que el nombre de Bonnie me parecía más familiar.

   Mientras trataba de juntar las piezas del rompecabezas en mi cabeza, escuché que alguien caminaba por fuera de este cuarto. Pasos lentos y firmes lentamente hacían temblar la ventana y algunas de las cosas sobre las que estaba acostado. Miré hacia un lado de mí y levanté mi cabeza para poder escuchar mejor; tambien alcé mis orejas. Los pasos se hacían más fuertes, y con seguridad venían aquí. ¿Había alguien despierto a esta hora? Afuera estaba lloviendo y era de noche. No lo sabía, pero tenía la corazonada de que no era una hora para que los humanos estuvieran levantados.

   Ese humano continuó caminado hacia aquí, y esta vez sus pasos sonaban más ligeros y más estudiados, como si ya supiera que yo estaba aquí y que podría dañarlo si osaba despertarme. Me levanté del montón de cosas y caminé tan despacio como él para no llamar la atención; el Cupcake estaba dormido en la esquina de la pared con la ventana. Pegué mi cabeza contra la puerta, y ese humano pareció haberme escuchado, pues detuvo su andar de pronto.

   ¡Mierda, sabía que estaba aquí!

   Escuché que sacó un llavero e insertaba una llave en la puerta; así lo hacían los empleados en Freddy's. Me sentí asustado de que alguien me viera activado, y ya que mi programación no me permitía moverme enfrente de los humanos sin su autorización, caminé cautelosamente de vuelta al montón de cosas, justo detrás de aquella pared que separaba al Cupcake de mí. La cerradura pareció haber abierto la puerta, pero nadie la abrió. Asomé mi cabeza y vi la misma puerta cerrada, pero pude escuchar que ese humano se alejó. ¿Qué era esto? ¿Esto significa que él o ella sabía que estaba aquí? ¿Debía salir?

   El Cupcake continuó dormido, así que me decidí por echar sólo un vistazo afuera. No podía continuar aquí sin saber dónde estaba. Con precaución caminé hasta la puerta.

   Cuando estaba lo suficientemente abierta para que yo pudiera ver algo afuera, todo estaba oscuro y gris. Había un largo pasillo enfrente de mí que daba a un cuarto con una luz blanca brillante, sólo con un foco en el techo; era un pasillo largo con el mismo estilo de piso que tenía Freddy's. Giré mi cabeza hacia mi izquierda: sólo había una pared. Giré mi cabeza a mi derecha: había otro pasillo más largo que daba a un cuarto con una luz mortecina donde había un escritorio con una computadora en el fondo. Los pasillos formaban una L.

   Después de haber confirmado que no había nadie alrededor, caminé un poco más hacia afuera con mayor interés en el cuarto más iluminado. Mi andar fue tan meticuloso como nunca; dejé la puerta abierta. El pasillo era oscuro a pesar del foco arriba de aquí y el del extremo opuesto. En los costados del pasillo encontré dos puertas, exactamente hacia mi izquierda: "Hombres" y "Mujeres". Sin lugar a duda esos eran baños.

   Por un momento sentí que estaba de vuelta en mi lugar original de trabajo, ya que los objetos alrededor de mí eran para el mismo público que pedía más de mis canciones: niños. Cuanto más me acercaba, más mesas largas con gorritos de fiestas encontraba, así como decoración con pizzas por retratos en las paredes; algunas enteras y otras con una rebanada faltante. ¿Esto también era una pizzería? Las orillas de este cuarto eran oscuras, pero fui capaz de reconocer un carrusel en la esquina con globos coloridos postrados en el piso; esos reflejaban bien la luz neón blanca del centro.

   Me quedé parado en el cuarto para solo digerir esta atmósfera: mesas, globos, dibujos en las paredes, juegos arcade, un stage… Sentí un escalofrío de la cabeza a los pies cuando conocí a, lo que pareció ser para mí, los nuevos rostros del restaurante. Era un escenario oscuro con tres individuos sobre él, y tenían la misma posición que Chica y yo solíamos tener cuando trabajábamos en Freddy's. Eran animatrónicos.

   Hubo uno que no reconocí del todo: un conejo azul, pero sí me familiaricé con el diseño de los otros dos, ya que uno de ellos era muy parecido a mí y el otro a Chica. El oso estaba en el centro mientras sostenía un micrófono y mejillas grandes y rojas sobre su semblante. Tenía básicamente mi atuendo. El animatrónico parecido a Chica era un pollo también, usando toda su ropa e, incluso, un Cupcake rosado en su mano. ¿Ese también le gritaba a quien lo sacará de quicio?

   Había aceptado el hecho de que había llegado a un lugar donde ya había animatrónicos manejando el timón; sin embargo, los escalofríos y el sentimiento de entumecimiento en algunas partes de mi cuerpo regresaron cuando vi la puerta de enfrente, la cual era de cristal. Afuera estaba oscuro, pero lo sorprendente fue captar cientos de árboles altos, y algunos de ellos cubiertos de nieve. ¿Nieve? ¿Esa era la nieve? No estaba nevando, estaba más bien lloviendo, pero era posible ver un poco de esta en las ramas y sobre el suelo, el cual era tierra natural y no acera.

   Me acerqué para apreciar el "paisaje"; la puerta estaba cerrada con llave. No había nadie ni nada afuera, era como si este restaurante estuviera en medio de la nada, o por lo menos en la punta de una montaña, ya que sí era posible ver algunas casas a lo lejos más abajo de este punto.

   —No puedo creer que estoy viendo nieve —susurré mientras veía la escasa nieve grisácea.

   Después de haber visto mis alrededores, escuché que alguien corrió por el pasillo por el que no fui. Eso me hizo jadear y girar mi cabeza al camino por el que llegué. Ni siquiera en la peor de mis pesadillas había visto algo parecido a esto: los tres animatrónicos sobre el stage estaban mirándome fijamente con ojos negros y pupilas blancas y brillantes. Sus hocicos (y pico) se estiraron para ofrecer sonrisas acres. Sentí que mis piernas se habían vuelto piedras, no podía moverlas. Después de algunos segundos de presenciar esas miradas amedrentadoras decidí regresar al cuarto en el que desperté. Ellos mantuvieron su mirada en la puerta de enfrente, justo donde estaba parado. Me giré por un momento hacia el pasillo por el que vine, y después volví a mirar a esos individuos: sus cabezas se volvieron a girar hacia mí. Mi respiración era muy rápida, sabía que no estaba seguro con esos tipos conmigo a solas.

   Cuando llegué al cuarto pude ver que la puerta estaba cerrada. ¡Mierda! ¿¡Por qué!? Sin importarme más el ruido que hiciera, empujé y pateé la puerta para que se abriera, pero no pasó nada. Eché un vistazo detrás de mí sobre mi hombro, y ahora el oso estaba parado en medio del pasillo, así como el conejo y el pollo estaban detrás de él asomándose sobre sus hombros. ¡Mierda! ¡Mierda! Golpeé más fuerte la puerta, aunque en mi mente sentía que no iba a salir vivo de aquí. Los miré de nuevo a los ojos; cada vez que dejaba de verlos ellos se acercaban más y más. Eventualmente dejé de tratar de abrir la puerta y corrí al pasillo a mi derecha, aquel tan largo que daba a un escritorio; todo mi cuerpo temblaba, así como no podía dejar de apretar mis dientes y cerrar fuertemente mis puños.

   Cuando llegué a la oscuridad total del pasillo, noté cuatro pequeños cuartos sin puertas a los costados, y también tenían mesas blancas con gorritos de fiestas por dentro. Todos contaban con una oscuridad casi viva.

   De pronto sentí que alguien tiró bruscamente de mi brazo y me lanzó hacia adentro de uno de estos cuartos, uno a mi izquierda (con puerta). Aterricé sobre una mesa, así como escuché que alguien azotó la puerta de este cuarto donde fui arrojado.

   —Shhh! Tais-toi!

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La margarita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora