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01 de septiembre, 1940
(Cumpleaños de Jungkook)

Querido Jeon Jungkookie:

Han pasado casi 8 meses desde conocerte ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan rápido? He esperado este día con ansias para poder felicitarte ¡Amo los cumpleaños y los amo mucho más si son tuyos! Desde que me enteré de tu fecha de cumpleaños he buscado sin falta todos los días, un obsequio que te guste.

Lo encontré en una tienda a la que fui con papá en Seúl ¿Recuerdas ese viaje, que lloriqueaste por horas porque me iba por tres días? Bueno, en ese fue. Honestamente estoy nervioso de que lo mires y no te guste pero algo en mi ser me dice que te va a encantar, que harás cosas increíbles con esto y que podré disfrutar de tu gozo usándolo. Jungkookie, por favor recibe mis felicitaciones, mis besos y abrazos y este regalo que lo he empaquetado con mucho amor.

-Te ama, your darling.


Jungkook dejó la pequeña carta de lado sobre el su escritorio de madera y luego pasó a la caja grande donde se encontraba su anhelado obsequio que Taehyung había traído solo para él. Alzó el fino papel que lo cubría y sus labios temblaron incrédulos al ver un gran cofre de madera con un grabado en oro que decía "Jeon Jungkook"  en perfecta cursiva, abrió el estuche y levantó la tapa, soltó un suspiro de impresión cuando vio ahí un total de 30 pinturas óleo, nuevos y gruesos, a su lado había un set de pinceles de madera fina y prensados con oro ¿Cuánto había costado aquello? ¿Cómo pudo Taehyung regalarle algo tan caro? Porque se notaba caro, el simple hecho de que hubiesen óleos ahí subía el precio de ese cofre.

—Tae, mi amor... —sólo pudo decir, sin aliento, y definitivamente fue una buena idea abrir ese regalo primero. Sus padres habían planeado una celebración con sus allegados en la casa, y aunque su mamá se opuso, Jungkooo invitó a Taehyung contra todo pronóstico. Así que ahí estaban, en el estudio del Señor Jeon, abriendo el regalo que el mayor había preparado con tanto esmero e ilusión, esperando que Jungkook lo amara un poco más aunque sabía que lo material no era esencial. —¿Cómo conseguiste esto? ¿Cuánto costó? No debiste gastar tant-

—Shhh, basta —puso su dedo índice en los labios de Jungkook, callandolo— ¿Por qué no solo agradeces? Estoy feliz de darte esto porque sé cuánto te gusta pintar ¡Tienes que hacerme más pinturas para decorar mi habitación! —sonrió enormemente y cambió su dedo índice por sus labios, dejando un esponjoso beso en Jungkook, apenas un apretón. —Feliz cumpleaños, bebé. Espero que tengas una larga y saludable vida, para estar contigo mucho tiempo.

—Gracias, Kim Taehyung —Jungkook también sonrió y dejando de lado su obsequio, rodeó la cintura de Taehyung con su brazo apegandolo a él. —Este es el mejor cumpleaños de mi vida, solo porque estás tú en él. —el mayor abrazó el cuello de Jungkook y en esa posición compartieron un beso profundo, lento y deseoso, importandole poco si alguien entraba y los encontraba, o que habían casi 50 personas allá afuera que pudieran juzgarlos y verles mal ¿Qué más daba?

Por eso, quizás por eso, Jungkook quiso ir más lejos y dejó los labios de Taehyung para dirigirlos a sus mejillas, las besó repetidas veces y luego bajo a su mentón dejando besos ahí, algunas veces también ponía un poco de su lengua. Pudo sentir el tirón que Taehyung le dio a su suéter de lana, cuando finalmente se descendió al cuello del mayor, besando la zona más abiertamente y hundiendo su nariz ahí, inhalando el aroma demasiado embriagador en su piel, queriendo tomarla toda para sí y jamás soltarla. Ese olor que lo tranquilizaba en las noches de frío y días de turbulencia, apretó su cuerpo contra el suyo queriendo pegarse a él y jamás separarse, jamás soltarlo porque se sentía fallecer si mínimamente lo hacía.

En esta y mil vidas kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora