23

183 32 6
                                    

31 de diciembre, 1940
(Celebracion de Año Nuevo)

Taehyung sintió todo su cuerpo temblar furiosamente cuando, luego de que no dejaran de tocar insistentemente la puerta de su habitación, abriera más que hastiado y se encontrara con la persona que con desespero ansiaba verlo. La sonrisa de Jungkook a modo de saludo lo hizo hervir de amor, porque su corazón le seguía palpitando en nombre del menor, sin importar qué.

—Jungkookie.

El mentado también sintió algo similar a la ebullición en su interior cuando fue llamado por es mote que Taehyung había tomado la costumbre de decir. Había pasado una semana entera pensando fríamente en su error, en qué hizo mal y porqué, debía admitir que gran parte del crédito se lo daba a Yoongi, quien le explicó lentamente qué cosas estaban haciendo mal. Entendió entonces que Taehyung solo era un chico demasiado preocupado y que su posición, aunque fue algo egoísta, no estaba mal; Yoongi también le explicó su error como tal, el haber sido tan ansioso y poco racional, pensando simplemente desde el enojo y poco control, desde la inmadurez vaya.

Honestamente Jungkook moría de miedo, de ver a Taehyung y que este lo rechazara, y le dijera que ya no quería nada con él, que lo echara lejos por su comportamiento. Pero al ver su rostro iluminarse en cuanto lo vio, esos ojos color canela que tanto adoraba solo se encendieron como luces de navidad frente a él, siendo el mejor regalo de final de año. Ah esa era otra cosa, su plan desde que conoció a Kim Taehyung siempre fue terminar cada año con él, hasta que estos se llevaran su vida consigo.

Quería a Kim Taehyung cada 31 de diciembre a las 11:59, y lo quería el 1 de enero a las 12:00.

—Hola, Kim Taehyung ojos color canela —la sonrisa del contrario apareció entonces, iluminando con cada diente el lugar. El chico le abrió el paso y así ambos entraron a la habitación, Jungkook se aseguró de cerrar con pestillo la puerta para que nadie osara interrumpir la charla tan importante que se iba a llevar a cabo. —Vengo solo, por si de casualidad lo preguntabas. Seokjin pasará el año nuevo en Londres, Yoongi en Francia con su abuela, Namjoon con sus padres que solo aparecen una vez al año y yo... Yo contigo, mi precioso amor.

El mayor soltó un suspiro, sus ojos picando como muestra reconocida de que estaba a punto de llorar, porque Jungkook nunca dejaría de ser un idiota que sabia qué decir y cuando.  Quería correr a abrazarlo, envolverlo en sus cálidos brazos y luego repartirle besos desde la frente hasta las clavículas sin tapujos pero ¿No se debían ambos una disculpa primero? Porque Taehyung estaba dispuesto, estaba dispuesto a pedir perdón ahora que entendía qué había hecho mal, Yoongi le había ayudado a entender (Sí, el autoproclamado no entrometido) y quería pedir perdón, realmente planeaba hacerlo al día siguiente, ir a casa del menor y decirle cuánto lo sentía, contarle como la simple idea de realmente terminar lo que apenas había comenzado no hacía más que atormentarlo porque Jungkook no era un amor efímero y un sueño fugaz, era lo que quería todo el tiempo, a la persona que añoraba con cada parte de su ser y por la cual se desvelaba contando a la luna cuanto amaba.

Pero el chico se adelantó ¿Así es como funcionaban las almas que habrían de estar conectadas desde hace mil vidas atrás? ¿Se adelantaban la una a la otra o adivinaban sus futuras decisiones?

—Te debo una disculpa, Kim Taehyung.

—Yo te debo una también, Jungkookie.

—Espera, déjame a mí primero ¿Sí? —se acercó un poco más a Taehyung, quedando más de frente, su voz sin poder salir porque se encontraba tan apenado con su chico que perdería la razón en cualquier momento.  —No te daré excusas, me porté mal contigo y con Namjoon y prometo que a él le he pedido perdón antes que a ti. Taehyung, mi bebé, no hay nada que yo ame en esta vida más que a ti y me vi asustado con la idea de que alguien más podría conquistarte como yo, de que Namjoon podría hacerte daño, de que tal vez me dejaras de amar ¡No lo sé! Todo se aglomeró en mi cabeza y no deje de montar escenarios. Lo siento, lo siento de verdad, no quiero perderte, no desconfío de ti porque sé que tú y yo hemos estado juntos más allá de estos meses, nuestro ser se conecta tan bien. Sé que te tengo y debes saber que me tienes... Me tienes, locamente, me tienes.

En esta y mil vidas kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora