La margarita II

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No estoy seguro de cuánto tiempo ha pasado desde que salí de la sala de control. Vivir eso fue como haber conocido el infierno con todas las almas condenadas tratando de arrancar mis extremidades; creo que una de ellas se llevó un pedazo de mi piel metálica de mi hombro derecho. ¿A dónde vine a parar? No pensé que existiera peor destino que el de convivir con sujetos como ellos. Esos ojos amarillos, esos chillidos, esa manera torpe y apresurada de mover sus cuerpos, son bestias.

   No, definitivamente no saldré de este cuarto hasta saber que no van a tratar de matarme de nuevo. Si ese animatrónico femenino con un tutú de ballet sigue detrás de esa puerta prefiero morir de hambre aquí adentro, la hambruna eterna parece ser mejor destino que mirar a sus ojos cerrados y su quinta posición. Estoy seguro de que su caja de música ha sonado como veinte veces desde que vine a esconderme en este cuarto lleno de cables y sistemas eléctricos. ¿Será que este es el lugar donde se controla toda la luz del lugar? Tengo tantas preguntas que siento que quisiera estar apagado, de esa forma no tendría que saber más de ellos ni de nadie. Pero… creo que no sería justo para Freddy ni para Ivy; yo sacrifiqué mi todo, es cierto, pero estoy seguro de que Freddy hubiera deseado verme a salvo y feliz en un buen lugar, si es que se imaginó que llegaría con vida a algún lugar, por supuesto. No puedo sólo abandonar todo por lo que he luchado y decepcionar a quien pudo haber conservado una promesa mía, a pesar de que no se la haya dicho como tal. Tendré que aprender a salir de aquí y volver a verle la cara a esos tres sujetos sin perder la cabeza o la vida.

   Me levanté del piso frío y comencé a caminar alrededor de los estantes con cientos de cables. También habían cables colgados aleatoriamente desde el techo por todo el lugar, a excepción de la parte más cerca a la puerta. Cuando caminé un poco más hacia la entrada, no disponiéndome a salir, por supuesto, pude ver una caja grande negra con una pantalla, en ella podía ver varias opciones en la izquierda y un mapa en la derecha. Oh por Dios, este mapa luce muy parecido al que tenía aquella pantallita que estaba en la oficina en Freddy's. Este debe ser el mapa de este lugar sin lugar a duda.

   Después de haber estudiado ese pequeño mapa, me di cuenta de que podía restaurar el sistema eléctrico de las áreas del lugar, así como cada una tenía su nombre respectivo. Había llegado en el área de partes y servicios, después crucé la "A" de FunTime. FunTime… ¿Había escuchado ese nombre en alguna parte? No lo recuerdo muy bien. En fin, parece que después llegué al cuarto de control y esas tres bestias me tenían rodeado. Después salí por la "G" de Ballora y llegué aquí, también después de todas sus manos blancas y rostros pintados como payasos acercándose más a mí mientras trataba de quitármelos de encima.

   Sobre esta caja se encontraba un pequeño aparato en forma de rectángulo. Parecía ser una barra de chocolate muy gruesa y delgada. Tenía varios de los botones que las cámaras tienen, así que… yo diría que es una grabadora de voz. Wow, ¿cómo se me ocurrió eso? Bueno, no importa. La tomé conmigo y volví a esconderme en la parte trasera de este cuarto, el cual, ahora que ya revisé, se llama "breaker room". Estar cerca de la puerta me hace pensar que esa bailarina me escuchará.

   Me senté en el suelo y comencé a presionar los botones que veía, a excepción del rojo que inicia una grabación nueva. Tenía tan sólo un audio guardado de octubre de hace casi 13 años de antigüedad. ¿Cómo es posible que esta grabadora aún tenga su batería con vida? Decidí escuchar el audio.

   "Nunca pensé que fuera a tener los huevos para hacer eso. Mi trabajo ya está hecho, pero parece que el quinto se me escapó. No sé si se bajó del camión desde que me lo entregaron o cuando me di la vuelta. Ya no importa, no podrá con el frío si salió de ese restaurante en aquella zona. Tengo que irme".

   De acuerdo, no creo que eso sea algo tan importante, aunque su contenido parece algo oscuro. Decidí no borrar el audio y sólo ignorarlo.

   Tal vez pueda usar esto para algo. Aún me siento tan confundido y atrapado en este lugar. Lo peor de esto es que… pensándolo bien, creo que es mejor destino ir a enfrentar a esos fenómenos que esconderme y morirme de hambre. ¡Rayos! ¿Por qué no empaqué aunque sea una manzana? Estoy seguro de que en la bóveda dejaron restos de comida ese día. Recuerdo cuando Freddy me enseñó a tomar las sobras de los trabajadores. Quizás haya una oportunidad de que pueda salir y llegar a la galería circus. Ya me di cuenta de que en las otras galerías que pisé no hubo nada más que fotografías y pequeños escenarios, de ahí en fuera todo estaba vacío. Creo que sí podré, ya que al fin y al cabo ya dejé de escuchar la caja musical de la bailarina.

   Antes de que me levantara y saliera del cuarto decidí hacer un pequeño audio, ya que no tenía ni la menor idea si iba a regresar aquí con vida, así que ¿por qué no contarle a alguien lo último que vi? Espero que ese no sea mi destino.

   —Hola, yo me llamo Bonnie —decía con la grabadora cerca de mi hocico—, ahora mismo estoy en un lugar que aún no sé qué es. Tal vez sea un restaurante o una galería de arte. Traté de explorar el lugar, pero lo que me gané fue una visita de tres animatrónicos que me habían rodeado cuando presioné ese botón azul, el cual funcionó para encender una luz en el área que le corresponde. Era uno con forma de zorro, otro con forma de una niña pelirroja con ojos verdes y el otro con forma de bailarina de ballet.

   »—Ahora no escucho la caja musical de la bailarina, tal vez ya se haya rendido en su búsqueda por mí, así que trataré de llegar al área de la galería circus para buscar algo de comer.

   Después de eso guardé la grabación y apagué la grabadora.

   No lo sé, aún no me siento listo para salir. ¿Cómo los voy a evitar? Ciertamente eran un poco más grandes que yo, ni siquiera si brincara podría derribarlos, tendría que tener fuerza sobreanimatrónica para pasar por encima de ellos. Cuando llegué cerca de la puerta, y también cerca de aquella caja negra, decidí recorrer con mi vista los rincones de este cuarto, en los cuales no pude ver nada más que polvo, colillas de cigarro, guantes y partes de animatrónicos. Mmm… ¿por qué tendrían aquí partes de animatrónicos? Tal vez estén construyendo más como ellos, aunque no tendría lógica por el hecho de que me trajeran aquí, sin mencionar que aún no sé cuál es mi propósito. Me acerqué a aquel rincón oscuro y recogí la superficie del rostro de un animatrónico con forma de bebé; creo que era del tamaño perfecto de mi rostro. Casi como una flecha de luz disparada directo del cielo hacia mi cabeza, Sofía nació para concederme una idea que pudiera funcionar a la perfección. Estos sujetos no son superdotados, así que quizás no sea tan difícil engañarlos.

   Con ayuda de un cable suelto amarré el rostro de bebé a mi rostro; no encajó a la perfección por mi hocico. Ahora estaba lo suficientemente amarrada para que mi rostro natural no se viera; eso creía. Sólo continuaba deslumbrando por los orificios oculares la luz roja de mis ojos.

Caminé de vuelta a la puerta; la caja musical de la bailarina continuaba sonando como si caminara en círculo. Mi respiración comenzó a acelerarse conforme mi mano se acercaba a la perilla de la puerta oxidada. Sentía cómo mis cejas se fruncían por si solas y los músculos de mi rostro se tensaban; ni siquiera estaba afuera y ya sentía a un monstruo apretar fuertemente mi estómago. Girar la perilla fue casi tan difícil como resistir un calambre, sin embargo, se abrió.

   No podía ver a nadie alrededor, a pesar de que todavía escuchaba la caja musical; debe estar a mi izquierda. Así como sentí mi sangre fluir rápidamente de mi cabeza a los pies, salí de una vez por todas dejando la puerta entreabierta en caso de tener que huir. Era mucho más frío el cuarto de lo que recordaba. Mi cuerpo no dejaba de temblar, era una calamidad no saber dónde se encontraba. Comencé a dar pasos cortos hacia el cuarto de control; todavía tenía sus luces encendidas. Mientras seguía escuché que la caja musical había dejado de sonar. Sentí un deseo de desmayarme. Di media vuelta y vi sus ojos cerrados y sus labios gruesos a centímetros de mi máscara. Era como si no importara que tuviera esto puesto, creo que… ¡puede verme! ¡No es posible!

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