O6

345 55 4
                                    

25 de abril, 1940

     Un viernes por la tarde, Jungkook y Taehyung se encontraban jugando ajedrez en el prado bautizado como "Serendipia". El mayor llevaba 5-6 partidas ganadas, escuchando las quejas constantes del competitivo Jungkook que estaba harto de seguir perdiendo. Había pasado una semana desde que se habían visto en la habitación de Taehyung y ambos estaban realmente emocionados por volverse a encontrar luego de una ardua jornada de clase. Pero Jungkook no parecía muy contento en ese momento.

     —¿No crees que eres muy bueno y deberías dejarme ganar? —dijo entre refunfuños Jungkook, viendo como nuevamente Taehyung estaba a punto de hacer otro Jaque Mate. El mayor soltó una risita negando con la cabeza moviendo su pieza blanca—. ¡Kim Taehyung!

     —No seas un bebé llorón, Jungkook, juega como un hombre —el menor que vio ofendido en totalidad pero él le vio serio haciendo que el corazón de este latiera con rapidez al ver sus bonitas facciones sin ninguna mueca—. Tu turno. Solo debes ser cuidadoso y analizar muy bien lo que harás, aprende a llevarle la delantera a tu oponente.

     —Hay cosas más divertidas que estas pero tú insistes —susurró, bufando luego de eso. Movió su pieza después de tanto pensar pero, como había previsto, Taehyung le hizo un jaque mate limpio—. ¡AHHH!

     El grito lleno de frustración que soltó Jungkook dejó a Taehyung sorprendido pero después se rió, lo que al menor no le pareció muy gracioso. Jungkook le mostró la lengua tirándose de lleno al suelo aplastando la hierba verde de la primavera, Taehyung se encargó de recoger las piezas del juego para guardarlo en su respectivo empaque, pensando que Jungkook se veía realmente bonito con esa camisa azul y sus pantalones marrones, pero se regañó mentalmente por estar pensando en un chico.

     —Hyung.

     —¿Hmm?

     —Vamos a bailar esta noche —se enderezó, volviendo a su posición inicial viendo atentamente las curiosos ojos de Tae, sonriendo como un pequeño niño cuando este arrugó la nariz con desconcierto—. Conozco un lugar un poco lejos de Busan pero podemos ir a caballo sin ningún problema, es muy bonito y... Cómodo.

     —Veo que conoces muchos lugares, Jeon Jungkook no me hagas creer que eres un chico que vive escapándose de casa —el castaño se rió negando con la cabeza contagiando con su risa a Taehyung—. Bien, no soy muy bueno bailando pero acepto ir contigo.

     Luego de un rato se fueron del prado despidiéndose de las flores felizmente. Caminaron un poco hasta parar en el centro de la ciudad donde se detuvieron a observar el lugar antes de hacer una mueca por el gentío que los rodeaba. Nunca era bueno ir al centro, ni a comprar, lo desesperante y concurrido que era el lugar lo hacía simplemente horrible.

     —Kim Taehyung, aquí me despido de ti. Espero verte de nuevo aquí mismo a las 6 de la tarde, esperaré por ti hasta morir —Taehyung rió al escuchar esas palabras y asintió, con esa confirmación ambos se fueron a casa deseando que la noche cayera con rapidez.

     Jungkook al llegar a casa se dedicó a buscar la ropa adecuada para ver a Taehyung, queriendo que se llevara solamente las mejores impresiones de él. Luego de tener todo listo, su atención fue a parar a el cuadro que llevaba haciendo hace unas semanas, el rostro que relucía en lienzo era el que llevaba soñando desde semanas. Jamás había trabajado en algo tan minucioso pero el rostro de Kim Taehyung merecía ser detallado con perfección y él así lo haría.

     Por otro lado, Taehyung también buscó su mejor vestuario aunque ni entendía su afán por verse bien para Jungkook. Quizás, pensó él, solo quería ser amigo íntimo de Jungkook pero no más. Él no debía ni podía ser más con alguien de mismo sexo, sin importar que su mundo pareciera dar vueltas cuando estaba cerca de él ni que su alma se sintiera demasiado plena cuando compartían el mismo aire. Negó con la cabeza olvidando esos tontos pensamientos, él debía dejar de pensar tanto en Jeon Jungkook.

En esta y mil vidas kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora