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8 de febrero, 1941

Cuando el tren se detuvo frente a la deteriorada estación que anunciaba la bienvenida a la gran ciudad de Seúl, Jungkook y Taehyung bajaron de este viendo emocionados todo a su alrededor, encantados con cada mínima cosa, con el pavimento bajo sus pies, con el aire, con las flores, con las personas, con el movimiento, con absolutamente todo. No importaba si ya habían visto tal cosa en Busan, todo se sentía tan diferente. Un poco más de libertad, si se podía decir.

Darling, hemos llegado a la ciudad —y Taehyung asintió, afirmando las palabras de Jungkook con efusión y queriendo solo correr por todo el lugar, se sentían tan fuera.

Sin padres, sin hermanos, sin nadie que los conociera ahí aunque habían acordado visitar para las fiestas decembrinas y los cumpleaños ¿Pero a quién mierda le importaba eso, si tenían una ciudad inmensa por delante para olvidar todo y simplemente estar juntos? Y vaya, era arriesgado decirlo así, pero ante el mundo eran simples mejores amigos que compartían apartamento e iban a la universidad, solo otros jóvenes del montón. Además, Yoongi y Namjoon también estarían ahí, por lo que el destino los había preparado para estar juntos incluso en Seúl.

Jungkook principalmente, temía de separarse de sus amigos y ser de esos que no se vuelven a ver nunca o cuando lo hacen ya no es lo mismo, pero no iba a pasar así, porque los tendría ahí con él. Namjoon ya estaba más que instalado en el lugar, había optado por una pequeña casa que pertenecía a su madre y no estaba tan lejos de donde Taehyung y Jungkook iban a vivir de ahora en adelante; Yoongi por otro lado, le fue otorgado un departamento por parte de su familia, permitiéndole estudiar sin preocuparse por donde iba a vivir, solo que lo demás sí debía pagarlo él y por eso el trabajo como pianista en un restaurante de 6 a 10 p.m.

Avanzaron un poco, saliendo de la estación de tren y viendo todo a su alrededor con ojos abiertos, expresivos, emocionados. Querían tanto viajar a Seúl y por fin estaban ahí, sin mayores complicaciones o dilaciones, sus dedos tintineando ante las ansias de querer explorar cada rincón, piernas decididas y unas sonrisas enormes que podrían cubrir todo su rostro. Tenían planeadas tantas cosas, querían hacerlas tan pronto como hubiese oportunidad, además de la palpable excitación de poder ya estar de lleno en la universidad, desempeñarse en lo que les gustaba, aprender un poco más. Simplemente sentían como si pudieran comerse el mundo de un bocado, tan en la cima, en el punto más alto de lo que se podría estar aunque probablemente no estaban ni cerca del verdadero pico de la vida.

Tal y como el padre de Taehyung había prometido, un auto ya los esperaba para llevarlos al dichoso edificio donde estaban los apartamentos. Se subieron a este no sin antes saludar a la persona encargada de conducir, juntos en la parte trasera del vehículo compartiendo miradas de curiosidad y sorpresa ante todo lo que veían en su recorrido por las calles, diciendo qué similitudes habían entre Seúl y Busan y cuales eran las mayores diferencias. Probablemente era la ropa que vestían las personas, probablemente los escaparates de las tiendas, los acetatos colgados en esas ventanas enormes, podría ser el estilo de las casas, las decoraciones, las sonrisas de la multitud, los autos, el ruido, el aire, las luces. Todo era tan parecido y distinto al mismo tiempo, era como conocer un nuevo mundo pero ya haber soñado con él antes, conocido y desconocido, sensible e insensible, palpable e impalpable, emocionante y soso, todo juntos en una mezcolanza que hacía a ambos jóvenes sentir muchas cosas y sus corazones ir a mil revoluciones por segundo, palpitando 1, 2, 3, 4 y 5 veces tan rápido como si fuese a salirse de sus pechos.

Todo era reciente, era nuevo, era excitante como si estuviesen metidos en una jaula todas sus vidas o como si la correa en sus cuellos se desajustara un poco para darles más libertad, una anhelada libertad. Se vieron otra vez, ahora diciéndose lo feliz que se sentían de ir a explorar más allá de las fronteras del mar, cumpliendo parte de sus metas, yendo por su sueño aunque su mayor sueño era solo estar imposiblemente juntos.

En esta y mil vidas kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora