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30 de junio, 1940

     El viento acalorado se movía de un lado a otro, y el pavimento se sentía caliente bajo la suela de los zapatos de Kim Taehyung, aspiró una gran porción de ese viento pero solo consigue quejarse de los gases poco saludables que abundan en la ciudad. Sin embargo sonrió ampliamente viendo la casa frente a él, la emoción palpando en su pecho y la gran ansia de correr y contar las buenas nuevas.

     Caminó con pasos decididos hacia la puerta y tocó unas 4 veces de forma rítmica, escuchó los pasos en el interior acercándose a la puerta para momentos luego abrirla, el rostro de la señora Jeon lo recibió e inmediatamente Taehyung hizo una reverencia formal.

     —Buenas tardes señora Jeon, dichoso de verla el día de hoy —la mujer no lo miró de forma amorosa como todas las demás mujeres que caían rendidas ante la bonita cara de Taehyung y su amabilidad desbordante—. Desearía ver a Jungkook ¿Él se encuentra en casa?

     —Déjame llamarlo, seguro está en su habitación perdiendo el tiempo como de costumbre —le contestó, de un modo tan tosco que Taehyung casi se queja—. ¡Jeon Jungkook, baja que tienes visita!

     Se escucharon ciertas cosas cayendo en el piso superior y unos cuantos pasos torpes, luego un quejido lastimero y más tarde pisadas fuertes bajando por los escalones rápidamente. Jungkook vio con sus ojos grandes y brillantes el rostro deslumbrante de Taehyung, sus ropas cubiertas de pintura óleo y con olor a diluyente, el chico le sonrió demasiado dulce para ser soportable y Jungkook casi se le hincó para besarle los pies.

     —Kim Taehyung ¿Qué haces aquí eh? Creí que hoy tenías clase de-

     —Esto es importante, tan importante, tienes que ver lo que me dieron esta mañana ¡Vas a alucinar! —casi gritó de la emoción y Jungkook quiso decir cuán enamorado estaba de esa emoción y felicidad que Taehyung portaba en el semblante, quiso decir cuanto daría por mantener esa felicidad en él cada día—. Ven afuera conmigo, con permiso señora Jeon.

     Ambos se dirigieron a afuera de la casa, caminaron un poco antes de que Jungkook abriera los ojos con impresión junto con su boca, sin poder creer que estaba viendo un auténtico Chrysler Royal del 38, perfectamente pulido y brillante con sus cromos, tan pero tan inalcanzable que le era imposible pronunciar una sola palabra.

     —¿Y? Lindo ¿Cierto? Papá me lo dio a cambio de estudiar leyes y honestamente no me importa que demonios quiere que estudie ¡Sólo mira esta máquina! Por un auto así iría hasta el fin del mundo —soltó con emoción y prisa. Ninguno notó la figura de la señora Jeon esuchando su conversación de lejos, demasiado impresionada por el auto aparcado frente a su casa, un auto que ni en sueños personas como ellos se podrían permitir.

     —Y un carajo Kim Taehyung ¿Cuánto costó esto? Autos así solo los caminan personas... Demasiado gigantes.

     —Agh unos $800-$1000 dólares, eso a quien le importa, papá anda uno incluso mejor —alzó sus hombros con desinterés y Jungkook se rió golpeando su hombro con el puño por su falta de humildad. Mientras tanto la señora Jeon jadeo impactada a escuchar el tanteo del precio de ese auto, cuando para ellos era un lujo tener un carro de $700—. ¿Quieres ir a probarlo?

     —No hace falta ni que lo preguntes, deja me visto para salir ¡Te llevaré a conocer un lugar genial, ya verás!

     Jungkook salió corriendo dentro de la casa sin siquiera notar a su madre quien salió del lugar para dirigirse a Taehyung, este mirando el auto para encontrar cualquier imperfección pero simplemente no encontró ninguna. La señora Jeon analizó las ropas del muchacho y pudo notar lo caras que se veían, marcas meramente reconocidas, esa chaqueta verde fina, sus zapatos de cuero brillante color negro y una sonrisa amplia a juego con su atuendo costoso, se cuestionó seriamente con qué clase de personas su hijo se involucraba.

En esta y mil vidas kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora